Kong: Skull Island
Retorno del cine de Hollywood a uno de sus personajes predilectos, “King Kong”, ya llevado a la pantalla en la película original de Ernest B. Schoedsack y Merian C. Cooper de 1933, así como, entre otras, en los remakes a cargo de John Guillermin (1976) y Peter Jackson (2005). Al igual que la versión producida por Dino De Laurentiis, esta nueva vuelve a estar ambientada en la década de los 70, al final de la Guerra de Vietnam, y está centrada en un grupo de científicos que, tras descubrir la Isla Calavera, se hacen acompañar de un grupo de soldados que acaban de luchar en el sureste asiático para que les protejan ante los peligros que puedan acechar en la isla. Una vez allí, por supuesto, sus vidas correrán un serio peligro entre la amenaza que suponen tanto Kong como los otros animales prehistóricos que pueblan el lugar. En manos de Jordan Vogt-Roberts, la película se convierte en un espectáculo y entretenimiento de primera categoría, que se permite el lujo de referenciar constantemente “Apocalypse Now” y de superar elegantemente lo predecible de su argumento. Aún así, sus personajes no son demasiado interesantes y más allá del humor aportado por John C. Reilly, son sin duda lo peor de la película. Tom Hiddleston, Brie Larson, Samuel L. Jackson y John Goodman interpretan a los principales.
El director de fotografía es el californiano Larry Fong [ASC], quien parece haberse especializado en este tipo de productos muy técnicos. Comenzó a destacar a mediados de la década de los 2000 con la serie televisiva “Lost”, para posteriormente fotografiar películas complejas y de muchos efectos visuales como “300” (2006), “Watchmen” (2009), “Sucker Punch” (2011) o “Batman Vs Superman: Dawn of Justice” (2016), todas ellas a las órdenes de Zack Snyder. De la mano de J.J. Abrams, Fong rodó “Super 8” (2011), en la que evocaba el espíritu y el aspecto de las películas “Amblin” de los años 80. Aunque ya es un director de fotografía veterano (nació en 1960), es posible que dado su elevado nivel técnico, lo mejor de su carrera esté aún por llegar, aunque sea del tipo de operador que, por estar asociado a este tipo de cine tan comercial, tiene bastante complicado obtener el reconocimiento que su suficiencia técnica y probado buen gusto le harían merecedor.
Siendo una película con un trabajo de efectos visuales tan amplio, no es de extrañar que, a pesar de estar ambientada en la década de los 70, los cineastas hayan decidido rodar en formato digital con una cámara como la Arri Alexa, utilizando además el formato ArriRaw, como sucede en todos estos casos. Ello resulta curioso por ejemplo si se comparan sus resultados con los de “Jurassic World”, rodada un par de años atrás por John Schwartzman [ASC] empleando negativo de 35mm en localizaciones y escenarios muy similares. En opinión de quien suscribe estas líneas, la decisión de Fong es la correcta, ya que incluso se enfrenta a varias escenas similares a las que llevaron a Schwartzman a no usar la adquisición digital (escenas en el interior de junglas muy frondosas, con fuertes haces de luz solar penetrando entre la vegetación), que son bien manejadas por la amplísima latitud de exposición de la cámara de ARRI. Así pues, el aspecto de época en digital viene determinado más por la elección de ópticas (el habitual formato anamórfico de este tipo de productos, incluyendo las lentes B-Series de Panavision mejoradas para “Star Wars: The Force Awakens”) y quizá por la utilización de algo de grano cinematográfico en la etapa final de la post-producción. Este grupo de decisiones técnicas hace que, estando rodada en digital y sin pretender ocultarlo, “Kong: Skull Island” posea un agradable aspecto cinematográfico que, lejos de desentonar, encaja muy bien con un producto tecnológico como el presente (al contrario, podría argumentarse, que la citada “Jurassic World”, cuya textura granulada y suavidad fotoquímica no terminaban de encajar en con film con tantos efectos digitales). Algunas tomas determinadas destacan por su bokeh circular; es probable que en las mismas se haya utilizado el formato esférico con ópticas Panavision Primo.
Al igual que hace Vogt-Roberts en la dirección, Fong también se permite el lujo de imitar en varias ocasiones a Vittorio Storaro [ASC, AIC] en “Apocalypse Now”, sobre todo en varios exteriores diurnos que comparten el tono dorado de la jungla de la película de Coppola (al menos desde su restauración en el año 2001 con la versión “Redux”, para la que se prepararon copias mediante el proceso Dye Transfer). Este aspecto podría estar creado bien mediante la utilización de filtros tipo Coral durante el rodaje, o bien –seguramente- en el etalonaje digital en post-producción, aunque el efecto sea indistinguible para el espectador y seguramente igual de satisfactorio sea cual sea la forma en que ha sido obtenido. Por lo demás, Fong realiza un trabajo interesante en situaciones complejas, obteniendo sobre todo un gran partido de varios escenarios exteriores (rodados en Australia, Hawaii y Vietnam) y un aspecto estupendo en gran parte de las secuencias de apertura (entre las mismas, la presentación de Tom Hiddleston y de los militares, así como en las primeras escenas a bordo del barco que lleva a los personajes a la Isla Calavera). En toda circunstancia, cuando no es brillante, Fong al menos siempre resuelve con nota secuencias en las que el uso de las imágenes digitales (bien sea de fondos sustituidos en post-producción, o aquéllas en las que un gran número de elementos no son reales) predominan sobre la imagen real en el decorado.
Gracias a ello, a pesar que se trata de una película que contiene un trabajo de post-producción tan elaborado, “Kong: Skull Island” mantiene cierta personalidad y un aspecto que, dentro de la era digital, destaca por poseer una elevada cuota artesanal. Pero lo mejor quizá sea la puesta en escena de Jordan Vogt-Roberts, que no solo ayuda a resolver con nota la papeleta de afrontar un proyecto que se basa en un argumento ya visto en varias ocasiones anteriores e incluso no demasiado lejanas en el tiempo (la fallida versión de Peter Jackson al menos tenía el pretexto de actualizar los efectos visuales a la era digital), sino que además el director aporta con su cámara un buen número de instantes visuales de un gran interés e incluso una cuidada selección de ángulos y tiros de cámara tan poco habituales como muy acertados. Estos ponen de manifiesto que, más allá de estar contando con una producción de primera categoría y un material de segunda o tercera clase, hay mucho talento en un realizador que esperemos que tenga la posibilidad de aplicarlo en mejores circunstancias.
Título en España: Kong, la isla Calavera
Año de Producción: 2017
Director: Jordan Vogt-Roberts
Director de Fotografía: Larry Fong, ASC
Ópticas: Panavision B-Series, C-Series, E-Series, Primo
Formato y Relación de Aspecto: Arri Alexa (ArriRaw), 2.4:1
Otros: Digital Intermediate
Vista en DCP
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© Harmonica Rental & Cinema/Ignacio Aguilar, 2017.