Nicholas & Alexandra

Típica supreproducción del productor Sam Spiegel (“The Bridge on the River Kwai”, “Lawrence of Arabia”), de gran presupuesto, duración y recreación de un período y sucesos históricos, en esta ocasión centrada de un modo casi intimista en los últimos quince años de la vida del último Zar ruso y los miembros de su familia, que tras la segunda guerra mundial, la guerra civil y la revolución rusa fueron asesinados por los bolcheviques en julio de 1918. Spiegel contrató a James Goldman (“The Lion in Winter”, “White Nights”) para adaptar el libro de Robert K. Massie que reconstruía los hechos, y fue la única colaboración del productor con el director norteamericano Franklin J. Schaffner, entonces en la cumbre de su carrera tras el éxito de “Planet of the Apes” y sobre todo de “Patton”, por la que se alzó con el Oscar al mejor director en 1970, mientras aún se rodaba este título. Michael Jayston y Jane Suzman encarnan a los Zares, con un reparto de secundarios que incluye a Laurence Olivier, Jack Hawkins, Tom Baker, Harry Andrews, Curd Jurgens, Julian Glover y hasta Brian Cox, Ian Holm y Steven Berkoff, entre otros, como los revolucionarios.

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A sus 69 años de edad, Freddie Young [BSC] –ganador del Oscar por “Lawrence of Arabia”, “Doctor Zhivago” y “Ryan’s Daughter”, el año anterior, imponiéndose a Fred Koenekamp por “Patton”- se hizo cargo una vez más de la dirección de fotografía, en su única colaboración con el director. Su operador de cámara fue Ernest Day [BSC], que también había realizado con Young las películas con Lean, entre otras, e incluso colaboraría con Schaffner, ya como primer operador, en la muy fallida “Sphinx” (1981). El director de fotografía de segunda unidad volvió a ser el español Manuel Berenguer [ASC], que se había hecho cargo temporalmente de “Zhivago” después del despido de Nicolas Roeg y antes de la incorporación de Young, rodando, entre otras, las secuencias en Finlandia de la película de Lean. El resto del equipo técnico encargado del film –rodado, por razones obvias, en España y Yugoslavia (para la secuencia del “Domingo Sangriento”)- fue el que ya colaborara con Spiegel en “Lawrence of Arabia” y que David Lean también usó en “Doctor Zhivago”. Así, John Box fue el diseñador de producción y director de segunda unidad, mientras que Vernon Dixon, Ernest Archer, Jack Maxsted y Gil Parrondo se encargaron de los decorados, que debían reconstruir principalmente los interiores de los palacios de San Petersburgo así como acondicionar las distintas localizaciones en La Granja, Aranjuez, Madrid capital, la Costa Brava y las llanuras de Castilla.

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Por todo ello, dadas las similitudes temáticas y de equipo, la fotografía de “Nicholas and Alexandra” es en muchos aspectos tremendamente similar a la de “Doctor Zhivago”, ya que comparte con ella una puesta en escena tremendamente clásica y pausada en la que predominan los objetivos tendentes al gran angular –para mostrar en los interiores a seis, siete, diez y hasta doce o trece personajes al mismo tiempo- y niveles de iluminación generalmente altos, que permitían trabajar con diafragmas pequeños para lograr una gran profundidad de campo (en este aspecto, se ve que Young trabajaba más cómodo entre T/5.6 y T/8, lo cual también favorece mucho el rendimiento de sus lentes anamórficas, que sustituían al formato de 65mm de “Ryan’s Daughter” y “Patton”, los citadas obras inmediatamente anteriores de él mismo y del director). Y ése es uno de los aspectos que más destacan del trabajo de Young, puesto que “Nicholas and Alexandra” es un verdadero libro de texto de composición de imagen en formato panorámico anamórfico, en el que el encuadre está ocupado siempre de una manera tremendamente equilibrada, con los actores cuidadosamente colocados a lo largo del mismo y con un uso portentoso de la doble composición usando el primer plano y el fondo simultáneamente. En este aspecto, la contribución de Ernest Day –uno de los mejores operadores de cámara de la historia del cine- es sencillamente colosal, con suaves y sutiles movimientos en cada paneo, travelling o acercamiento, que demuestran un inconmensurable oficio en la puesta en escena.

