Kingdom of Heaven

Producción rodada en España y Marruecos, ambientada en el año 1134, que tiene como protagonista a un caballero recién ordenado (Orlando Bloom), que viaja hasta Jerusalem, en donde jugará un papel clave en las intrigas palaciegas, así como en la defensa de la ciudad sitiada por los musulmanes liderados por Saladino. Interpretada además por Eva Green, Jeremy Irons, David Thewlis, Jon Finch, Edward Norton y Liam Neeson en su clásico papel de maestro, “Kingdom of Heaven” fue una película cuyo montaje original fue masacrado con el corte de numerosas escenas y especialmente una subtrama (relativa al hijo del personaje de Eva Green) que la condenaron al fracaso. El montaje del director mejora sustancialmente el ritmo (mucho menos atropellado) y las motivaciones de los personajes, aunque no puede solucionar algunos de los problemas del guión de William Monahan (“The Departed”) o el escaso carisma de Bloom en el papel principal. 

El director de fotografía, en aquél entonces en su cuarta colaboración con Ridley Scott (tras “Gladiator”, “Hannibal” y “Matchstick Men”), fue el operador británico John Mathieson [BSC], nominado al Óscar por la primera de ellas así como por su colaboración con Joel Schumacher en “The Phantom of the Opera”. Mathieson, que también rodó posteriormente para Scott “Robin Hood”, si algo aportó al cine del realizador, fue un mayor clasicismo, especialmente después de sus colaboraciones junto a Adrian Biddle (“Thelma & Louise”, “1492”) y Hugh Johnson (“White Squall”, “G.I. Jane”) , que se encuentran entre los títulos más esteticistas del director. Desde un punto de vista técnico, “Kingdom of Heaven” recurre de nuevo al formato Super 35 que los cineastas utilizaron en “Gladiator”, puesto que Mathieson, curiosamente, es un director de fotografía que prefiere utilizar el formato anamórfico para sus películas de menor escala o aquéllas en las que tiene un control mayor sobre los elementos, al contrario que muchos otros cineastas que prefieren el anamórfico para sus películas de mayor espectacularidad y grandes escenarios. También hay que destacar que, una vez más, el diseñador de producción Arthur Max y la diseñadora de vestuario Janty Yates repitieron con Scott y Mathieson en esta cinta.

Estéticamente, “Kingdom of Heaven” también sigue la senda de “Gladiator”: su iluminación parte de un concepto naturalista, con unos interiores en los que siempre está justificada en los ventanales o aperturas de las edificaciones, bien como luz directa del sol, situación en la que siempre utiliza humo para difuminarla ligeramente y crear bonitos haces, o bien como luz suave y rebotada, utilizando grandes fuentes de iluminación que crean un gran contraste y abruptas transiciones luz-sombra. Los interiores nocturnos siempre recurren a la luz de antorchas, velas y fuegos, de modo que a menudo lucen muy oscuras. Sin embargo, lo mejor respecto al anterior título es que Mathieson asume riesgos superiores, puesto que su filosofía, claramente, es de iluminar las estancias y no a los personajes (lo cual incluye a Eva Green), de modo que éstos se mueven por el decorado constantemente entre zonas de luz y de sombra, creando un efecto muy estético y realista que se ajusta muy bien al periodo (y de hecho, es su única concesión al mismo, puesto que como es habitual en el cine del director, no se emplea difusión ni ningún tipo de degradación en la imagen para avejentarla).

Los exteriores, por el contrario, parece que hacen uso de la luz disponible en casi todo momento, independientemente de las condiciones atmosféricas, lo cual también es típico en el realizador de «Alien«, pero aquí hace que frecuentemente los actores aparezcan como simples siluetas en más de una ocasión, oscuros, con los fondos correctamente expuestos, de forma que se garantice una cohesión visual con el estilo empleado en los interiores. Lejos queda el citado esteticismo en pos de un estilo más clásico, de modo que se evitan los fuertes filtros degradados coloreados de anteriores películas, limitando el filtraje al mínimo con algún polarizador o degradado neutro para obtener una adecuada reproducción de los cielos. También hay que destacar las escenas iniciales, rodadas en una mezcla de anochecer y noche americana, también muy oscuras, pero que fijan muy bien el tono de la narrativa desde el primer momento con una excelente cohesión, o el gran número de secuencias rodadas sin el filtro 85B para obtener un negativo de tonos fríos y azulados, no sólo en las secuencias francesas al inicio (lo cual hubiera emulado el aproximamiento de “Gladiator” a las secuencias germanas), sino que en “Kingdom of Heaven”, también parte de las escenas en Tierra Santa también tienen tonos ligeramente azulados, especialmente la luz que penetra a los interiores desde el exterior.

