Sully
Adaptación para la gran pantalla de los sucesos reales ocurridos sobre la ciudad de Nueva York el 15 de enero de 2009, ya plasmados en forma literaria por su protagonista, el piloto de US Airways Chesley “Sully” Sullenberger en colaboración con Jeffrey Zaslow. Como consecuencia de un fuerte impacto con aves que volaban a baja altitud en las cercanías el aeropuerto de LaGuardia, la aeronave pilotada por Sullenberger (un gran Tom Hanks) y su co-piloto (Aaron Eckhart), sufrió la pérdida de operatividad de sus dos motores, lo que obligó al comandante a tratar de aterrizar en el único lugar despejado de la zona: sobre el río Hudson, a la altura de la calle 48 de Manhattan, frente a New Jersey. Milagrosamente los 155 ocupantes del avión salieron con vida del accidente, pero los pilotos debieron enfrentarse a las acusaciones de las autoridades, que consideraban que hubiera sido factible regresar a uno de los aeropuertos de la zona. “Sully” es una película típica y a la vez atípica en la filmografía de Clint Eastwood; atípica en cuanto que requiere de un buen número de complicadas (pero bien resueltas) secuencias de acción que conllevan muchos efectos digitales y previsualización, pero típica en su retrato de un héroe americano de un comportamiento tan serio como intachable que se enfrenta al establishment para demostrar que tiene razón. Sin embargo, “Sully” está lejos de sus mejores trabajos por sus problemas de estructura (se echa en falta al montador Joel Cox y los acontecimientos apenas dan para 90 minutos de proyección, y eso que el accidente es visto varias veces y con diferentes enfoques) y porque, a pesar de la solvencia de la producción, parte del enfoque melodramático cae en los típicos clichés del telefilm de sobremesa.
El director de fotografía es Tom Stern [ASC, AFC], quién ha rodado todas las películas de Eastwood desde que diera el relevo a Jack N. Green en esta posición a partir de “Blood Work” (2002). Con anterioridad, Stern había ocupado el puesto de Gaffer o Jefe de Eléctricos en las producciones de Eastwood desde los tiempos del gran Bruce Surtees, comenzando con “Honkytonk Man” (1982). Es decir, de la misma manera que Green, que había sido operador de cámara de Surtees, acabó sustituyéndole, Stern hizo lo propio con Green, a pesar de que contaba con 56 años de edad cuando Eastwood le hizo debutar. Antes, había sido gaffer de Conrad Hall en “American Beauty” (1999) y “Road to Perdition” (2002), por las que el director de fotografía obtuvo su segundo y tercer Oscar, este último con carácter póstumo. Al igual que le sucedió a Surtees pero sobre todo a Green, la carrera de Stern ya como director de fotografía se ha desarrollado principalmente en producciones de Malpaso, productora de Eastwood, aunque también ha rodado proyectos ajenos, como “The Hunger Games” (Gary Ross, 2012) o “The Exorcism of Emily Rose” (Scott Derrickson, 2005). Stern fue nominado al Oscar en 2008 por su trabajo para Eastwood en “Changeling”.
Ha sido bastante publicitado que “Sully” es la primera película que está rodada casi por completo haciendo uso de la cámara Arri Alexa 65, en formato 6.5K ArriRaw, empleando el juego de ópticas Hasselblad especialmente adaptadas para su uso cinematográfico por la propia compañía alemana. Gracias a ello, “Sully” también ha sido promocionada como una película rodada con la “Alexa IMAX” (sic), siendo proyectada en este formato con una relación de aspecto 1.90:1 para favorecer la altura de pantalla del mismo, en contraposición al 2.4:1 en el que se exhibe en cines convencionales. Por supuesto, todo esto conlleva que “Sully” sea la primera película de Eastwood con Stern que no está rodada en formato anamórfico, puesto que incluso las dos anteriores, “Jersey Boys” y “American Sniper”, ambas estrenadas en 2014, fueron rodadas con la Alexa XT utilizando las lentes habituales de esta pareja de cineastas, los Panavision C y E series anamórficos. El formato 65mm de la Alexa tiene una profundidad de campo similar al anamórfico, pero lógicamente sus objetivos Hasselblad son esféricos y, aunque son de una enorme calidad, cuentan con el problema de que sus aperturas se encuentran entre el T2.8 y el T4.0 de diafragma, por lo que no son tan adecuados para rodajes con bajos niveles de luz, aunque es seguro que el mayor tamaño de sensor permite utilizar también ISO más altos a los cineastas.
