The Hindenburg
Adaptación de una novela de Michael M. Mooney, escrita para la pantalla por Nelson Gidding (“The Andromeda Strain”) que especula con que la destrucción del dirigible alemán, símbolo del régimen Nazi, acaecido en EEUU el 6 de mayo de 1937, se hubiera debido a un acto terrorista. El film, que mezcla el género del thriller de espionaje junto con el de catástrofes (tan de moda en la década de los 70) fue protagonizado por George C. Scott como el oficial encargado de la seguridad del dirigible, con un reparto de secundarios en el que destacan William Atherton, Anne Bancroft, Richard Dysart y Charles Durning, con roles menores para Burgess Meredith, Gig Young, Roy Thinnes, Joe Turkel o René Auberjonois. La dirección recayó en el veterano y talentoso Robert Wise, pero ni su sobriedad ni su minuciosidad en la puesta en escena pueden levantar el encorsetamiento de la propuesta, con unos personajes secundarios que tal y como están descritos, apenas tienen interés. La trama de catástrofes funciona mucho mejor, especialmente gracias al equipo de efectos visuales y sonoros de la Universal, que lograron que la película obtuviera dos premios Oscar especiales en 1975.
El director de fotografía fue el veterano Robert Surtees [ASC], una apuesta muy en la línea de la excesiva sobriedad y clasicismo de la película, si bien el padre del director de fotografía de “Dirty Harry” realiza un buen trabajo, que incluso le valió una nueva nominación al Oscar. Durante muchos años, Surtees fue el director de fotografía estrella de la Metro-Goldwyn-Mayer en EEUU, para la cual fotografió decenas de títulos, por los que obtuvo tres premios de la Academia: “King Solomon Mines” (Compton Bennett & Andrew Marton, 1950), “The Bad And The Beautiful” (Vicente Minnelli, 1952) y “Ben-Hur” (William Wyler, 1959). Ya en los años 60, después del fracaso comercial de “Mutiny On The Bounty” (Lewis Milestone, 1962), se especializa como freelance en grandes producciones y acumula nuevas nominaciones (hasta un total de once en su carrera, además de sus estatuillas) hasta su retirada a finales de los 70, en una época cuando su estilo clásico en color, heredado de la fotografía en blanco y negro, aún destacaba entre las nuevas tendencias surgidas en Europa en los años 60 y que desde hacía años habían calado en norteamérica.
“The Hindenburg” también contó con diseños de Edward C. Carfagno, el decorador de “Ben-Hur”, “The Wonderful World of the Brothers Grimm” o “Soylent Green”, entre muchas otras, que fue el encargado de reconstruir el interior de la estructura del dirigible y de las dependencias del mismo (parece ser que con gran precisión y en base a los planos del mismo), aunque la verdadera estrella del show no es otro que Albert Whitlock, el especialista en efectos especiales fotográficos y pinturas mate de la Universal (“Earthquake”, “The Thing”) y de un buen número de películas de la filmografía de Alfred Hitchcock (“The Birds”, “Torn Curtain”, “Frenzy”), entre otras, cuyas pruebas para animar al gigantesco zeppelin tanto en tierra como en el aire, a través de una mezcla de miniaturas y pinturas mate, posibilitó que la Universal diera luz verde al proyecto.
La fotografía de Surtees es su clásico trabajo creado a través de luz dura y zonas de luz y sombra (como muy bien establece la escena, casi inicial, entre el personaje de George C. Scott y el ministro de propaganda Nazi, en la que Goebbels está fotografiado prácticamente entre sombras que impiden ver su rostro). Este estilo es el aplicado por Surtees a las escenas en el interior de la estructura del dirigible, de lejos las más interesantes de la película junto con las noches en la cabina de mando, que destacan porque el operador utiliza una fuente de luz dura y apenas relleno para sus sombras, produciendo un aspecto contrastado de mucho interés. Sorprende también –aunque tiene su explicación en que la reconstrucción de las dependencias del dirigible mantenían el reducido tamaño de las originales- que un hombre como Surtees experimentase con luz rebotada o difusa en las cabinas del zeppelin (atención a las escenas entre Scott y Roy Thinnes, el oficial de la Gestapo), aunque como declarara a “American Cinematographer”, tuviera que subexponer el negativo y forzarlo en el revelado para ganar algo de contraste y dejarlas acorde a sus gustos. Por supuesto, la luz frontal, incluso con algo de suavidad mediante filtros difusores en las escenas en que aparece, es la forma escogida para fotografiar a Anne Bancroft, con la que ya había trabajado en “The Graduate”, aunque aquí su papel sea muchísimo más insulso.
La puesta en escena de Robert Wise es muy clásica y no sorprende a aquéllos a los que la filmografía del director de “West Side Story” o “Star Trek” les resulte familiar. Predominan las composiciones amplias en formato panorámico anamórfico y, para luchar contra la falta de profundidad de campo inherente a éste, Surtees no solo se apoya en diafragmas cerrados (más cercanos a T/5.6 que a T/4), sino también en el uso de lentes de aproximación partida para mantener el enfoque en ambos lados del fotograma. Su uso no está tan extendido como en “The Andromeda Strain” (1971) o la citada “Star Trek” (1979), que contienen un uso prácticamente récord de las mismas, pero Wise las emplea con mucha frecuencia, incluso para enfocar simples escorzos de los actores sin aparente necesidad de ello (siempre se ha dicho que Wise, como montador de “Citizen Kane”, quedó prendado de los efectos deep focus de Welles y Toland).
Para la escena del desastre, los cineastas tomaron la decisión de realizar una arriesgada transición al blanco y negro en el momento en que se produce la explosión del dirigible. Ello parece ser que se debe principalmente a que –en aras a incrementar la autenticidad de la película, así como reducir el presupuesto- se quería utilizar y se utilizó metraje real de la catástrofe, el cual había sido rodado en blanco y negro. Por lo tanto, los efectos fotográficos de Whitlock y los efectos mecánicos de Glen Robinson, que en esta parte de la película resultan especialmente exitosos, carecen de color en una elaborada secuencia que, de lejos, es el punto de mayor interés de una propuesta demasiado clásica y anticuada desde su propio concepto, aunque la fotografía de Surtees tenga un buen nivel y consiguiera una nueva candidatura al Oscar para su veterano autor.
Título en España: Hindenburg
Año de Producción: 1975
Director: Robert Wise
Director de Fotografía: Robert Surtees, ASC
Ópticas: C-Series y Super PanaZoom Cooke de Panavision
Emulsión: Kodak 5254 (100T)
Formato y Relación de Aspecto: 35mm anamórfico (Panavision), 2.4:1
Otros: efectos visuales de Albert Whitlock, fotografía mate de Bill Taylor, ASC
Premios: Oscar a la mejor fotografía (nom)
Vista en Blu-ray
© Harmonica Rental & Cinema/Ignacio Aguilar, 2015.