They Live
Modesta producción de John Carpenter, escrita por él mismo bajo pseudónimo, que tiene como protagonista a un hombre (Roddy Piper), obrero de la construcción que, casualmente, descubre a través de unas gafas de sol que los seres humanos del planeta Tierra viven bajo el yugo de una raza extraterrestre que los domina y dicta qué hacer. Junto con un compañero de trabajo (Keith David, quien ya había trabajado con Carpenter en “The Thing”), ambos deciden intentar desenmascarar a los alienígenas y mostrar (nunca mejor dicho) su verdadera cara a la humanidad. “They Live” es una curiosa mezcla de ciencia-ficción y denuncia político-social de la era Reagan que, siendo entretenida, quizá resulte demasiado descafeinada en ambos apartados, como si la dualidad temática hubiera hecho que la película no se centre en exceso en ninguno de los dos apartados. Aún así, como casi todos los films del realizador, es una obra de culto y posee un prestigio que, quizá por sus verdaderos logros, sea algo exagerado.
El director de fotografía fue Gary B. Kibbe [ASC], quien ya había filmado para John Carpenter el año anterior “Prince of Darkness” (1987). Kibbe, entonces ya veterano para ser casi un debutante, había sido operador de cámara de directores de fotografía como Harry Stradling, Jr., Laszlo Kovacs, William A. Fraker, Sven Nykvist, Thomas del Ruth o Dean Cundey, a quien en esta época sustituyó como operador predilecto del realizador de “Assault on Precinct 13”. Sus trabajos más conocidos son precisamente los que hizo para Carpenter: a continuación, “In the Mouth of Madness” (1994), “Village of the Damned” (1995), “Escape from L.A.” (1996), “Vampires” (1998) y “Ghost of Mars” (2001), su último trabajo para Carpenter, quien hasta la fecha solo ha rodado una película más (“The Ward”, 2010), de la que se hizo cargo, con Kibbe ya jubilado, el desconocido Yaron Orbach.
“They Live” es una película que como decíamos carece de los medios de algunas de las grandes producciones de Carpenter, como “The Thing”, “Christine”, “Starman” o “Big Trouble in Little China”, todas ellas muy bien fotografiadas por Dean Cundey o Donald M. Morgan, siendo la buena fotografía una constante de la primera etapa de este director. Y no es que pueda decirse que “They Live” luzca mal, ya que tampoco es el caso, pero sí que se aprecia que Kibbe está lejos de operadores como Cundey o Morgan, con un estilo simple y no demasiado moderno, mezclando luz rebotada con mucha luz dura, que sirve para solventar la mayoría de las situaciones pero sin aportar ese brillo, riesgo y a veces inspiración de los mencionados Cundey o Morgan (e insistimos en el trabajo de este operador, ya que “Christine” y “Starman” tienen tan buena fotografía como los títulos de Cundey). La parte mejor resuelta de la película, curiosamente, son los exteriores e interiores nocturnos, ya que están fotografiados un poco a la antigua usanza, empleando mucha luz en pocos sitios y consiguiendo por lo tanto un buen contraste que hace que luzcan bien en pantalla.
Pero la estética global es algo plana y poco interesante, algo que se pone de manifiesto especialmente en los exteriores diurnos, en los que muchas veces Kibbe introduce luces de relleno que no solo son muy evidentes, sino que además, por un mal equilibrio de color de los aparatos (seguramente HMIs) aparecen completamente verdes, circunstancia un poco rara en una película de Hollywood y que además se produce en más de una escena sin que ello sea intencionado. Aún así, lo cierto es que Kibbe se esfuerza bastante, ya que aunque mencionó a “American Cinematographer” que estuvieron a punto de rodar en formato Super 35 (algo que Carpenter nunca hizo hasta su último film, suponemos que por contar ya con poco control de la producción y escaso presupuesto), lo cierto es que “They Live” continúa con el tradicional formato panorámico anamórfico del realizador, aunque para ello tuvieran que emplear lentes anamórficas de la serie Super High Speed y grandes aperturas de diafragma, al ser las luces principales de una intensidad entre 16 y 25 candelas dependiendo de las escenas, empleando el material 5294 (400T) para las escenas nocturnas.
Los resultados, no demasiado vistosos como decimos, se elevan algo porque John Carpenter siempre fue o ha sido un director muy hábil con la cámara, capaz de contar sus escenas con muy pocos planos, pero con un conciso lenguaje (que incluye travellings, Panaglide, cámara al hombro, etc) que siempre está empleado de la manera que mejor le va a cada una de las escenas. Por ello, empleando angulares en anamórfico en los interiores e incluso algunos zooms al final de su recorrido en los exteriores para aislar al personaje de Roddy Piper en su soledad, Carpenter consigue que una pequeña película como la presente posea mucho estilo, aunque desgraciadamente la parte más interesante de su filmografía, por lo menos a nivel estético, es evidente que terminó junto con su relación profesional con Dean Cundey, el operador con el que formó un estupendo duo desde finales de los 70 hasta mitad de los 80.
Título en España: Están Vivos
Año de Producción: 1988
Director: John Carpenter
Director de Fotografía: Gary B. Kibbe, ASC
Ópticas: Panavision Super High Speed
Emulsión: Kodak 5247 (100T), 5294 (400T)
Formato y Relación de Aspecto: 35mm anamórfico (Panavision), 2.4:1
Vista en HDTV
¿Te ha gustado esta reseña? ¡Siguenos en Facebook!
© Harmonica Rental & Cinema/Ignacio Aguilar, 2019.