Margin Call

Debut en la dirección de J.C. Chandor, realizador que previamente había trabajado en el mundo de la publicidad y del documental, que narra la historia de la quiebra de un banco de inversión en Nueva York, desde el punto de vista de sus propios trabajadores y ejecutivos (Zachary Quinto, Simon Baker, Jeremy Irons, Kevin Spacey, Paul Bettany, Demi Moore y Stanley Tucci, entre otros), que ante la catástrofe, se debaten entre aprovecharla para ganar dinero, salvar sus carreras o cómo afrontar la situación que tienen entre manos de la manera más ética posible. Chandor parte de un guión muy sólido escrito por él mismo, con evidentes ecos de la quiebra de Lehman Brothers en el año 2008 y sus consecuencias para la economía mundial, que resulta muy interesante en su visión del mundo empresarial y económico y notable desde el punto de vista fílmico, con actores de enorme solvencia que perfilan muy bien sus personajes e incluso un ritmo narrativo muy acertado para describir el inicio de una crisis de funestas consecuencias. 

El director de fotografía fue Frank DeMarco, operador que hasta la fecha ha alternado la televisión (“Mad Men”), con segundas unidades o fotografía adicional para operadores como John Toll (“The Adjustment Bureau”), Hagen Bogdanski (“The Beaver”) o Alwin Kuchler (“Morning Glory”) o películas independientes o de bajo presupuesto, aunque su trabajo en este film parece que podría suponer un importante paso adelante en su carrera.

Debido a las limitaciones presupuestarias (menos de 3,5 millones de dólares, una cifra escasa para el cine en EEUU y más teniendo en cuenta el importante reparto de la película), así como al apretado calendario de rodaje (18 días), los cineastas decidieron rodar el grueso del metraje utilizando dos cámaras Red One con su sensor Mysterium-X, con el objeto de reducir los costes en celuloide y escaneado, aunque aún así la película contiene algunas (vistosísimas) tomas aéreas nocturnas de Manhattan capturadas en celuloide y alguna toma rodada en coches con la cámara Canon 5D MKII. Por consiguiente, “Margin Call” es una película cuya textura es diferente a la del fotoquímico, pero que está tratada con mucho gusto y obteniendo además un buen partido de la mayor capacidad de la HD para capturas imágenes con escasez de luz. Curiosamente, otra decisión que seguramente fuera consecuencia del escaso presupuesto fue la de rodar con las ópticas Zeiss Standard Primes T/2.1, diseños de la década de 1970 que quedaron obsoletos con la aparición de las Ultra Prime a finales de los 90, pero que hacen que “Margin Call” carezca de la dureza que inmediatamente se asocia al vídeo del alta definición, al tiempo que provoca leves distorsiones en los círculos y fondos desenfocados, que sin lugar a duda crean una imagen menos perfecta y más orgánica que ópticas modernas, ocasionalmente, incluso recordando en este sentido al formato anamórfico en más de una ocasión.

DeMarco realiza también una labor muy sobria, en la que destaca, especialmente, el cuidado que muestra a la hora de situar cada escena en la hora correcta del día, ya que la historia tiene lugar en aproximadamente 36 horas consecutivas, con su anochecer, noche y amanecer incluidos. Su iluminación de los interiores de oficinas, lógicamente, está muy basada en las fuentes fluorescentes integradas en los mismos, o fuentes cenitales imitándolos, aunque también no pocas escenas hacen uso de las pantallas de ordenadores, con sólo unos pocos fluorescentes funcionando, como fuente principal de iluminación. Desde luego, las escenas nocturnas muestran que DeMarco no tiene miedo a la oscuridad y la subexposición, y es en éstas, en las que mucha veces utiliza las luces de fondo de la ciudad a través de las ventanas, en las que resulta más exitoso en su aproximamiento, aunando naturalidad y la estilización justa. Los interiores diurnos también son más que correctos, aunque algo más convencionales, con un equilibrio de color que realza levemente la calidez de la luz del interior y deja que la luz que entra por las ventanas sea ligeramente azulada. En cualquier caso, es este último tono el que domina e identifica el film, de modo que se transmite casi de forma continua una especie de frialdad “corporativa” que le sienta muy bien.

El trabajo de cámara es también correcto, con movimientos fluidos y casi siempre acertados, aunque en este aspecto, bien sea por la rapidez del rodaje, la procedencia de DeMarco o porque así lo quiso Chandor, lo cierto es que la puesta en escena tiene ciertas reminiscencias televisivas, especialmente en lo que se refiere a la utilización de focales medias y largas en gran parte del metraje (aunque también incluye algún angular), por lo que a pesar de su solvencia, no es especialmente brillante.

Con todo, además de tratarse en su conjunto de un notable debut para J.C. Chandor, la fotografía de “Margin Call”, a pesar de contar con el hándicap de las limitaciones presupuestarias, luce bien en su conjunto, obteniendo un gran partido de los medios digitales especialmente al conjugarlos con ópticas más antiguas que hacen que algunos de los efectos menos beneficiosos de la HD (como su excesiva nitidez en los rostros, algo especialmente nocivo en un film de personajes como el presente) no tengan la menor incidencia mientras que sus mayores virtudes (como la excepcional claridad en las escenas con niveles de intensidad de luz bajos) sean explotadas con mucho acierto por DeMarco en sus escenas nocturnas, de modo que se pueda afirmar que tanto la película en sí como su fotografía tienen un gran interés.

Título en España: Margin Call
Año de Producción: 2011
Director: J.C. Chandor
Director de Fotografía: Frank DeMarco
Ópticas: Zeiss Standard Prime T/2.1, Angenieux Optimo 17-80mm
Formato y Relación de Aspecto: HD (Red One MX), 1.85:1
Otros: Kodak 5219 (500T) (fotografía aérea), Canon 5D MII (escenas de conducción); 2K Digital Intermediate

Vista en HDTV

© Harmonica Rental & Cinema/Ignacio Aguilar, 2012.