Miami Vice
Adaptación cinematográfica de la serie de televisión de los años 80 protagonizada por Don Johnson y Philip Michael Thomas, con Colin Farrell y Jamie Foxx retomando los papeles principales y con el que fuera productor ejecutivo de la serie, Michael Mann, asumiendo la dirección, el guión y la producción. El argumento lleva a los detectives Crockett y Tubbs a infiltrarse en una peligrosa organización que transporta droga desde Sudamérica y el Caribe hasta los EEUU, con tiempo para describir las relaciones personales de los protagonistas, como es habitual en el cine de Mann, así como para tratar de situarse a la vanguardia de la estética con un rodaje en digital, siguiendo la estela de la anterior “Collateral”. Los resultados, que decepcionaron a muchos, son sin embargo muy buenos, por más que se de la extraña circunstancia de que los protagonistas, quizá porque Mann los entienda como muy compenetrados, apenas interactúan entre sí. Gong Li, Ciarán Hinds, Luis Tosar, Naomie Harris, Justin Theroux, Barry Shabaka Henley y John Ortiz completan el reparto.
El director de fotografía fue Dion Beebe [ASC, ACS], en la que hasta la fecha es su segunda y última colaboración con Michael Mann, un director muy preocupado por la estética de sus películas y que, a pesar de haber obtenido siempre resultados que, cuando menos, son interesantes o diferentes, es también conocido por resultar un hombre muy complicado para sus directores de fotografía. De hecho, Beebe fue el encargado de terminar “Collateral” (2004) después que Paul Cameron (“Man on Fire”) abandonase el rodaje dos o tres semanas después de iniciarlo (y de haber realizado una complicada preproducción con Mann y de haber sentado las bases del aspecto del film). Beebe es sobre todo conocido por su asociación con el realizador Rob Marshall, con el que ha rodado films como “Chicago” (2002), “Memoirs of a Geisha” (2005), por la que obtuvo el Oscar a la mejor fotografía, o “Nine” (2009), además de haber rodado películas de acción pura como la notable “Edge of Tomorrow” (Doug Liman, 2014) o “13 Hours” (Michael Bay, 2016). Se ha encargado también, de nuevo junto a Marshall, de la fotografía de “Mary Poppins Returns”, pendiente de estreno en el momento de escribir estas líneas.
“Miami Vice”, como indicábamos, destaca mucho a nivel estético porque Michael Mann quiso continuar el camino abierto en “Collateral”, que incluía muchísimo material adquirido en formato digital (aunque no hay que olvidar que su primer film en incorporar la HD, aunque en pequeñas cantidades, fue “Ali” en 2001). Sin embargo, en “Collateral” gran parte de las situaciones de luz controlada en interiores fueron rodadas en celuloide, circunstancia que Mann se propuso modificar aquí, rodando todo el film en HD, a excepción de algunas tomas de alta velocidad para las que la tecnología de la época le obligó a seguir recurriendo al celuloide. En su mayor parte Beebe rodó el film haciendo uso de la cámara Thomson Viper FilmStream, la misma empleada por Harris Savides y David Fincher en “Zodiac” (2007), uno de los tempranos hitos de la cinematografía digital, aunque también en algunas escenas Beebe empleó la Sony F900, que databa de los tiempos en que George Lucas se pasó al digital en “Attack of the Clones” (2002). Las lentes fueron los Zeiss DigiPrimes y DigiZooms, cuya montura B4 y el pequeño formato que cubrían precipitó su desaparición de los rodajes, siendo sustituidas estas cámaras HD por modelos como la Sony F35, la Arri D21 o la Panavision Genesis, que ya incorporaban sensores Super 35, antes de la llegada de las primeras Red One o Arri Alexa.
