One Eyed Jacks
El único largometraje dirigido por Marlon Brando fue este Western escrito por Guy Trosper y Calder Willingham, que originalmente iba a ser dirigido por Stanley Kubrick, quien prefirió dedicarse a otros proyectos. El argumento tiene como protagonistas a dos forajidos (Brando y Karl Malden) que después de robar un banco en México, son cercados por las fuerzas de la ley a lo alto de un cerro. El personaje de Malden escapa mientras Brando le cubre, pero éste es atrapado sin que Malden acuda en su ayuda y condenado a cinco años de prisión. Cuando por fin logra escapar, Brando decide ir en búsqueda de Malden… quien ahora resulta ser el sheriff de la localidad californiana de Monterey. Se trata de una película irregular, larga y contemplativa, no demasiado bien dirigida y que a veces avanza a trompicones, pero que produce cierta fascinación por cómo se comporta el personaje de Brando y cómo pretende ejecutar una metódica venganza por sus años perdidos. Es decir, no es ni mucho menos el Western definitivo que podría haber sido en manos de Kubrick, pero sí que es curioso e interesante. Katy Jurado, Ben Johnson, Slim Pickens y Elisha Cook, entre otros, son algunos de los actores que interpretan a los personajes secundarios.
El director de fotografía fue el veterano y especialista en Westerns Charles Lang [ASC], quien por aquél entonces rondaba casi los sesenta años de edad. Con una carrera que se remontaba a la época final del cine mudo e inicios del sonoro, así como más de ciento cincuenta películas a sus espaldas, en su filmografía se encuentran títulos como “A Farewell to Arms” (Frank Borzage, 1932), “The Ghost and Mrs. Muir” (Joseph L. Mankiewicz, 1947), una interesante colaboración con Billy Wilder en películas como “A Foreign Affair” (1948), “The Ace in the Hole” (1951), “Sabrina” (1954) y “Some Like it Hot” (1959), con John Sturges, en “Gunfight at the OK Corral” (1957), “The Last Train from Gun Hill” (1959), “The Magnificent Seven” (1960) y “A Girl Named Tamiko” (1962), además, por supuesto, de títulos como “Charade” (Stanley Donen, 1963”) o “Wait Until Dark” (Terence Young, 1967), en ambos casos con Audrey Hepburn como protagonista y, por supuesto, decenas de películas para la Paramount entre 1929 y 1951, estudio para el cual trabajaba bajo contrato.
Parece ser que la película fue filmada entre 1958 y 1959 y no fue estrenada hasta dos años después, en 1961, por los problemas surgidos durante el rodaje debido a la falta de experiencia de Marlon Brando como realizador. Ello parece ser que supuso que el estudio (también la Paramount) tomase el control del film y recortase notablemente la versión original del director, modificando el final incluso, algo que es aparente por el errático (pero curioso) ritmo que posee el único montaje conocido. Este retraso en el estreno también explica que fuese el último film estrenado en VistaVision, un formato de 35mm y ocho perforaciones por fotograma (es decir, el doble de área de negativo que el formato convencional esférico) que es aquél en el que se basan los modernos grandes formatos digitales (también es muy similar al formato clásico de fotografía SLR). Ese gran formato proporciona un nivel de calidad muy elevado en la reciente copia restaurada, aunque las otras supuestas ventajas del mismo (empleo de focales más largas para igualar el ángulo de visión, profundidad de campo más reducida) no son en absoluto discernibles ni para el espectador medio, ni para el avanzado. Es una película rodada a diafragmas muy cerrados, con interiores al menos a T5.6 y puede que a T8, en una época de transición entre los 25 y 50 ASA, de modo que los niveles de intensidad de luz empleados por Lang son abrasadores, pero con ello consigue una notable profundidad en VistaVision y un aspecto muy elaborado.
Por supuesto, los interiores son un excelente ejemplo de la fotografía clásica en color de la época, alejándose por completo de cualquier atisbo de naturalismo e incluyendo el uso de ligeros filtros difusores en las escenas en que Lang quiere favorecer aún más a Brando y los actores. El director se regala así mismo innumerables primeros planos en los que Lang le ofrece absoluto tratamiento de estrella, demostrando que era un gran operador cuando se trataba de mejorar el aspecto de los intérpretes. Hay pocos exteriores noche, pero siguen ese mismo patrón, con algunos fondos azulados para conseguir un cierto toque nocturno dentro de ese aspecto acartonado y tan Hollywoodense, pero en el buen sentido, de la fotografía. Pero lo mejor son los exteriores, especialmente aquéllos en la costa californiana, con Lang rodando muchos planos a contraluz y a veces creando un gran contraste, consiguiendo imágenes de gran calidad. Por supuesto, cuando se trata de rodar a los actores, la cosa cambia y los grandes aparatos y luces de arco proporcionan la adecuada y tradicional luz de relleno a las escenas, pero siempre bajo la premisa de conseguir un gran aspecto, en esa línea clásica americana de Robert Surtees o del británico Freddie Young en sus grandes espectáculos en exteriores.
Teniendo en cuenta que el film tuvo problemas durante el rodaje, no extraña demasiado que exista una segunda unidad (a cargo de Wallace Kelley, ASC) y múltiples escenas que poseen planos rodados delante de retroproyecciones, siguiendo claramente la estela de Alfred Hitchcock en este sentido (al que, como es sabido, no le agradaba salir del plató). En este caso parece que los cineastas se vieron obligados, por el motivo que fuera, a terminar algunas escenas o a rodarlas en plató, seguramente para que el estudio tuviera un mayor control sobre Brando, o bien directamente para evitar costosos y lentos rodajes en localizaciones. Ello merma relativamente la experiencia, al existir tantas tomas aquí y allí rodadas contra este tipo de fondos. La buena noticia es que la mayoría de estos planos o secuencias (por lo general, lo primero) están muy bien ejecutadas, de tal modo que incluso a veces pasan algo desapercibidas. De modo que, en resumidas cuentas, por mucho que Brando fuera inexperto, la buena noticia es que su director de fotografía distaba mucho de serlo, lo que hace que gran parte del estilo visual de “One-Eyed Jacks” sea tan clásico como estupendo, salvando esos pequeños detalles de las retroproyecciones, que restan evidentemente mucho más que suman.
Título en España: El Rostro Impenetrable
Año de Producción: 1961
Director: Marlon Brando
Director de Fotografía: Charles B. Lang, ASC
Ópticas: Cooke Duopanchro
Formato y Relación de Aspecto: 8-perf 35mm (VistaVision), 1.85:1
Otros: fotografía de segunda unidad a cargo de Wallace Kelley, ASC
Premios: Oscar a la mejor fotografía en color (nom)
Vista en Blu-ray
¿Te ha gustado esta reseña? ¡Siguenos en Facebook!
© Harmonica Rental & Cinema/Ignacio Aguilar, 2020.