Tootsie

Proyecto personal de Dustin Hoffman, en el que el actor afrontó uno de sus mayores retos interpretativos al encarnar en pantalla el rol de un actor fracasado, cuya mala fama impide que nadie quiera contratarle, que decide entonces buscar un nuevo enfoque a su carrera… disfrazándose de mujer y consiguiendo un importante papel en una popular serie de televisión. “Tootsie” fue un gran éxito de público y de crítica, que obtuvo 10 candidaturas al Oscar y a día de hoy se mantiene bien, sobre todo por la gran labor de un reparto en el que también figuran Jessica Lange (ganadora de la estatuilla a la mejor actriz secundaria), Charles Durning, Dabney Coleman, Bill Murray y Teri Garr, además del propio director Sydney Pollack interpretando el papel del sufrido agente artístico de Hoffmann.

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El director de fotografía fue el colaborador habitual de Sydney Pollack, el neoyorquino Owen Roizman [ASC]. Formado en el equipo del operador Gerald Hirschfeld [ASC] (“Fail Safe”, “The Young Frankenstein”), comenzó como director de fotografía en publicidad. Tras rodar una película que nunca llegó a estrenarse, su primera gran oportunidad le vino de la mano de William Friedkin, que buscaba a alguien nuevo y capaz de asumir riesgos para “The French Connection” (1971). Su trabajo en este film le supuso su primera candidatura al Oscar y a continuación llegaron títulos como “Play It Again, Sam” (Herbert Ross, 1972), “The Exorcist” (William Friedkin, 1973) –su segunda candidatura al Oscar-, “The Taking of Pelham 1, 2, 3” (Joseph Sargent, 1974), “The Three Days of the Condor” (Sydney Pollack, 1975), “Network” (Sidney Lumet, 1976) –tercera candidatura-, “Straight Time” (Ulu Grosbard, 1978), “Absence of Malice” (Sydney Pollack, 1981) y el título que nos ocupa. Durante los 80 decide retirarse del cine casi por completo, dedicándose a la más lucrativa profesión de director de fotografía de anuncios publicitarios, a través de su propia compañía y sin necesidad de pasar largos períodos fuera de casa, lo que le lleva a rechazar títulos como “Out of Africa” (Sydney Pollack, 1985), que le valió un Oscar al británico David Watkin. Volvió de nuevo en los años 90, consolidado como uno de los más grandes operadores, obteniendo una nueva candidatura al Oscar por “Wyatt Earp” (Lawrence Kasdan, 1994), antes de retirarse del cine a los 59 años de edad por problemas de salud.

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“Tootsie” es una película que, a nivel estilístico, es representativa de la segunda etapa de Owen Roizman como director de fotografía. Si bien había iniciado su carrera como operador publicitario, el éxito de “The French Connection” le ubicó como un director de fotografía especializado en retratos urbanos realistas; lo que en los años 70 se denominaba “fotografía de Nueva York”, en la que se enmarcan títulos como “Klute” (1971), “Serpico” (1973) o “Taxi Driver” (1976). En aquélla época, los operadores de la costa este estadounidense no disponían de la cantidad de medios que sí tenían sus colegas hollywoodenses y, por supuesto, tampoco gozaban del benévolo clima de la costa californiana. Por ello, los operadores asentados en Nueva York se habían especializado en técnicas para rodar de forma mucho más sencilla, con poca luz y un estilo más “verité”, como el uso de ópticas muy abiertas de diafragma, o el revelado forzado de la emulsión para reducir aún más los requerimientos de intensidad de luz. Los títulos de Roizman durante los años 70 responden a este patrón, muy alejado de los clásicos del cine americano, pero a medida que fue madurando como director de fotografía y pudo ir contando con mayores medios, comenzó a emplear diafragmas más cerrados, renunció al forzado de la emulsión y comenzó a crear imágenes de raíz naturalista, pero de una elaboración mucho mayor.

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“Tootsie” es una comedia, pero ello no supuso que Roizman o Pollack la afrontasen como habitualmente se trata este género. Por supuesto, una comedia requiere cierta luminosidad y “Tootsie” la tiene, pero siguiendo el magnífico ejemplo de los trabajos de Gordon Willis para Woody Allen, magníficamente diseñados por Mel Bourne, aquí se parte de un cuidado diseño de producción y de vestuario que ofrece ya de por sí cierto aire de distinción y sofistificación. Roizman, sobre estos escenarios, utiliza entonces una iluminación muy elegante que, como siempre en él, parte de las fuentes naturales integradas en cada decorado y que, a través de un enorme esfuerzo, están suplementadas con luz suave que emula la procedencia de éstas, las complementa y, lo más dificil… hace que los actores luzcan espléndidos en todo momento. Porque además de la complicada labor de hacer que Dustin Hoffman resulte creíble como mujer, en “Tootsie” Roizman tuvo que ofrecer a Jessica Lange un tratamiento de estrella, envolviéndola siempre en una luz suave y, como al resto de actores, un bonito contraluz que resalta su rostro y su figura. Roizman además emplea una leve difusión en cámara, pero como ocurre con su luz, se mantiene en ese dificil equilibrio entre obtener una imagen elaborada pero natural y conseguir un tono amable pero que nunca resulta empalagoso.

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Técnicamente, “Tootsie” es también interesante, porque los cineastas hacen también todo lo posible para que la película tenga el mayor aspecto cinematográfico posible. De ahí que, a pesar de su temática y de que prácticamente es una película que transcurre íntegramente en interiores, no quisieran renunciar al formato panorámico anamórfico. Ello les posibilita emplear composiciones de imagen con varios personajes repartidos a lo largo del encuadre, así como estupendos primeros planos de Hoffman vestido de mujer o de Lange. Además, “Tootsie” fue la primera película en la que Roizman empleó una emulsión de alta sensibilidad, la primera que lanzó Kodak al mercado (5293, de 250 ASA), lo cual, trabajando a sus niveles de intensidad de luz favoritos, le facilitaba mantener diafragmas más cerrados de lo habitual hasta esa fecha (T/3.2-T/4), iniciando así la mencionada segunda etapa de la carrera del operador. Y finalmente, Roizman flasheó el interpositivo de la película, para reducir el contraste y la saturación de color, pero aplicó el entonces novedoso ENR creado para Storaro en “Reds” (1981) a las copias de exhibición, a fin de recuperar la densidad de negros que se perdía con el flashing.

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Por todo ello, aunque a nivel visual no sea una película impactante, sino una película muy bien hecha, con mucho oficio y con muy buena apariencia, no es extraño que la Academia de Hollywood recompensase a Roizman con una nueva nominación, curiosamente, en el mismo terreno en el que se le negó reiteradamente a Gordon Willis. Y por supuesto, recuperar trabajos de Roizman una vez más nos hace sentir pena por la década que éste se mantuvo alejado del cine y por su tempranísimo retiro de las cámaras, que supuso una verdadera tragedia para la fotografía cinematográfica.

Título en España: Tootsie
Año de Producción: 1982
Director: Sydney Pollack
Director de Fotografía: Owen Roizman, ASC
Ópticas: C-Series de Panavision
Emulsión: Kodak 5293 (250T)
Formato y Relación de Aspecto: 35mm anamórfico (Panavision), 2.4:1
Premios: Oscar a la mejor fotografía (nom)

Vista en Blu-ray

© Harmonica Rental & Cinema/Ignacio Aguilar, 2014.