Haber rodado la película con la Alexa 65 produce varios efectos, no todos ellos positivos. El primero de ellos es que existe un claro compromiso con las relaciones de aspecto; en proyección convencional a 2.4:1 es evidente en más de un momento que falta información arriba y debajo de la pantalla y varias veces aparecen cortadas las cabezas de forma poco ortodoxa (mientras que es prácticamente seguro que en IMAX, en 1.90:1, por lo general las composiciones serán demasiado abiertas). Otro efecto es que, de manera obvia e incluso con proyección a 2K, los planos generales –sobre todo los exteriores aéreos- poseen un mayor detalle y claridad. Esto mismo también se aprecia en los primeros planos. Pero desgraciadamente, el aumento de nitidez general y el aspecto digital de la imagen hacen que la imagen parezca mucho más vídeo de lo que es habitual en una Alexa convencional equipada también con lentes convencionales. Ello se debe a que la imagen es tan limpia y detallada que se separa todavía más de la del soporte fotoquímico tradicional (curiosamente, un efecto similar se produce en el IMAX original, rodado en 65mm 15-perf y proyectado en 70mm 15-perf). Los resultados por lo tanto, son desiguales y no parecen justificar ni las limitaciones ópticas ni los enormes problemas que a buen seguro han tenido los cineastas y post-productores para manejar el enorme volumen de datos que genera la Alexa 65. Todo ello, dicho sea otra vez, al menos cuando “Sully” es vista en una gran pantalla en un cine convencional, que por otro lado es donde la verán el grueso de espectadores durante su estreno en salas.
Stern, al menos trabajando con Eastwood, ha heredado la tradición de sombras de Surtees y Green, lo que ha hecho que en muchas de sus películas utilice muchas fuentes de luz dura para generar brutales claroscuros, e incluso fuertes sobreexposiciones y subexposiciones en un mismo fotograma. También, sus películas se han caracterizado por cierta ausencia de color, con mucha desaturación creada tanto delante de la cámara mediante la dirección artística y de vestuario, como ya durante los etalonajes digitales, a los que Eastwood fue reacio en principio pero que abrazó claramente después de sus primeras experiencias en la época de “Flags of Our Fathers” (2006) y “Letters from Iwo Jima” (2006). “Sully” es monocromática en esencia, aunque ni lo es de forma tan agresiva como estos títulos o incluso “Jersey Boys” (que tenía gravísimos problemas por este motivo) ni es tan contrastada como los trabajos habituales de Stern. En su lugar, parece que el veterano operador confía mucho en fuentes integradas en pantalla y fluorescentes o LEDs para rellenar o como luz principal sobre los intérpretes, algo que es muy evidente, por ejemplo, en los exteriores nocturnos.
Los resultados son buenos en lo que respecta a las escenas que tienen que ver tanto con el avión, como con su accidente y el posterior rescate de los pasajeros y los miembros de la tripulación (que de lejos son lo que interesa de la función, lo cual Eastwood conoce de sobra de antemano) pero pobres en casi todo lo demás: a pesar de que la Alexa 65 permite tomas generales muy vistosas, todo lo que respecta al trabajo de interiores de Stern (Sully hablando con su esposa, las vistas con los miembros de la comisión aérea, la escena final con los simuladores, etc) es tan sumamente plano, mecánico y aburrido que solo puede ser fruto de la rapidez con la que rueda Eastwood, o bien de un franco desinterés de los cineastas por esta parte de la historia, o incluso una combinación de ambas. Desde luego no es Stern un operador brillante, ni mucho menos, pero si bien mitad de sus trabajos para Eastwood han destacado sobre la media, “Sully” desgraciadamente se posiciona más con esa otra mitad en las que la fotografía no se encuentra entre las virtudes de las producciones de Malpaso. Lo cual, cuando se dispone de tantos medios y de una historia que ofrecía posibilidades visuales, es una verdadera lástima.
Título en España: Sully
Año de Producción: 2016
Director: Clint Eastwood
Director de Fotografía: Tom Stern, ASC, AFC
Ópticas: Hasselblad
Formato y Relación de Aspecto: Arri Alexa 65, 2.4:1 (IMAX: 1.90:1)
Vista en DCP 2K
© Harmonica Rental & Cinema/Ignacio Aguilar, 2016.