Estéticamente “Miami Vice” es un film muy diferente a lo que Hollywood nos tiene acostumbrados. En su momento, su estética digital hizo de él un film si no rompedor (dicho calificativo describe mejor a la anterior “Collateral”), si muy refrescante, ya que a diferencia de un uso habitual del formato digital imitando al celuloide (o rodando en digital como si se hiciera en celuloide), en “Miami Vice” Mann quiso rodar en digital y buscar una estética propia para este formato de adquisición. Por ello, es un film en el que destacan hechos como la a veces exagerada profundidad de campo, fruto de los pequeños sensores que equipaban estas cámaras (más similares al Super 16 que al Super 35), de modo que se utilizaban focales muy cortas en casi toda circunstancia y, por muy abierto que estuviera el diafragma, los fondos seguían estando razonablemente enfocados y, por otro lado, porque a fin de poder reducir los niveles de luz, Mann hizo que Beebe rodase mucho material con el obturador a 270 o 360 grados, lo cual aporta medio stop o un stop completo de exposición, pero también causa el consabido “blur”, artefacto que se asocia habitualmente con el vídeo.
El efecto de todas estas decisiones, incluida la de rodar con niveles de iluminación exageradamente bajos, lo cual produce mucho ruido en la imagen, es que la imagen de “Miami Vice” tiene, precisamente, un aspecto completamente de vídeo. Ya lo tenía en su momento y es evidente que lo sigue teniendo doce años después de su estreno. Pero con el paso del tiempo y la perspectiva que el mismo otorga sobre los acontecimientos pasados, se da la circunstancia de que el aspecto HD de este film, por los medios con los que fue rodado, ha quedado también muy desfasado, ya que cualquier cámara HD “high-end” de Arri, Sony o Red ofrece en 2018 una calidad infinitamente superior a la de las cámaras empleadas en este rodaje. Ello hace que, curiosamente, el aspecto de “Miami Vice” se asemeje ahora más que nunca al de un noticiario, que en nuestros días también están rodados en HD, con su abundante profundidad de campo, sus efectos de vídeo consecuencia de rodar con el obturador abierto o el enorme ruido que poseen muchas de sus secuencias (o incluso, la inconsistencia del ruido dentro de las mismas), un color muy deficiente o incluso una latitud de exposición, con poco detalle en sombras y altas luces quemadas, que es muy escasa para los estándares actuales.
Así que por mucho que Beebe y Mann iluminasen el film de una manera quizá poco ortodoxa (el film hace uso de fuentes de iluminación duras en muchos momentos, algo que es especialmente aparente en las escenas exteriores nocturnas), algo que en cierto modo le separa de un “reality”, estética a la que por momentos se aproxima, el conjunto está muy lastrado por intentar estar a la vanguardia de la época tratando de exprimir además los medios técnicos al máximo, especialmente cuando los mismos aún no estaban preparados (o perfeccionados) para un rodaje en unas condiciones tan sumamente adversas. Sin embargo, la parte positiva es que el aspecto de “Miami Vice”, por la suma de las elecciones técnicas y de las elecciones artísticas derivadas de las mismas, es prácticamente único e inigualable, ofreciendo un punto de vista que, por el tremendo efecto de vídeo de las imágenes, a veces parece más real y a veces parece estilizado, por lo que sigue siendo un film que, con sus fallos y sus aciertos, de vez en cuando es interesante para ser revisado, aunque simplemente sea para observar el tremendo avance de la técnica o de los medios desde su estreno hasta nuestros días.
Título en España: Corrupción en Miami
Año de Producción: 2006
Director: Michael Mann
Director de Fotografía: Dion Beebe, ASC, ACS
Ópticas: Zeiss DigiPrimes & DigiZooms + Ultra Prime
Emulsión: Kodak 5201 (50D) & 5229 (Expression 500T) (escenas seleccionadas)
Formato y Relación de Aspecto: HDCAM SR (1080p) + Super 35, 2.4:1
Otros: 2K Digital Intermediate
Vista en 35mm & Blu-ray
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