Green Book

La gran triunfadora de la edición de los premios Oscar correspondientes al año 2018, en cuya gala de entrega se alzó con las estatuillas correspondientes a la mejor película, al mejor guión original y actor secundario (Mahershala Ali), además de candidaturas al mejor montaje y actor principal (Viggo Mortensen). El argumento, basado en una historia real ambientada a comienzos de los años 60, tiene como protagonista a un italiano (Mortensen), trabajador de locales nocturnos, que durante un período de ocho semanas se convierte en el chófer de un pianista clásico de raza negra (Ali), al que debe acompañar y cuidar en un largo viaje por los estados del sur de los EEUU. Como es de prever, la tensa relación que mantienen al inicio comienza a convertirse en una amistad, al tiempo que diversos acontecimientos –sobre todo, racistas- van aconteciendo durante la gira de conciertos. Se trata de una película claramente fabricada para ganar premios, sustentada eso sí en unas muy buenas interpretaciones del dúo protagonista (aunque uno de los actores ganase el premio de secundario… sic), pero a la postre es cine familiar plagado de buenas intenciones, tan fiel al manual de los mismos que, sin poseer grandes valores cinematográficos, se deja ver con agrado durante sus 130 minutos de proyección.

El director de fotografía escogido por Peter Farrelly es Sean Porter, un operador absolutamente desconocido hasta el momento por quien escribe estas líneas, ya que además de un buen puñado de cortometrajes, hasta la fecha únicamente ha firmado algunos largometrajes como “Green Room” (Jeremy Saulnier, 2015), “Rough Night” (Lucia Aniello, 2017), “20th Century Women” (Mike Mills, 2016) o una de esas películas en las que anda metido el Nicolas Cage actual (“The Trust”, Alex & Benjamin Brewer, 2016). Es por lo tanto un director de fotografía cuya carrera en cine en realidad no ha hecho más que empezar, por lo que es muy probable que el éxito de “Green Book” suponga un importante empujón en la carrera de este operador también activo en publicidad, aunque por el momento exista poca información acerca de él y su trabajo.

Ambientada en concreto en el otoño de 1962, la imagen de “Green Book”, como la de muchas otras películas de época rodadas mediante la adquisición digital con la Arri Alexa, no intenta emular ni mucho menos ni la estética del cine de la época ni al propio celuloide en el que se rodaban las películas en aquéllos momentos. Podría decirse que como confirmación de que el aspecto HD ya es plenamente aceptado por el espectador, sin necesidad de conversiones, imitaciones, filtrajes, etc. “Green Book” es un film más que además de rodar en HD, emplea lentes modernas, de tal manera que su textura además es extraordinariamente limpia, detallada y contrastada, fruto del empleo de uno de los juegos de lentes con mejor rendimiento del mercado: los Leica Summilux-C, cuyas aperturas máximas de diafragma son T1.4 en todo el rango focal. Unidos a la Alexa Mini, los Leica proporcionan imágenes excepcionales, que sobresalen especialmente de la manera en que los emplea Porter, es decir, muy abiertos de diafragma en toda circunstancia, incluyendo los exteriores diurnos. Como consecuencia, la película destaca a nivel estético por su escasa profundidad de campo y fondos desenfocados, en los que los Summilux ofrecen un estupendo bokeh mientras los personajes, a foco, son perfectamente definidos por las lentes sin introducir ni el menor atisbo de aberración óptica o suavidad.

Ver el espectáculo que suponen los Summilux es como decimos el mayor reclamo estético del film, aunque también es cierto que Porter deja que en muchas ocasiones el sol incida directamente sobre los objetivos para mostrar flares en pantalla. Quizá no sean estos flares los más espectaculares que hemos podido ver, pero en cualquier caso, este tipo de destellos añaden una capa de interés sobre una imagen que durante gran parte del metraje muestra a dos hombres dentro de un coche mientras uno conduce y el otro se sienta en la parte posterior. La iluminación de Porter no es especialmente interesante, en cambio. Es cierto que se esfuerza bastante –con resultados satisfactorios- por intentar conseguir que todo el film posea el aspecto sofisticado necesario para separar la realidad actual de la “época”. En este sentido, en colaboración con el diseño de producción y de vestuario, además de las esforzadas caracterizaciones de Mortensen y Ali, no hay un solo fotograma de “Green Book” que no respire la época en que se ambienta la historia. Pero la luz de Porter, a la par que sofisticada, está carente de alma: todo luce bien, bonito incluso, pero carente de atmósfera, como quien se limita a ilustrar un ambiente, pero sin entrar profundamente en él. No se trata de una limitación de presupuesto, sino que el concepto o tono amable del film probablemente sea lo que impida tomar otro camino que no sea, también en lo estético, el academicismo total y absoluto.

Los resultados, por lo tanto, son correctos pero no destacan especialmente. Quizá lo más llamativo, además del uso de los Leica Summilux, sea la elección de fotografiar las noches con luz de sodio y su imitación cinematográfica, cuando el cine de la época tendía a fotografiar las noches azuladas y con una o varias fuentes de luz muy grandes, muy altas y a contraluz, así como la introducción de algunos tonos de color verdosos o cián que también se separan de lo que es más habitual. Pero quitando esos detalles, se trata como decimos de un film tan bien hecho como encasillado en sus patrones fílmicos, lo que hace que el conjunto se pueda ver con cierto agrado pero que a nivel de puesta en escena o iluminación no posea la menor personalidad, dado que –para bien o para mal- todas y cada una de sus elecciones precisamente tienen como objetivo resultar lo más anónimas y convencionales que les sea posible a sus creadores, a fin de contentar al rango de espectadores más amplio posible.

Título en España: Green Book
Año de Producción: 2018
Director: Peter Farrelly
Director de Fotografía: Sean Porter
Ópticas: Leica Summilux-C
Formato y Relación de Aspecto: Arri Alexa Mini (Arriraw 3.4k), 2.00:1

Vista en HDTV

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