Parasite

“Gisaengchung” AKA “Parasite” es la película ganadora del Festival de Cine de Cannes de 2019 y es la séptima película del cineasta surcoreano Bong Joon Ho, autor de películas de corte fantástico como “The Host” (2006), “Snowpiercer” (2013) y, más recientemente y con producción de Netflix, “Okja” (2017). En esta ocasión Joon Ho se decanta por una historia mucho más mundana, aunque con sucesivos giros que van modificando la misma: un joven, que vive junto con sus padres y su hermana en un semisótano y en situación de pobreza, comienza a trabajar como profesor para la hija de una familia rica que vive en una espectacular mansión unifamiliar. A través de una serie de tretas, consigue que primero su hermana obtenga el mismo trabajo junto al hijo menor del matrimonio, lo cual únicamente es el comienzo de una serie situaciones que alternan la comedia y un humor muy negro, hasta que se produce un giro que modifica la trama a un thriller puro como algunas reminiscencias de Hitchcock. Los resultados son muy buenos, con una situación de lucha de clases muy interesante y personajes -todos ellos- que no son ni buenos ni malos, sino que más bien actúan por su condición. Lástima que el epílogo parezca tan forzado e innecesario, cuando Bong Joon Ho podría haber terminado el film en un extraordinario pico con el que es el verdadero final de la obra, pero ello no impide que las dos anteriores horas de proyección sean absolutamente distrutables.

El director de fotografía es el ya veterano Kyung-pyo Hong, quien lleva ejerciendo como primer operador desde finales de la década de los 90, hasta la fecha siempre adscrito al cine surcoreano y colaborador del realizador Bong Joon Ho ya en “Madeo” (2009) y la citada “Snowpiercer”, siendo “Parasite” su tercera colaboración, ya que “Okja” parece que fue un paréntesis del que se hizo cargo el director de fotografía francés de origen iraní Darius Khondji, puede que precisamente porque fue un proyecto internacional financiado por la famosa platatorma de televisión.

Como en el caso de la película anterior, en esta ocasión el realizador Bong Joon Ho ha optado no solo por la adquisición en formato digital, sino además llevándola a cabo de nuevo con la Arri Alexa 65 y su juego de ópticas Hasselblad Prime 65, que ofrecen una calidad de imagen extraordinaria, pero con ciertos matices vintage como algunos velados y captación de destellos que hacen que la imagen sea aún más interesante. Aún en formato doméstico, la sutileza de la cámara que actualmente es el tope de gama de Arri es espectacular, ofreciendo imágenes extraordinariamente detalladas con el color y la latitud de exposición de los otros modelos de Alexa. Aún así, lo mejor de su uso no es ya la tremenda información que captura la cámara rodando en 6.5K ArriRaw, sino como el formato panorámico esférico que genera la misma es empleado por los cineastas para mostrar en pantalla a las dos familias que se contraponen en el relato. Gracias a esa pantalla ancha, Bong Joon Ho y su director de fotografía Kyung-pyo Hong componen muchas tomas con los cuatro miembros de cada familia en el encuadre, a veces a lo ancho, otras veces en profundidad, con elegantes movimientos de cámara y movimientos fluidos de Steadicam.

La iluminación de Kyung-pyo Hong también es interesante y en la misma se distinguen tres ambientes muy bien diferenciados: de un lado, el semisótano en el que vive la familia protagonista, el Sr. Kim, su esposa y sus dos hijos, que es un espacio angosto en el que la luz colabora a que ese ambiente en el que vive esta familia parezca pobre y degradado, con un aspecto generalmente verdoso, como de fluorescentes cool-white integrados, también con algo de luz de tungsteno por ejemplo en la secuencia en la que los jóvenes buscan cobertura para sus teléfonos en el baño. De otro lado, la mansión de la familia Park, es una casa de arquitectura moderna, específicamente diseñada para el film, con múltiples fuentes de iluminación LED, suave y cálida, integrada en la misma, que en un gran porcentaje hace las veces de fuente de iluminación principal y va muy a juego con la sofistificación que el dinero que posee la familia les proporciona. Y por último, el sótano de esta casa, la localización sorpresa, está fotografiado con niveles de iluminación muy bajos y procedentes de fluorescentes verdes (pero más verdes aún que los tradicionales cool-white) que hacen que el mismo sea un lugar incómodo, inhóspito y también desagradable (como en la casa de los Sres. Kim, también hay algo de luz de tungsteno en este sótano).

Los cineastas no buscan imágenes de una estética especialmente contrastada en cuanto a la luz, sino que el film sigue este aspecto moderno de mucha luz integrada y variadas fuentes de iluminación en cuanto a su color (que incluyen una notable imitación de la luz de sodio de las farolas para las secuencias nocturnas) que a veces, por su propio concepto, van un poco en contra de un verdadero contraste y negros profundos. Pero lo importante no es otra cosa más que describir ambientes, cosa que el film hace muy bien a través de su diseño de producción y de su fotografía, dejando que sea la labor del realizador Bong Joon Ho y de sus intérpretes que sean ellos quienes los habiten y, con sus acciones, los definan o maticen. Los resultados, por lo tanto, son muy interesantes, pero lo son aún más porque a la más que adecuada estética de la película se le une sobre todo una historia y una forma de contarla que hacen que el conjunto valga más que sus elementos individuales.

Título en España: Parásitos
Año de Producción: 2019
Director: Bong Joon Ho
Director de Fotografía: Kyung-pyo Hong
Ópticas: Prime 65 (Hasselblad)
Formato y Relación de Aspecto: Arri Alexa 65 (ArriRaw 6.5K), 2.4:1
Otros: 4K Digital Intermediate

Vista en Blu-ray

¿Te ha gustado esta reseña? ¡Siguenos en Facebook!

© Harmonica Rental & Cinema/Ignacio Aguilar, 2019.