A Night To Remember

Reconstrucción de la historia del famoso transatlántico británico que, en su viaje inaugural, en abril de 1912, partió del puerto británico de Southampton con destino a Nueva York y se hundió frente a las costas de Terranova unas dos horas y media después de colisionar con un iceberg, a pesar de ser considerado el barco más lujoso y seguro del mundo. Escrita por Eric Ambler, a partir de la novela de Walter Lord, escrita en base a la investigación oficial y testimonios de los supervivientes, en la que se describían con gran detalle todos los sucesos de aquélla fatídica noche, “A Night to Remember” destaca por su aproximamiento objetivo, a modo de docudrama, a los acontecimientos, ciñéndose en exclusiva a lo que sucedió realmente, con un amplio reparto encabezado por Kenneth More (como el segundo oficial del barco) interpretando a los pasajeros y miembros de la tripulación, de modo que posiblemente constituya la mejor y más fiel versión del hundimiento del transatlántico.

El director de fotografía de la película fue el británico Geoffrey Unsworth [BSC], el famoso operador de películas como “2001”, “Cabaret”, “Superman” o “Tess”, en su cuarto y último trabajo para el realizador Roy Baker. Si bien las citadas películas posteriores, realizadas en las dos décadas siguientes, demostraban la maestría de Unsworth en el uso del color y/o los filtros difusores, “A Night to Remember” se enclava todavía en su etapa inicial como operador, con un estilo en blanco y negro que mostraba su formación clásica en los estudios británicos bajo el manto de operadores como Georges Périnal [BSC] o Jack Cardiff [BSC], tras la cual, después de haber asumido la fotografía de una serie de documentales, dio el salto al cine como primer operador.

Rodada tanto en interiores de estudio como en localizaciones en diferentes barcos en los que se recreó el aspecto del famoso buque de la White Star Line, “A Night to Remember” también aprovecha la circunstancia de ser un film en blanco y negro para integrar una cantidad importante de material de archivo, procedente tanto de alguna película anterior sobre el desastre, como de imágenes de archivo de otros barcos de la época o algo posteriores. También, por supuesto, “A Night to Remember” incluye un buen número de secuencias de efectos especiales, tanto mecánicos, cuando los cineastas muestran los efectos de la irremediable acción del agua tras el choque con el iceberg, o fotográficos, con algunas miniaturas y/o retroproyecciones para situar a los actores en mitad del mar o bien integrarlos en el metraje de miniaturas.

La iluminación de Unsworth es típica de la época, basándose en el esquema tradicional de tres puntos de luz y unidades duras y dirigidas sobre los personajes, con intensidades de luz muy elevadas, las cuales permiten que algunas tomas posean una elevada profundidad de campo. El aproximamiento con mucha luz funciona muy bien en las escenas anteriores al inicio del desastre, aunque resulta más interesante como Unsworth inunda con humo los interiores de los salones de tercera clase, o cómo utiliza la niebla –realizada también con humo- en cubierta durante la noche, en secuencias anteriores al choque, en un estilo que supone un leve anticipo de sus trabajos posteriores utilizando este elemento. Pero sin duda, lo más interesante de la labor de Unsworth aparece en las escenas en el puente de mando, fotografiadas sin luz de relleno, lo cual supone que estas escenas tengan una apariencia muy nítida y contrastada, además de un mayor realismo, o especialmente todas aquéllas que tienen lugar durante la evacuación, en las cubiertas del barco, que también destacan por su contraste, la apariencia de que las fuentes de luz están justificadas en las propias luces del barco (es decir, parece que no hay luz que proceda del lado opuesto al barco, desde el mar) o por lo relativamente directas que resultan; aún siendo clásicas, su estilo parece mucho menos recargado que el habitual en el cine de la época, a pesar de las enormes complicaciones que entrañana el rodaje en estudio, especialmente para exteriores nocturnos de un barco y botes de remos en mitad del mar, únicamente bajo la luz de la luna, en las escenas finales del hundimiento, sin luz artificial en las que justificar la propia luz cinematográfica, o en las escenas posteriores a la pérdida del buque.

La puesta en escena de Baker, además, resulta muy apropiada, solvente y de mucho oficio, especialmente por la forma en que emplea lujosos travellings y movimientos de cámara por los salones de primera clase en las secuencias de apertura, por sus planos y perspectivas paulatinamente más torcidas a medida que el barco se hunde, por sus notabilísimas composiciones en gran angular, con los personajes siempre situados en el lugar correcto del encuadre, o por la utilización de los célebres push-in sobre los personajes justo antes del hundimiento.

Por todo ello, se trata de un trabajo que resuelve muy bien sus múltiples problemas técnicos (a pesar que el metraje de archivo evidencia serlo, o algunos problemas para miniaturizar el agua en los planos de efectos visuales) y que demuestra el enorme oficio técnico de Unsworth en su producción más compleja hasta aquélla época, en la que además consigue dejar huella con el mayor grado de realismo que propone durante gran parte del metraje.

Título en España: La Última Noche del Titanic
Año de Producción: 1958
Director: Roy Baker
Director de Fotografía: Geoffrey Unsworth, BSC
Formato y Relación de Aspecto: 35mm esférico, 1.66:1

Vista en Blu-ray

© Harmonica Rental & Cinema/Ignacio Aguilar, 2014.