La Isla Mínima

Thriller ambientado en Andalucía, en septiembre de 1980, lugar y época en que dos policías (Raúl Arévalo y Javier Gutiérrez) se encargan del caso de la desaparición de dos jóvenes, el cual parece que podría estar ligado a otras desapariciones y muertes acontencidas en el mismo lugar en años anteriores. En el transcurso de la investigación, ambos hombres deben unir sus fuerzas, a pesar que sus diferencias personales y profesionales son más que evidentes. El sevillano Alberto Rodríguez (“7 Vírgenes”, “Grupo 7”) es co-autor del guión y realizador de una película con mucho estilo, buenas interpretaciones y grandes momentos (entre ellos, una estupenda persecución nocturna), pero no del todo equilibrada en cuanto a las dos líneas argumentales que trata de conjugar (la investigación y el trasfondo político y personal). Jesús Castro, Antonio de la Torre o Nerea Barros son algunos de los rostros que intepretan a los personajes secundarios de la trama.

La-Isla-Minima-01

El director de fotografía es Alex Catalán [AEC], que ha sido nominado al Goya por los dos trabajos inmediatamente anteriores que ha realizado para Alberto Rodríguez (“After” y “Grupo 7”). También ha rodado “Habitación en Roma” (Julio Medem, 2010), “También la Lluvia” (Icíar Bollaín, 2010), “No Tengas Miedo” (Montxo Armendariz, 2011), “Camino” (Javier Fesser, 2008), “La Voz Dormida” (Benito Zambrano, 2011) ó “Quién Mató a Bambi?” (Santi Amodeo, 2013), lo que pone de maniesto que este operador está conseguiendo una carrera muy sólida en el cine español y que la misma se encuentra en constante crecimiento. De momento, su trabajo en “La Isla Mínima” ya le ha reportado el premio a la mejor fotografía en el Festival de Cine de San Sebastián.

La-Isla-Minima-02

Alex Catalán, a lo largo de su carrera, ha utilizado no solo el formato de 35mm, sino también diversas cámaras digitales (Red One, Red MX, Sony F-23, Sony F-65, etc) en sus diferentes proyectos. En el caso de “La Isla Mínima”, la cámara empleada es la Arri Alexa, en formato ArriRaw, junto con las ópticas Cooke S4. A pesar que generalmente se considera a éstas como unas lentes más suaves que otras de la competencia, la proyección de “La Isla Mínima” demuestra que a nivel de resolución, se encuentran entre las mejores y que, si acaso, las diferencias se encuentran más en la forma en que resuelven los fondos, o en su caída de enfoque más gradual, ya que las imágenes que consiguen están llenas de nitidez y detalle.

La-Isla-Minima-03

“La Isla Mínima” destaca a nivel estético porque los cineastas, de cara a obtener el necesario aspecto de época, además de apoyarse en una adecuada caracterización, diseño de arte y de vestuario, han elegido una paleta de color en la que existe cierto viraje hacia los tonos cálidos, de manera que toda la película, a pesar de su rodaje digital y su nitidez, contiene un aspecto ligeramente desvaido y amarillento. Por supuesto, en este sentido también juega un papel esencial la particular estética de los campos andaluces en los que se desarrolla gran parte de la trama, con su aspecto seco, así como, sobre todo, o la utilización de la luz natural en momentos en los que no solo tiene mayor calidad, sino que también es más amarillenta o anaranjada, como por ejemplo en la hora mágica.

La-Isla-Minima-05

Sin embargo, quizá sea más interesante el trabajo de fotografía en interiores, por ser más arriesgado, estilizado e incluso salirse más de la norma, gracias a un estilo de muy alto contraste y negros muy profundos. Con mucha frecuencia, en los interiores nocturnos, Alex Catalán utiliza fluorescentes integrados tipo daylight, con su característica luz azulada sin corregir. Por ello, cuando se mezclan con fuentes de luz de tungsteno, la imagen muestra interesantes mezclas de colores cálidos y fríos, sin perder nunca el efecto claroscuro que inunda toda la proyección. En las escenas interiores diurnas el contraste también es muy alto, con haces de luz que entran por las ventanas (a veces, con algo de humo) y muy poco relleno, como por ejemplo en la escena entre Antonio de la Torre y Javier Gutiérrez, en la que el primero simplemente tiene colocado un estico frente a él para que se pueda percibir su rostro. Aunque la Alexa tiene una latitud fantástica y aquí está muy bien empleada, a veces el contraste es tan alto que “La Isla Mínima” es uno de esos trabajos en los que aún se echa de menos el celuloide, ya que por mucho que la cámara de Arri sea capaz de registrar detalle en las altas luces, con el soporte fotoquímico es posible que se hubiera captado mayores sutilezas en la parte alta de la curva.

La-Isla-Minima-04

Tanto los interiores como los exteriores están rodados también a grandes aperturas de diafragma, lo que se traduce en que la profundidad de campo, incluso durante las escenas diurnas, es muy escasa, lo que contribuye a que la atmósfera sea más opresiva y las imágenes más estilizadas. Dentro de un conjunto que es muy notable, quizá el punto culminante –también, desde el punto de vista de la estética- sea la persecución nocturna, en la que Alex Catalán se luce y saca un gran partido de las bondades de la cámara de Arri en situaciones de escasa luz. Aunque puede que muchos salgan del cine recordando sobre todo los planos cenitales (que a falta de información detallada, parecen captados desde un dron con una cámara Canon 5D y que han sido retocados en post-producción), se trata de una fotografía muy interesante, que mejora la anterior aventura digital de Alberto Rodríguez y Alex Catalán en “Grupo 7”. Lo peor puede que sea que, la elección de viraje de color en etalonaje para crear el aspecto de época en cierto modo parece que limita a la Arri Alexa, cuyo espacio RGB parece demasiado limitado en esta ocasión, aunque sin llegar –ni de lejos- al despropósito que en este aspecto era “Jersey Boys”.

Año de Producción: 2014
Director: Alberto Rodríguez
Director de Fotografía: Alex Catalán, AEC
Ópticas: Cooke S4
Formato y Relación de Aspecto: Arri Alexa (Arriraw, 2.8K), 2.40:1

Vista en DCP

© Harmonica Rental & Cinema/Ignacio Aguilar, 2014.