S.O.B.

Sátira de Blake Edwards sobre el mundo del cine, cuyo argumento gira en torno a un director de cine que entra en una profunda depresión después que su última película haya resultado un fracaso. Como consecuencia, la maquinaria de Hollywood actúa de manera despiadada contra él, hasta que decide recomprarles los derechos de la película para retirarla de los cines y volver a filmarla con un tratamiento mucho más erótico y sexual. Con este pretexto, que no termina de funcionar del todo bien, Edwards filma un film muy coral y que parece ser que tuvo bastante de autobiográfico, dados los problemas que él mismo tuvo en Hollywood en la década anterior. El film no tiene un protagonista claro, aunque uno de los papeles principales recayó en el gran William Holden, en su última actuación antes de fallecer como consecuencia de su alcoholismo. Julie Andrews, esposa de Edwards, Richard Mulligan, Robert Preston, Robert Webber, Larry Hagman, Marisa Berenson, Robert Vaughn, Robert Loggia, Stuart Margolin, Shelley Winters y hasta Rosanna Arquette aparecen en pantalla.

El director de fotografía fue Harry Stradling Jr. [ASC], hijo del operador clásico Harry Stradling Sr, cuya fama fue siempre superior a la de su sucesor. Formado en el estilo absolutamente clásico de la fotografía en estudio en los equipos de su padre y de Robert Surtees, Stradling Jr. fue director de fotografía desde 1964, iniciándose en televisión. Siempre estuvo decidido a continuar el trabajo de su padre y de sus maestros, lo cual en un principio hizo que trabajase con un importante grupo de cineastas de Hollywood: Burt Kennedy en diversos Westerns (género en el que era especialista), Joseph L. Mankiewicz (“There Was a Crooked Man…”), Arthur Penn (“Little Big Man”), John Guillermin (“Skyjacked”), Peter Hunt (“1772”), Sydney Pollack (“The Way We Were”), John Sturges (“McQ”), Richard Brooks (“Bite The Bullet”), Jack Smight (“Midway” y “Damnation Alley”), Sam Peckinpah (“Convoy”), John Frankenheimer (“Prophecy”) o hasta Billy Wilder (“Buddy Buddy”) entre muchos otros. Sin embargo, su estilo, que no evolucionó en absoluto ni siquiera en su último título para Edwards (“Blind Date”, 1987) seguramente fue lo que le hiciera retirarse con tan solo 63 años de edad en 1988, ya que al igual que le ocurrió a Fred Koenekamp, su clasicismo dejó a Stradling absolutamente fuera de moda en una época (los 80) en que el estilo imperante era radicalmente diferente al de décadas anteriores.

Precisamente eso es lo que parecía buscar Edwards en Stradling, en cambio, ya que casi siempre había trabajado con directores de fotografía de ese perfil y, como el propio Stradling contaba a “American Cinematographer” en una entrevista con razón de un film posterior de Edwards (“A Fine Mess”), lo que el realizador buscaba era el “estilo cinematográfico” que aportaba Stradling a sus proyectos. Lógicamente, con la perspectiva que ofrecen las más de tres décadas transcurridas desde aquello, a lo que se refería el operador era a que él era representante de un estilo de fotografía de los años 50 y 60, en contraposición al estilo colorido, con haces de luz, humo, alto contraste, contraluces, etc. que imperaba en la época. Y aunque curiosamente el estilo antiguo fuera considerado por Edwards como más cinematográfico, lo cierto es que encuadrar “S.O.B.” en los 80 a nivel estético es complicado, porque efectivamente, lo que hace Stradling Jr. es parecido a lo que hicieron para él Philip Lathrop o Lucien Ballard en los 60, aunque en esta ocasión el diseño de producción sea algo más realista y menos colorido que en títulos como “The Pink Panther” o “The Party”. Cierto es que Stradling le iba bien a Edwards porque el tipo de puesta en escena del director también era muy de los 60, con tomas muy largas, lentes angulares y muchas momentos en que los actores son los que se mueven por el cuadro y no es la cámara la que los persigue.

Sin embargo, como indicábamos, si bien ya entrados en los 80, e incluso mucho antes, lo más normal del mundo era que los directores de fotografía empleasen luz suave (filtrada bien a través de sedas o materiales difusores, o bien rebotada en techos, paneles, esticos, palios, paraguas, etc.), Stradling Jr. rechaza cualquier técnica establecida después de 1965. Pero no solo eso, es decir, no solo es que ilumina a sus actores con luces duras y dirigidas (fruto de emplear múltiples fuentes incluso cuando trabaja en localizaciones), sino que además, incluso en sus escenas interiores diurnas apenas tiene en cuenta la dirección lógica de la luz natural, o mucho menos hace uso (¡ni por asomo!) de la misma. Por ello se da la circunstancia de que en algunas escenas hay personajes junto a las ventanas y su luz principal no viene de las mismas, sino de grandes aparatos (5Kw o 10Kw) que proceden desde dentro de las estancias. Esto es particularmente visible en las escenas iniciales con Robert Vaughn como el ejecutivo del estudio, o en la casa de Malibú en todos los interiores día, en los que Stradling iguala la intensidad de luz con el exterior e ignora por completo la luz real de la playa, creando además un aspecto muy plano y poco interesante.

Los interiores nocturnos son algo mejores, porque aunque emplean el sistema de luces puntuales de Stradling, sí es cierto que respetan algo más las aparentes fuentes de luz (lámparas en cuadro que no iluminan nada) pero, sobre todo, hay algo más de contraste y ambiente en la imagen. Lógicamente “S.O.B.” es una comedia y además, de un experto en el género como Edwards, pero en general le hubiera ido mejor al film un aspecto algo más contrastado, como el de las noches, que la planicie de las escenas diurnas. El aspecto global está aún así muy desfasado y es absolutamente teatral, estando además en la línea en que hubieran trabajado los citados Ballard, Lathrop o Koenekamp, o incluso Charles Wheeler o Ernest Laszlo, quién se retiró pocos años antes, que en el aspecto que desde ya hacía muchos años estaba establecido en Hollywood. Por ello, si lo que se busca es ver una buena fotografía, desde luego “S.O.B.” no es el film ideal, pero si lo que se busca es ver algo extraño, fuera de su tiempo, como unos diseños de los 80 pero con la luz de los 60, en ese caso “S.O.B.” es una rareza maravillosa porque su operador rechaza de forma tajante cualquiera de las innovaciones que los Alonzo, Hall, Willis, Roizman o Zsigmond llevaron al cine americano en los 70.

Título en España: Sois Honrados Bandidos
Año de Producción: 1981
Director: Blake Edwards
Director de Fotografía: Harry Stradling Jr, ASC
Ópticas: C-Series & Super Panazoom Cooke
Emulsión: Kodak 5247 (100T)
Formato y Relación de Aspecto: 35mm anamórfico (Panavision), 2.4:1

Vista en Blu-ray

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