Duel

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Primer largometraje de Steven Spielberg, rodado originalmente para la televisión norteamericana, que sobre la base de un guión de Richard Matheson (“The Twilight Zone”), lleva a cabo un verdadero ejercicio de suspense sobre la base de un argumento tan sencillo como el siguiente: un hombre (Dennis Weaver) que vuelve a su casa en su coche por unas carreteras semi-desérticas de California, adelanta a un camión en su trayecto. A partir de ese momento, el conductor del camión comienza a perseguirle y tratar de sacarle de la carretera, hasta que el conductor realmente se da cuenta de que el hombre al volante del camión quiere matarle. Spielberg, que rodó la película con apenas 25 años de edad, ofrece un verdadero recital de puesta en escena y montaje de sus imágenes, lo que hace que “Duel”, a pesar de sus escasos medios de producción, continúe siendo un film muy estimulante, de ecos Hitchcockianos, aunque ya hayan transcurrido 45 años desde su estreno en la pequeña pantalla. En cierto modo, también es estimulante ver una película del realizador de origen judío que esté tan desprendida de algunos de sus temas habituales (visión optimista, la familia, etc) y se reduzca a una labor de puesta en escena tan intensa.

Siendo una producción del departamento de televisión de la Universal y con un apretado calendario de rodaje de apenas 10 días (después ampliado a 13, con alguna jornada posterior para expandir el metraje hasta los 90 minutos y poder estrenarlo en salas de cine, una vez se comprobaron sus efectivos resultados), la dirección de fotografía se encargó al veteranísimo Jack A. Marta. Marta, que contaba casi con 70 años de edad en el momento del rodaje, había iniciado su carrera como director de fotografía en la década de los años 30, justo con la llegada del cine sonoro. Su carrera en cine, a pesar de haber fotografiado decenas de películas, nunca alcanzó grandes cotas, por lo que desde los años 60, Marta se dedicó en exclusiva a la televisión, en la que permanecería en activo hasta 1980. Spielberg hablaba bien de su relación con el veteranísimo director de fotografía, ya que, parece ser, disfrutó mucho del rodaje y siempre mostró la mejor de las actitudes, a pesar que no estaba acostumbrado a rodar tan rápido como tuvo que hacerlo en esta ocasión.

La acción de “Duel” se desarrolla a lo largo de muy pocas horas, siempre durante el día y, con la excepción de un par de escenas con conversaciones telefónicas –que se encuentran entre los añadidos posteriores al film para poder estrenarlo en salas comerciales- y la escena en la cafetería, todo el metraje se desarrolla en exteriores diurnos. La mayor dificultad que encontró Marta, a buen seguro, fue la de ubicar la cámara en los ingeniosos y complicados lugares de los vehículos en los que deseaba colocarla el director, así como conseguir un adecuado balance entre el interior del coche conducido por Dennis Weaver y el exterior del mismo. Marta soluciona este extremo haciendo uso de luz artificial sobre el actor y exponiéndolo para que quede un poco más bajo que el exterior, haciendo uso, pues, de la solución clásica al respecto.

Este aproximamiento, menos moderno por ejemplo que el de John A. Alonzo [ASC] ese mismo 1971 en “Vanishing Point”, funciona bien, porque “Duel” no es una película en la que destaquen sus imágenes por su calidad, sino que estas lo hacen por el modo en que sitúan al espectador en mitad de la lucha a muerte entre el coche y el camión. La continuidad de la luz, otro de los puntos que podrían haber sido críticos, está bien llevada, puesto que aunque si se analiza el film en su conjunto es fácil discernir qué momentos se rodaron por la mañana, qué momentos se rodaron al atardecer y cuáles hicieron uso de los momentos centrales del día, lo cierto es que cada escena individual sí que tiene una continuidad bastante correcta, que hace que los cambios que se producen a lo largo de la película sean muy llevaderos. En algunos momentos, la luz de relleno en exteriores –que a veces incluso es puntual sobre el rostro de Dennis Weaver- es muy evidente, aunque entra dentro de los parámetros habituales en el cine de la época.

De esta forma, como indicábamos, lo mejor es el trabajo de cámara de Spielberg. De forma quizá sorprendente desde una perspectiva actual, la utilización del zoom a lo largo de la película está muy, muy extendida. Es posible que todo el film, de hecho, esté rodado con un zoom 25-250mm, tanto como focal variable, como para realizar aproximamientos y alejamientos en mitad de los planos, a veces con interesantes movimientos en pequeñas grúas. Lo mejor, sin embargo, son las composiciones de imagen hacia el final de la película, jugando con situar al camión en primer término o incluso en segundo término desenfocado, que muestran el evidente talento de Spielberg para la narrativa visual. Finalmente, hay que mencionar que las copias en Blu-ray contienen una alteración de la relación de aspecto original (la televisiva 1.33:1), sustituida por un formato 1.78:1 que aproxima más al film a una verdadera película. Esta alteración, en opinión de quien suscribe estas líneas, no solo no supone un menoscabo, sino que la conversión al formato panorámico incrementa la espectacularidad y suspense de la proyección.

Título en España: El Diablo Sobre Ruedas
Año de Producción: 1971
Director: Steven Spielberg
Director de Fotografía: Jack A. Marta
Emulsión: Kodak 5254 (100T)
Formato y Relación de Aspecto: 35mm esférico, 1.33:1

Vista en Blu-ray

© Harmonica Rental & Cinema/Ignacio Aguilar, 2016.