Prometheus

Vuelta al cine de ciencia-ficción por parte del cineasta británico Ridley Scott, con una película que se sitúa a medio camino entre una precuela de la emblemática “Alien” y un film original: unos científicos viajan a un planeta desconocido con la intención de investigar sobre el origen del ser humano, topándose allí con unos extraños seres que pondrán en peligro tanto a la expedición como a la humanidad en general. Sin embargo, “Prometheus” es un film que, aunque parece que pretende ser cerebral y sofisticado, está lastrado por un guión muy pobre, con un exceso de personajes que carecen de desarrollo alguno, además de que su propio concepto “precuela o no precuela” queda demasiado indefinido, de modo que como película fuera del universo “Alien” no tiene el menor interés y, en los elementos que enlaza con aquél, los desvirtúa en más de una ocasión de manera vergonzante. Noomi Rapace, Michael Fassbender y Charlize Theron encabezan el reparto de un film que se sitúa no sólo por debajo de la película original o de la primera secuela (“Aliens”) de James Cameron, sino que incluso carece del estilo de la de David Fincher (“Alien³”) o de la línea concisa de la de Jean-Pierre Jeunet (“Alien: Resurrection”), que siendo una película tan floja como la presente, al menos tenía claro lo que quería contar.

El director de fotografía de “Prometheus” es el polaco afincado en EEUU Dariusz Wolski [ASC]. Wolski es un operador que, tras su llegada a América, comenzó a trabajar como ayudante de cámara, hasta que consiguió acceder a la dirección de fotografía de numerosos videoclips y anuncios publicitarios, desde donde dio el salto al mundo del cine de la mano de cineastas también originarios de ese mundo, como Alex Proyas (“The Crow”) o el hermano de Ridley, Tony Scott (“Crimson Tide”, “The Fan”). En su posterior carrera, que siempre se ha caracterizado por sus imágenes estilizadas y cierta habilidad para trabajar con la luz artificial, destacan las cuatro películas de “Pirates of the Caribbean” o sus dos colaboraciones con Tim Burton (“Sweeney Todd” y “Alice in Wonderland”), de modo que, con sus antecedentes con los hermanos y por su carrera previa, Wolski era un operador aparentemene idóneo para ejecutar este trabajo y no es que salga mal parado, pero lógicamente, como era de prever, sus imágenes se quedan muy lejos de las de Derek Vanlint [BSC, CSC] en “Alien”.

“Alien”, como reconocían cineastas como Steven Spielberg o su director de fotografía Allen Daviau, es un verdadero manual acerca de cómo iluminar para crear diferentes texturas, desde el blanco inmaculado a lo “2001” con luz suave y difusa, hasta llegar a la luz estroboscópica en la parte final del film, pasando antes por el contraluz para resaltar los elementos de diseño de la nave y, de paso, ocultar al alienígena en los segundos planos desenfocados. E incluso en aquél film, Vanlint y Scott daban una lección acerca de cómo iluminar de forma misteriosa pero creíble los exteriores del planeta alienígena rodando en interiores de estudio, o de inventiva al utilizar luz láser en la cámara donde se encuentran los huevos que inician la pesadilla de los tripulantes de la Nostromo. Por ello, “Alien” cuyo estilo visual se mantiene perfectamente vigente, e incluso a día de hoy seguiría pasando por un film mucho más moderno, es sin lugar a dudas una de las películas mejor fotografiadas de la historia del cine, tanto por su atractivo, variedad de técnicas o la forma en que éstas apoyan a la narrativa.

Como Vanlint, el director de fotografía polaco utiliza cientos de luces integradas en los decorados, sustituyendo las fuentes de tungsteno o proyecciones en 16mm de la película original por fuentes LED, mucho más pequeñas, manejables, de menor consumo y de temperaturas de color que rara vez muestran blancos puros en pantalla, complementándolas con la luz fluorescente habitual de este tipo de películas. El aspecto que consigue, por lo general y dentro de la nave, es bueno y atractivo, e incluso moderno, pero nunca inspirado. “Prometheus” está rodada originalmente con rigs 3D utilizando la cámara Red Epic, de modo que la iluminación de Wolski se ve comprometida por la necesidad de tener que renunciar a niveles de oscuridad extremos, e incluso, en gran medida, a elementos básicos de “Alien” como el humo, que no funcionan bien en la versión tridimensional. Ello, unido a que los decorados de Arthur Max, en los escenarios que difieren de los de la primera película, como la nave espacial, son mucho menos orgánicos, tenebrosos y herrumbrosos que los diseños de Michael Seymour, H.R. Giger o Ron Cobb, entre otros, hace que la fotografía ni se acerce ni pueda acercarse al enorme logro de Vanlint, con una imagen que siempre es más luminosa, limpia y casi aséptica en comparación, sin atisbo de las mencionadas texturas de la película original.

En los interiores de la nave alienígena, Wolski sí que se dedica a imitar a Vanlint, como no podría ser de otra manera tratándose de escenarios a menudo idénticos, incluyendo el célebre contraluz para iluminar los pasillos y corredores de aspecto de materia orgánica de Giger, pero claro, sin el mérito o la frescura de aquél y, en la mayoría de los casos, sin atreverse a alcanzar sus niveles de oscuridad (sirva como ejemplo que, en “Prometheus”, los personajes siempre llevan cascos y/o luces incorporadas para que se los distinga perfectamente, mientras que en “Alien” se confiaba más en linternas que iluminaban el camino de los astronautas que en ponerles una lucecita a cada uno). Además, Wolski y Scott, en “Prometheus”, no solo acuden a la adquisición digital, cuya textura es más limpia, sino que prescinden del formato anamórfico que en “Alien” se utilizó de forma ejemplar para captar destellos (tanto de las linternas como de las luces de la nave Nostromo hacia el final del film) y una profundidad de campo muy reducida con fondos estirados y distorsionados, que incrementaban la angustia debido a que nunca se sabía por dónde podría aparecer el bicho.

Además, debido también al rodaje en 3D, en esta ocasión, Ridley Scott, cineasta conocido por su tendencia a la utilización de teleobjetivos y multicámaras, se ve obligado a componer con lentes más angulares para disponer de cierta profundidad en la imagen, de modo que, cuando aparece en pantalla una toma captada por multicámara, ésta salta mucho más, e incluso también se nota el especial cuidado que tienen los cineastas con los primeros planos de Charlize Theron, que siempre aparece bajo la luz óptima, de manera muy distinta a la filosofía de iluminar el decorado y no a los actores de “Alien” e incluso otras películas del realizador.

Así pues, “Prometheus” es una película que luce razonablemente bien, e incluso contiene algunas tomas captadas en localizaciones (Islandia y Escocia) de un gran nivel, pero que, como era de prever, desgraciadamente se queda muy lejos del tremendo trabajo visual de “Alien”, con un aspecto infinitamente menos personal e interesante y cuyos mayores logros, sin lugar a duda, están basados en la mera imitación del estilo y técnicas de aquélla que, 33 años después, a pesar de contar con medios mucho más rudimentarios y menos cuantiosos, continúa siendo muy superior a todos los niveles.

Título en España: Prometheus
Año de Producción: 2012
Director: Ridley Scott
Director de Fotografía: Dariusz Wolski, ASC
Ópticas: Angenieux Optimo 15-40mm & 28-76mm, Zeiss Ultra Prime
Formato y Relación de Aspecto: Red Epic (5K-3D), 2.4:1
Otros: Digital Intermediate (2K)

Vista en DCP (2D)

© Harmonica Rental & Cinema/Ignacio Aguilar, 2012.