The Living Daylights

Debut de Timothy Dalton en el papel de James Bond, rol en el que tomaba el relevo después de la época de Roger Moore en el mismo, que supuso un giro de la serie hacia planteamientos más formales, con un menor espacio para la comicidad y un argumento que perfectamente podría ser el de cualquier otra película sobre la Guerra Fría, no necesariamente interpretada por James Bond. Con Mariam D’Abo como co-protagonista, “”The Living Daylights” gira en torno a la falsa deserción de un general soviético (Jeroen Krabbé), que pone en jaque a los servicios de inteligencia británicos, obligando a actuar a Bond para ir en su búsqueda. Joe Don Baker, John Rhys-Davies o Art Malik son algunos de los secundarios de una película sin demasiado encanto, pero resuelta con oficio y diligencia por un notable grupo de veteranos de la serie, entre ellos John Barry, en su última banda sonora para un film de James Bond.

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El director de fotografía fue el británico Alec Mills [BSC], en su debut en este cargo dentro de la serie, aunque había sido operador de cámara en “On Her Majesty’s Secret Service” (1969), “The Spy Who Loved Me” (1977), “Moonraker” (1979), “For Your Eyes Only” (1981) y “Octopussy” (1983), justo en la época en que daba el salto a la dirección de fotografía. Mills es más recordado como operador, de todas formas, labor en la que acompañó a directores de fotografía como Michael Reed, Gilbert Taylor, Ernest Day, Ousama Rawi, Henri Decae, Claude Renoir, Jack Cardiff, Jean Tournier o Alan Hume, entre otros. Después de “The Living Daylights”, repitió su labor junto al realizador John Glen en “License to Kill” (1989), el último título antes del parón de la serie antes del retorno ya con Pierce Brosnan en “Goldeneye” (1995), o en la fallida “Christopher Columbus: The Discovery” (1992).

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En sus tres películas como director de fotografía de la serie Bond (“For Your Eyes Only”, “Octopussy” y “A View To A Kill”), Alan Hume había tenido el serio inconveniente de tener que tratar con un protagonista (Roger Moore) de avanzada edad para el papel. Ese problema desapareció con Timothy Dalton, por lo que Mills pudo centrarse en realizar una fotografía directa, sin tener en cuenta demasiado el aspecto del actor principal. Pero en la mayoría de los aspectos, la imagen de “The Living Daylights” es muy clásica. Teniendo en cuenta quiénes fueron sus maestros, no resulta sorprendente que Mills fuera, como director de fotografía, del tipo de los que utilizaban lámparas fresnel sobre los actores y el decorado, pero a diferencia de del estilo de un par de décadas atrás, Mills sí empleaba difusión entre los aparatos y los actores, de modo que su estilo es un híbrido entre el clasicismo en color, con sus tres puntos de luz, y las tendencias modernas, entre las cuales, desde luego, no se encontraba.

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Siendo una película de presupuesto solvente, tampoco es de extrañar que Mills tuviera la luz suficiente como para trabajar a diafragmas más que decentes en toda circunstancia (entre T/4 y T/5.6), por lo que su estilo de luz más o menos directa y el contraste entre zonas de luz y de sombra que se produce trabajando a esos niveles, produce negros profundos y un negativo rico y denso, además de que favorece el rendimiento de las ópticas anamórficas, entre las que se incluye posiblemente el zoom Panafocal, con el elemento anamorfizador en el frontal, empleando por ejemplo en “The Spy Who Loved Me” y “Tess”. El resto de los interiores son quizá demasiado planos y algo grises, incluso por diseño, lo que hace que la fotografía sea muy funcional, pero aburrida. Donde realmente destaca Mills y da sin duda lo mejor de sí es en los exteriores, especialmente en los que Marruecos simula ser Afganistán, con colores muy ricos y ajustadas exposiciones que mantienen cielos muy azules cuando la luz es frontal y algo de sobreexposición cuando viene de contra, sin que sea demasiado evidente el uso de iluminación artificial.

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En definitiva, como la propia película, su fotografía muestra mucho oficio, pero escaso arte o inspiración, más o menos lo que cabría esperar de un director de fotografía que debutó en el cargo con casi cincuenta años de edad, pero que llevaba tras de sí una larga y brillante carrera como segundo operador de directores de fotografía de importancia. Su estilo no es ni mucho menos brillante, pero sus exteriores sí que muestran imágenes de gran calado e interés, en los que obtiene el tipo de imágenes vistosas y grandilocuentes que son tradición en las localizaciones de la serie Bond.

Título en España: Alta Tensión
Año de Producción: 1987
Director: John Glen
Director de Fotografía: Alec Mills, BSC
Emulsión: Kodak 5247 (125T) & 5294 (400T)
Formato y Relación de Aspecto: 35mm anamórfico (Panavision), 2.4:1
Otros: fotografía de 2ª unidad de Arthur Wooster, BSC

Vista en Blu-ray

© Harmonica Rental & Cinema/Ignacio Aguilar, 2015.