La Culpa (Cortometraje)

Estupenda muestra de la buena salud del cortometraje español, que utiliza un argumento sencillo de forma muy efectiva: la búsqueda de venganza de un hombre atrapado en el odio por la pérdida de un ser cercano, con unos resultados de lo más sorprendentes. Con esta obra, el cineasta catalán David Victori demuestra no sólo un tremendo oficio y dominio de la puesta en escena, sino una gran garra para montar sus imágenes y conseguir que el espectador sienta la tensión en su propio cuerpo, de modo que “La Culpa” constituye un estupendo ejemplo de las virtudes del formato corto cuando el mismo es utilizado de forma tan directa y concisa. 

El director de fotografía es Sergi Vilanova, quien realiza un trabajo de un nivel técnico muy elevado, con una imagen que recuerda inmediatamente a la de títulos de David Fincher como “Se7en” (1995) o especialmente “Panic Room” (2003), por el uso de fuentes de iluminación fluorescentes para crear un aspecto frío y desapacible, sin renunciar además en ningún momento a mostrar en pantalla niveles de oscuridad elevados y negros densos y profundos.

Comienza la obra con un flashback que hace uso tanto de la luz disponible en los exteriores nocturnos de las calles de Barcelona como de fuentes de mercurio de sodio específicas para el rodaje cinematográfico, de forma que su color anaranjado, fuertemente saturado (fruto, posiblemente, de haber rodado en la antigua emulsión Kodak 5260 500T,  con su particular contraste e intensos tonos), supone una marcada distinción tonal con respecto al resto del metraje (Kodak 5219, 500T), el cual, como decíamos, transcurre principalmente bajo la luz ligeramente azulada de tubos fluorescentes sin corregir, aunque también complementada tanto por fuentes de luz de tungsteno integradas en el propio decorado (el pasillo de la casa, por ejemplo) como por otros fluorescentes que también ofrecen una luz mucho más cálida, como algunos integrados en las escaleras. Todo ello colabora, de forma decisiva, no sólo a guiar al espectador en la narrativa no lineal de la historia, situándole de forma muy precisa en cada tempo, sino a crear un aspecto global estupendo, dificilmente mejorable, con la excepción de un instante del flashback en el que Mar Ulldemolins bloquea la fuente de luz lateral sobre Carlus Fábrega, aunque el efecto que se crea está muy de acorde con la filosofía general de iluminar los escenarios en lugar de a los personajes que parece haber adoptado Vilanova.

Técnicamente, “La Culpa” tiene la ventaja de haber contado con el (hoy en día) lujo de haber sido rodado en 35mm, lo cual de facto le otorga una textura y aspecto eminentemente cinematográficos, sin necesidad de que en la fase de post-producción los cineastas hayan tenido que emular ese aspecto. Desde luego, la copia en alta definición muestra un rango tonal excepcional, como indicábamos, con negros intensos, pero también con una capa de grano muy agradable que encaja de forma excepcional con el descenso al infierno del odio que narran los cineastas.

Y por supuesto, si por algo destaca esta obra es por la excepcional puesta en escena de Victori y Vilanova, con una buena utilización del formato panorámico, un sabio uso de las diferentes focales y sus perspectivas (resulta inolvidable, en este aspecto, el plano cenital de la escalera, terminando con un 135 o 180mm) pero, sobre todo, con un magnífico uso de la Steadicam para realizar continuos movimientos de aproximación o alejamiento sobre los personajes (los célebres push-in que pueblan, por ejemplo, el cine de Steven Spielberg), que además dotan de una fluidez y elegancia envidiable a la realización.

Pero especialmente destaca la forma en que tratan el giro narrativo, con un plano que sigue al protagonista y a continuación se da la vuelta, para repetir la jugada a la inversa en el instante en que el espectador es consciente del bucle en el que se haya el protagonista, que demuestra que “La Culpa” puede que sea una pieza de corta duración, pero que tras la misma se esconde un gran talento visual que a buen seguro se confirmará en obras sucesivas de ambos cineastas.

Año de Producción: 2010
Director: David Victori
Director de Fotografía: Sergi Vilanova
Ópticas: Zeiss Ultra Prime
Emulsión: Kodak 5260 (500T) y 5219 (500T)
Formato y Relación de Aspecto: Super 35, 2.4:1
Otros: 2K Digital Intermediate
Premios: Premio Madrid Imagen 2011 a la Mejor Fotografía Novel

Visto en HD

© Harmonica Rental & Cinema/Ignacio Aguilar, 2012.