Flight of the Intruder

Último largometraje para la gran pantalla dirigido por el icónico guionista y realizador John Milius, quien aquí se limitó a ejercer de director, sin demasiado éxito. Ambientada durante la guerra de Vietnam, “Flight of the Intruder” es un film seguramente realizado a raíz del éxito de “Top Gun”, pero que se centra casi en exclusiva en la vida y misiones de los pilotos. Brad Johnson interpreta a uno de ellos, que no consigue superar la muerte de su compañero durante una incursión en la que el objetivo que debían bombardear no era más que un simple campo sin instalaciones militares. En busca de venganza, junto con otro oficial (Willem Dafoe), se adentra por su cuenta en una peligrosa misión para bombardear el verdadero centro de misiles de los vietnamitas. Danny Glover interpreta a su superior jerárquico y Rosanna Arquette tiene una breve aparición (aunque más breves son aún las de Tom Sizemore o Ving Rhames). Los resultados son tan sosos como predecibles y muy lejos de títulos como “The Wind and the Lion” y “Conan”, los dos mejores de su autor tras las cámaras.

El director de fotografía fue Fred Koenekamp [ASC], veterano director de fotografía que contaba con 65 años de edad en el momento del rodaje, que se produjo casi dos años antes del estreno, en 1989. Parece ser que Milius admiraba a Koenekamp por sus dos primeros trabajos junto al realizador Franklin J. Schaffner (“Patton”, “Papillon”), que son por los que le ofreció el trabajo. Pero el ganador del Oscar por “The Towering Inferno”, también candidato por “Islands in the Stream”, llevaba prácticamente diez años alejado del cine, trabajando para televisión, especialmente a raíz del fracaso de “When Time Ran Out…” (1980), la última superproducción de catástrofes de Irwin Allen en la que la labor de Koenekamp era tan acartonada como el propio guión o los efectos especiales. Con la excepción de “The Adventures of Buckaroo Banzai” (1984), en la que curiosamente sustituyó a Jordan Cronenweth, los trabajos de Koenekamp en los 80 generalmente fueron tan menores que parece ser que los productores de “Flight of the Intruder” se mostraron muy reacios a contratarle, de modo que no sorprende en modo alguno que se retirase a continuación.

La fotografía de “Flight of the Intruder” es ligeramente más moderna que el grueso de la filmografía de Fred Koenekamp, uno de los operadores de Hollywood que durante los años 70, década en la que se impusieron en la meca del cine los postulados visuales que llegaron desde Europa a finales de los 60, se mantuvieron absolutamente al margen de dicho movimiento y continuaron rodando sus películas de la misma forma en que se trabajaba el color en Hollywood durante los años 50 y 60. Por eso, como le ocurrió a Harry Stradling Jr, a Philip Lathrop o a Charles Wheeler (por citar ejemplos de algunos directores de fotografía que alcanzaron cierto prestigio pero que tampoco evolucionaron), la carrera de Koenekamp estaba absolutamente estancada hacia finales de los 70, debiendo refugiarse en televisión para continuar trabajando. En el caso de este film, por lo tanto, no es sorprendente que lo mejor sean las secuencias aéreas, rodadas por el especialista David B. Nowell [ASC], así como los efectos visuales de Mark Vargo [ASC], que a pesar que han envejecido, estaban bastante bien para la época. Koenekamp cumple eso sí en las secuencias de pilotaje con los actores rodados en proyección frontal, e incluso en el diseño de las secuencias aéreas (alguna de ellas en noche americana), pero el estilo global tiene poco interés.

Llama la atención además que siendo un clásico, acostumbrado a rodar con grandes aparatos y niveles de luz muy elevados, Koenekamp decidiera rodar este film en formato Super 35, precisamente como “Top Gun”, renunciando a las lentes anamórficas que había usado siempre para sus películas en formato panorámico. Con ello ganaba por supuesto flexibilidad en las escenas de pilotaje (equipos de menor tamaño y mejor enfoque mínimo) y también, por supuesto, podía emplear siempre o casi siempre un zoom esférico, con aperturas en torno a T2.8-T3.1, en lugar de los clásicos zooms anamórficos de sus películas más famosas, que únicamente abrían a T4.5-T5.6. El Super 35, sin embargo, tenía un área de negativo un 42% inferior al anamórfico cuando se componía para 2.4:1, de modo que “Flight of the Intruder”, rodada además en la ya entonces antigua emulsión Kodak 5294 (400T), posee una marcada estructura de grano que, además, en función de los valores de exposición, es muy variable. Es decir, las escenas diurnas lucen limpias y correctas, pero las escenas con mayor oscuridad o niveles de luz más bajos son muy granuladas, como por ejemplo las de la cubierta del portaaviones iluminada a través de luz de sodio y escasos niveles para no deslumbrar a los pilotos.

Koenekamp era conocido siempre por su empleo de la luz dura, que está también aquí presente, pero quizá en menor medida que en sus títulos de la década anterior; de hecho, no es completamente infrecuente que en esta película el operador haga un poquito de luz suave sobre los intérpretes e incluso la motive en fuentes integradas en los decorados. Pero nunca se le ve cómodo con dichas situaciones y siempre alterna ese tipo de luz con escenas rodadas con aparatos directos hacia los actores, a la manera de los 60, aunque en lugar de luces de 5KW estuviera empleando unidades de 1KW. Siempre emplea además, tanto en interiores como en exteriores, abundante luz de relleno, como si tampoco estuviera cómodo con el contraste, que sin duda le hubiera ido mejor a la estética del film. De modo que los resultados son pobres e inconsistentes, curiosos eso sí por ver en pantalla el último trabajo de un dinosaurio y de un estilo a punto de extinguirse, siendo quizá más importante su labor de mando en el set, o su experiencia a la hora de manejar los tiempos y a su equipo en una producción complicada, facetas en las que recibió grandes elogios por parte de John Milius, que su trabajo estético en el que a la postre sería el último largometraje del director.


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Título en España: El Vuelo del Intruder
Año de Producción: 1991
Director: John Milius
Director de Fotografía: Fred Koenekamp, ASC
Emulsión: Kodak 5294 (400T)
Formato y Relación de Aspecto: Super 35, 2.4:1
Otros: fotografía aérea de David B. Nowell, ASC y efectos visuales de Mark Vargo, ASC

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