La Maschera Del Demonio

Adaptación muy libre del relato de Nikolai Gogol “Viy”, que en esta ocasión gira en torno a un doctor y su ayudante que, camino de Moscú en un coche a caballo, sufren un accidente que les hace deternerse en un paraje en el que, dos siglos antes, una bruja (Barbara Steele) y su amante fueron ajusticiados. Cuando la bruja vuelve a la vida por un descuido del doctor, la vida de hija (de nuevo, Barbara Steele) del Príncipe Wajda, que es su vivo retrato, correrá serio peligro. “La Maschera del Demonio” es, sin duda, un notable relato terrorífico que se sobrepone a sus limitaciones presupuestarias gracias a la magnética presencia de su protagonista en su doble papel y especialmente por la imaginativa, atmosférica e influencial puesta en escena de Mario Bava.

El director de fotografía fue el propio Mario Bava, también autor de los efectos especiales de la película, labores que realizó en gran parte de su filmografía, siempre dedicada al género de terror. Rodada en Italia, en blanco y negro y en gran parte en interiores de estudio simulando tanto interiores como exteriores, la labor de Bava con la luz y la cámara es gran parte del secreto del éxito de Bava como director del film, debido a la fuerte personalidad con la que impregna a sus imágenes.

Si por algo destaca en este apartado “La Maschera del Demonio” es por sus exteriores nocturnos de estudio, en los que se simulan los bosques o el cementerio del pueblo en el que se desarrolla la historia. Rodados contra un fondo pintado que simula los cielos, Bava impregna el decorado de humo y fuertes contraluces que a menudo hacen que los personajes –como en la secuencia de apertura, en la que los aldeanos tratan de quemar a la bruja- aparecen prácticamente como siluetas portando antorchas, para conseguir imágenes de un gran contraste y, sobre todo, un aspecto muy amenazador, con negros muy profundos y una fuerte predominancia de la oscuridad en el fotograma. Este esquema, tan influencial en infinidad de títulos posteriores, se repite en numerosas ocasiones a lo largo del film, en los múltiples exteriores nocturnos del mismo, que están resueltos de forma similar.

Los interiores también poseen un gran contraste y, en los mismos, Bava utiliza nuevamente grandes unidades de iluminación para crear una separación muy fuerte entre las zonas de luz y sombra, dejando, con mucha frecuencia, que los personajes se muevan entre unas y otras durante las propias tomas, con luces muy duras e intensas cayendo sobre ellos cuando se encuentran en zonas de claridad. El aspecto de la capilla de la bruja, una vez más, es profundamente amenazador, no sólo por lo brillante de su diseño (de Giorgio Giovannini, el habitual de Federico Fellini), sino por la forma en que la luz expresionista de Bava incide sobre el mismo. Los exteriores diurnos, estos sí, rodados fuera del estudio a la luz del día, son bastante más comunes y mundanos, al menos en términos comparativos.

Los resultados, por lo tanto, son muy buenos, con una fotografía que busca en absolutamente todo momento crear una atmósfera lo más terrorífica posible en cada una de las secuencias nocturnas o los interiores del palacio, a través de un gran contraste y algunos de los negros más profundos que se recuerdan en la gran pantalla. Por supuesto, el estilo que emplea para ello es muy anticuado, a través de niveles de iluminación muy altos, pero es que, de otra manera, hubiera sido imposible conseguir tal aspecto. Cabe destacar también un temprano uso del zoom dentro de un conjunto en el que la cámara, además, siempre se mueve con un gran sentido.

Título en España: La Máscara del Demonio
Año de Producción: 1960
Director: Mario Bava
Director de Fotografía: Mario Bava
Formato y Relación de Aspecto: 35mm esférico, 1.66:1

Vista en Blu-ray

© Harmonica Rental & Cinema/Ignacio Aguilar, 2014.