El Hombre de las Mil Caras
Adaptación del libro del periodista de investigación Manuel Cerdán, centrada en el famoso caso de corrupción de comienzos de la década de 1990, cuando el entonces director general de la Guardia Civil, Luis Roldán (Carlos Santos) se dio a la fuga tras haberse apropiado de una gran cantidad de fondos reservados y haber cometido otros delitos aprovechándose de su cargo. Con la ayuda de un espía, Francisco Paesa (Eduard Fernández) y de un piloto de aviación (José Coronado), Roldán protagoniza una rocambolesca trama que finalizó con su entrega a la justicia española en el sudeste asiático. La película destaca sobre todo por la finísima puesta en escena y la narrativa de Alberto Rodríguez (“Grupo 7”, “La Isla Mínima”), que confirma aquí lo bien que se le da el thriller policíaco, después del éxito de sus anteriores proyectos, contando además con un buen casting que completan además Marta Etura, como la mujer de Roldán, Luis Callejo, como el ministro Belloch, Pedro Casablanc o Emilio Gutiérrez Caba.
El director de fotografía es Alex Catalán [AEC], habitual del cine de Alberto Rodríguez, para el que ha rodado hasta la fecha “El Traje”, “7 Vírgenes”, “Grupo 7”, “After”, “La Isla Mínima” (por la que obtuvo el Goya a la mejor fotografía) y ahora el presente film, aunque no le ha acompañado en su aventura televisiva, “La Peste”, de la que se ha hecho cargo Pau Esteve Birba. Cinco veces nominado al Goya (recientemente, por sus buenos trabajos en “A Perfect Day” de Fernando León de Aranoa y en “1898, Los Últimos de Filipinas” de Salvador Calvo), además ha trabajado con Iciar Bollaín en “También la Lluvia” (2010) o Julio Medem en “Habitación en Roma” (2010). Con semejante currículum y creciente prestigio, está sin duda llamado a ser uno de los grandes referentes de la fotografía cinematográfica española en los próximos años.
“El Hombre de las Mil Caras” es un film que está ambientado hacia 1994, época en que ocurrieron los hechos más o menos reales que vemos en pantalla. Rodada principalmente en Madrid y París, con algunos exteriores en Suiza y Singapur, se trata de una película en la que Alberto Rodríguez y Álex Catalán demuestran una excelente asimilación de las formas y estética del thriller internacional de los últimos cuarenta años, yendo un paso más allá del buen aspecto que consiguieron para “La Isla Mínima”. Rodando otra vez mediante la adquisición digital, en contraposición al film anterior destaca en “El Hombre de la Mil Caras” el uso extensivo de la difusión en cámara (creando fuertes halos en torno a las fuentes de luz sobreexpuestas en el encuadre) así como la presencia de bastante humo en varios de sus interiores, justificado parcialmente por el abundante uso del tabaco por parte de los personajes que vemos en pantalla. Combinado además con algunas sobreexposiciones bastante fuertes, el aspecto del film es muy orgánico, ya que estos elementos provocan que Catalán huya de una imagen perfecta, con una degradación que aguanta muy bien la Arri Alexa y, seguramente, los Arri/Zeiss Master Primes. Con ello, la imagen no es exactamente de época, ni se iguala al 35mm, pero sí que se evita la crudeza digital que tan poco hubiera encajado con la historia.
Catalán, con la luz, juega de forma constante con los claroscuros, contraluces, perfiles y sombras, pero sin caer en ningún momento en aquéllas sobreexposiciones tan salvajes que en un formato inferior como la Red One MX, no le quedaban tan bien en “Grupo 7”. El aspecto general es frío y azulado y, como el Janusz Kaminski de “Munich” (que a nivel de narrativa y aspecto formal parece una clara referencia de los cineastas), abraza además múltiples fuentes de luz integradas en el plano con colores y temperaturas de color fuera de lo común: desde fluorescentes tipo “daylight” (ya presentes en “La Isla Mínima”) hasta azules claros o tonos amarillentos, que funcionan bien, como en el título de Spielberg, para situar al espectador en un período temporal perteneciente al pasado reciente. La estética quizá a veces vaya un poco lejos (como en la escena en que Fernández ofrece vino a sus comensales, con haces de luz y claroscuros que despistan un poco), pero funciona bien en su conjunto para crear un aspecto unitario y que haga creíble el momento y los lugares en que se desarrolla la escena.
Sin embargo, como indicábamos anteriormente, lo mejor del film es la forma en que está contado por Alberto Rodríguez. A pesar de que se trata de una película en la que los diálogos tienen mucha importancia, el director hace que todo el metraje sea muy dinámico y fluido gracias a una puesta en escena muy vigorosa y detallada, que cuenta además con algunas referencias al thriller de los años 70 a través del uso de zoom. Todo ello hace que el espectador pueda seguir fácilmente una trama que a veces es enrevesada o complicada, con personajes oscuros y de intenciones no siempre demasiado claras, no solo sin perderse en absoluto, sino disfrutando además de dos horas de proyección de puro cine que se pasan verdaderamente rápido.
Título en España: El Hombre de las Mil Caras
Año de Producción: 2016
Director: Alberto Rodríguez
Director de Fotografía: Alex Catalán, AEC
Formato y Relación de Aspecto: Arri Alexa (ArriRaw), 2.4:1
Vista en HDTV
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