Mulholland Dr.

Proyecto de serie televisiva del cineasta norteamericano David Lynch, con la que trataba de repetir el éxito en este medio de “Twin Peaks”, pero que no llegó a buen puerto cuando los ejecutivos de la cadena ABC rechazaron el episodio piloto entregado por el director. Algo más de un año después, el productor francés Alain Sarde lo rescató del olvido, proporcionando a Lynch un nuevo período de rodaje a fin de rodar la conclusión de la historia, que en la serie debería haberse producido en los sucesivos capítulos. Naomi Watts, en su primer papel importante, intepreta a una joven que llega a Los Ángeles para abrirse camino en el mundo de la actuación, pero la mafia, las envidias y los celos harán que las cosas no sean como ella había previsto. Laura Elena Harring, Justin Theroux o Ann Miller, entre otros, interpretan el resto de papeles de una película muy onírica, en la que no es fácil sacar conclusiones acerca de los personajes o lo que se ve en pantalla, pero que siempre resulta hipnótica por la puesta en escena de Lynch, la banda sonora de Angelo Badalamenti o la magnética interpretación y giros que ofrece Watts en el rol principal.

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El director de fotografía fue Peter Deming [ASC], colaborador de Lynch en anuncios publicitarios y también en su anterior “Lost Highway” (1997). Deming, nacido en Líbano pero formado en los EEUU, es un nombre que se asocia generalmente a Sam Raimi desde los tiempos de “Evil Dead II” (1987) o la segunda unidad de “Darkman” (1990), con colaboraciones recientes como “Drag Me To Hell” (2009) y “Oz: The Great and Powerful” (2013). Habitual del cine fantástico y de terror, también ha rodado la segunda, tercera y cuarta parte de la serie “Scream” para Wes Craven, así como comedias como “My Cousin Vinnie” y las dos primeras partes de “Austin Powers”. A pesar de ello, es un hombre que nunca ha terminado de dar el salto al cine más comercial y de mayor presupuesto que se hace en Hollywood, quizá de forma consciente, y siempre parece sentirse más cómodo en el cine independiente.

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“Mulholland Dr.”, como proyecto de origen televisivo, adoptó un formato 16/9 durante su rodaje, que tuvo que ser adaptado al formato estándar de proyección en 35mm (1.85:1) para su exhibición en salas comerciales. A tal efecto, parece ser que Lynch envió una carta a los proyeccionistas indicándoles que, de ser posible, debían ganar un poco más de espacio superior en la proyección con respecto al habitual, a fin de evitar que las cabezas de los personajes quedasen demasiado cortadas. El formato televisivo también seguramente fue la causa de que Lynch renunciase al formato anamórfico que tradicionalmente ha utilizado en cine (“Elephant Man”, “Dune”, “Blue Velvet”, “Wild At Heart”, “Lost Highway”, “The Straight Story”), pero afortunadamente no parece que el medio al que iba destinada originalmente la película supusiera un compromiso mayor.

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La atmósfera onírica y de sueño de toda la película está obtenida, en lo que a la parte visual se refiere, a través de varias técnicas. Estéticamente, la luz de Peter Deming es más bien de aspecto natural (excepto en aquéllas secuencias muy atmosféricas en las que aparecen personajes siniestros y hasta deformados, en los que se hace uso de colores rojos y verdes muy intensos). Quizá exista un relleno excesivo en determinados momentos, así como una fuerte pretensión de mostrar lo más atractivas que le sea posible a Naomi Watts y Laura Elena Harring (aunque ello tiene su justificación narrativa) a través de contraluces y luces frontales muy suaves, pero en general su luz está justificada en las fuentes naturales de cada decorado y se ajusta a la que existiría en el mismo. El elemento disonante, por lo tanto, es la aplicación de difusión en cámara a través de una media delante o detrás de la óptica, que produce fuertes halos en torno a las áreas sobreexpuestas de la imagen y curiosos artefactos en torno a las fuentes de luz muy intensas, como las farolas o los faros de los coches, por la noche.

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Sin embargo, la mayor parte de ese ambiente onírico que destila la proyección se debe a la puesta en escena de David Lynch, absolutamente hipnótica (por ejemplo, ahí está la escena en la cafetería, entre los dos hombres que comentan el sueño de uno de ellos, rodada con una Steadicam que parece flotar tras ellos) y que juega con las apariencias mucho más de lo que parece a simple vista. Ello se pone de manifiesto especialmente en el último tercio, el último en ser rodado además, en el que se da una fuerte vuelta de tuerca a los personajes y Lynch demuestra cómo, a través de la angulación de su cámara, montaje y forma de componer los planos, se pueden alterar las sensaciones que percibe el espectador respecto de cada escena o personaje (algo que, nuevamente, es especialmente evidente respecto a Naomi Watts).

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Los resultados puede que no enamoren a nivel estético, pero narrativamente son óptimos y “Mulholland Dr.” es uno de los mejores trabajos del cineasta norteamericano, que cierra y al mismo tiempo deja abierta una historia pensada para ser desarrollada como serie de televisión en una gloriosa y provocativa media hora final que no admite términos medios: o se ama, o se odia, pero que, desde luego, no deja indiferente a nadie.

Título en España: Mulholland Dr.
Año de Producción: 2001
Director: David Lynch
Director de Fotografía: Peter Deming, ASC
Ópticas: Panavision Primo
Formato y Relación de Aspecto: 35mm esférico, 1.85:1

Vista en 35mm & Blu-ray

© Harmonica Rental & Cinema/Ignacio Aguilar, 2014.