Sin embargo, la película, visualmente, también adolece de algunos de los defectos habituales del cine de Ridley Scott: el rodaje con multicámaras, que a menudo recuerda una realización televisiva cuando se montan planos captados simultáneamente desde diversos ángulos, la profileración de teleobjetivos o primeros planos cerrados, que hacen perder espacialidad y, en cierto modo, desperdician el buen trabajo de diseño de producción o de decoración de localizaciones preexistentes (buena parte de los interiores palaciegos están rodados en el Alcázar de Sevilla) o, sobre todo, el rodaje con ópticas zoom (generalmente, el Angenieux Optimo 24-290, T/2.8), no sólo para su utilización como multicámaras, sino para realizar múltiples variaciones de la distancia focal dentro de las propias tomas, en un número sorprendente dentro de una producción moderna (Scott siempre ha sido un fan del zoom, pero “Kingdom of Heaven” posiblemente sea su película contemporánea en la que más se utiliza). De hecho, prácticamente todo el film, independientemente de si el zoom se mueve o no, está rodado con estas ópticas, incluso las escenas de niveles más bajos de iluminación con fuego y antorchas, con la excepción de algunas tomas que emplean focales muy angulares (12-14mm) para mostrar los interiores reales en localizaciones. También son achacables a Scott, puesto que también utilizó el efecto en “Black Hawk Down” sin Mathieson al mando, las abundantes ralentizaciones de la imagen, algunas de ellas de montaje, o la alteración de la velocidad de obturación en muchos de los instantes de violencia o de batallas, un recurso introducido por Steven Spielberg y Janusz Kaminski en “Saving Private Ryan” y que en 2005 ya estaba absolutamente agotado (entre otras causas, por el extenso uso que “Gladiator” hizo del mismo).

Originalmente, además, la idea de John Mathieson, un operador muy tradicional y que prefería el celuloide y la finalización fotoquímica, era realizar un hinchado óptico de su negativo Super 35 para realizar las copias de exhibición, pero la premura de la post-producción de la película y los múltiples efectos visuales (aprox. 1500 tomas en el montaje del director) le obligaron a realizar un Digital Intermediate completo que, si bien gozaba en su proyección en 35mm de una nitidez muy alta para este formato, también conlleva una serie de problemas de color, especialmente por la escasa naturalidad de los tonos de la piel en algunos momentos y por la apariencia digital del color en gran parte de las secuencias de efectos, algo que ya era achacable a “Gladiator”.

Por todo ello, “Kingdom of Heaven” es una película que a nivel visual demuestra un gran esfuerzo e interés por parte de Mathieson en obtener unas imágenes que, a pesar de su reminiscencia de las de “Gladiator”, vayan un poco más allá de las mismas, con niveles de subexposición y naturalismo superiores, con una fotografía menos amable y comercial (dentro de unos márgenes de seguridad) que desde el punto de vista lumínico es muy notable, a pesar que los gustos de Scott a la hora de filmar sus películas y los apretados calendarios de rodaje/post-producción con los que trabaja el realizador británico impongan una serie de requisitos (como las multicámaras, o la corrección digital de color) que no terminan de encajar con el clasicismo aportado por su director de fotografía, cuyo gusto y talento, por desgracia, no se explotan por tanto en su plenitud. El propio Hugh Johnson, operador anterior de Scott, firma la dirección y dirección de fotografía de segunda unidad.

Título en España: El Reino de los Cielos
Año de Producción: 2005
Director: Ridley Scott
Director de Fotografía: John Mathieson, BSC
Ópticas: Angenieux Optimo, Cooke S4
Emulsión: Kodak 5245 (50D), 5274 (200T) y 5218 (500T)
Formato y Relación de Aspecto: Super 35, 2.4:1
Otros: Digital Intermediate (2K), por Technicolor

Vista en 35mm y Blu-ray

© Harmonica Rental & Cinema/Ignacio Aguilar, 2012.