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La iluminación de Young es su clásico trabajo elegante y vistoso que abarca elementos teatrales (altos niveles para las escenas de salón, bajos y contrastados para los momentos íntimos y dramáticos, etc) pero se aprecia una evolución desde “Doctor Zhivago” –a buen seguro influenciada también por la aparición entre tanto de la emulsión 5254 de 100 ASA, el doble de la 5251 del film de Lean- al ser claramente visible un mayor intento de justificación de fuentes, pero sobre todo una mayor suavidad en la luz, posiblemente rebotándola y/o filtrándola a través de sedas o bastidores, como si Young fuera consciente de las nuevas técnicas de la Nouvelle Vague o incluso del trabajo de su compatriota David Watkin (cuya icónica “The Charge of the Light Brigade” de 1968 no pudo pasar desapercibida ante los ojos del operador británico más prominente de Gran Bretaña), todavía en una época anterior a que el humo y los filtros difusores se pusieran absolutamente de moda a raíz, sobre todo, del “Cabaret” (1972) de Bob Fosse y Geoffrey Unsworth.

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Ello hace que el aspecto de “Nicholas and Alexandra” tenga la habitual calidad en Young –que iluminaba el color como si se tratara de blanco y negro, con multitud de luces para crear pequeños efectos de luz lateral, fondos, contraluz, etc- y un aspecto que aún magnífico, resulta ligeramente más moderno que el de la película de Lean, e incluso refuerza el aspecto pictórico de las composiciones, con una luz suave que le sienta maravillosamente bien a escenas como la del cautiverio final de la familia real rusa en la casa de Ipatiev, hacia el final de la proyección, ya incluso con los cristales de las ventanas cubiertos de pintura blanca). Asimismo, también resulta interesante el uso del color, en un principio con una amplia y saturada paleta que poco a poco va tornándose monocromática y, cuando avanza la revolución, el rojo obtiene un tremendo impacto visual –como en “Zhivago”- debido a su primacía sobre el resto del color. Bien se trate de interiores, o de exteriores, Young se luce continuamente y demuestra, con la calidez y belleza de sus imágenes, que cuando se esforzaba al máximo era uno de los mejores directores de fotografía de la historia del cine.

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En consecuencia, “Nicholas and Alexandra” es un trabajo magnífico y un modelo ejemplar de un cine a la antigua usanza en el que un conjunto de cineastas de un gran talento dan lo mejor de sí mismos. Sin embargo, “Doctor Zhivago” resulta superior en términos globales por esos momentos de pura inspiración visual –achacables a un director como Lean, más dotado que un Schaffner que dirige estupendamente a sus actores y narra muy bien, pero sin ese punto de inspiración que le separa de un coloso como el director de “Brief Encounter”- que la elevan al olimpo de la fotografía cinematográfica: los primeros planos de Julie Christie, la vela que deshiela la ventana revelando poco a poco su interior, los girasoles, el rostro en penumbra de Omar Sharif, o en otras palabras, la diferencia lo sobresaliente y lo insuperable. Nominada al Oscar a la mejor fotografía en 1971 -que perdió ante otro espectacular trabajo, el de Oswald Morris [BSC] en “Fiddler on the Roof”- y ganadora en la categoría de mejor decoración (el mencionado equipo de John Box, incluyendo a Gil Parrondo) y mejor vesturario (Yvonne Blake y Antonio Mateos).

Título en España: Nicolás y Alejandra
Año de Producción: 1971
Director: Franklin J. Schaffner
Director de Fotografía: Freddie Young, BSC
Ópticas: Panavision C-Series, Panafocal, Angenieux
Emulsión: Kodak 5254 (100T)
Formato y Relación de Aspecto: 35mm anamórfico (Panavision), 2.4:1
Otros: fotografía de segunda unidad de Manuel Berenguer, ASC
Premios: Oscar a la mejor fotografía (nom)

Vista en Blu-ray

© Harmonica Rental & Cinema/Ignacio Aguilar, 2016.