Great Expectations

Enésima adaptación de la novela de Charles Dickens, en esta ocasión producida por la cadena británica BBC, que tiene como protagonista a un joven huérfano, aprendiz de herrero, que muchos años después de ayudar a un fugitivo de la justicia, recibe una misteriosa dote para que pueda viajar a Londres y vivir y ser educado como un caballero, lo que le permitirá seguir luchando por el amor de Estella, una chica que conoció en su joventud y que nunca ha conseguido olvidar. Con Jeremy Irvine, Helena Bonham-Carter, Ralph Fiennes en los papeles principales, esta nueva versión es una adaptación cuyo texto es muy parecido al de la dirigida por David Lean en 1946, con valores de producción muy elevados, pero se echa mucho en falta pasión, química y emoción interpretativa en los papeles principales y una dirección mucho más ágil e inspirada que el correcto academicismo que es capaz de ofrecer Mike Newell en el mejor de los casos.

El director de fotografía es el británico John Mathieson [BSC], un operador que llevó a cabo su ascensión hasta ese puesto comenzando desde lo más bajo de los equipos del mexicano Gabriel Beristáin, en aquél entonces instalado en el Reino Unido. Posteriormente, después de la serie televisiva de “The Hunger” (1997) y el film “Plunkett & McClaine” (1999), tuvo su gran oportunidad de mano de Ridley Scott, quien le confió consecutivamente la dirección de fotografía de “Gladiator” y “Hannibal” consecutivamente, para después llegar a convertirse en el operador que más ha trabajado con el mayor de los Scott, con tres títulos más, de momento (“Matchstick Men”, “Kingdom of Heaven” y “Robin Hood”). En este período, a pesar de rodar a ambos lados del atlántico y haber obtenido dos nominaciones al Oscar (“Gladiator” y “The Phantom of the Opera”), Mathieson no ha abandonado su Gran Bretaña natal, en donde realiza la mayor parte de sus trabajos, con un estilo clásico, generalmente naturalista, que es perfecto para ambientaciones de época que busquen resultar elegantes a la par que realistas. Y en estas características se mueve “Great Expectations”, por supuesto.

Visualmente, la película destaca por la elección del formato panorámico anamórfico, con adquisición en celuloide. Mathieson es un operador que siempre huye del filtraje en cámara, por lo que para obtener una imagen más suave y de época sin recurrir a ningún tipo de difusión, ha elegido para este trabajo el juego de lentes Cooke Xtal Express, que no son sino las Cooke S2/S3 convertidas a formato anamórfico por Joe Dunton a principios de los años 80, en un formato que denominó J-D-C Scope. Puesto que parten de diseños muy antiguos, estas lentes destacan, por supuesto, por su suavidad, pero también por la facilidad con que captan destellos y producen líneas horizontales en pantalla (algo de lo que en gran medida huye Mathieson en este film, por cierto), así como de la distorsión de barril y de las muy visibles pérdidas de nitidez e incluso luminosidad en los extremos de la pantalla, algo que es muy evidente desde el 40mm hasta las focales más angulares (el juego tiene un 32, 25 y 18mm, pero no parece que haya tomas más angulares que el 32mm). El resultado es una imagen muy bonita, suave pero a la vez detallada, que es perfecta para primeros planos, sin que en ningún momento llame la atención negativamente por su falta de nitidez o evidente distorsión, que es más obvia que en juegos de lentes similares como la “Serie C” de Panavision. Estos defectos o virtudes se magnifican cuando Mathieson se luce empleando las lentes a máxima apertura (T/2.3-2.8), en algunas cuantas tomas interiores en que los personajes emplean farolillos para iluminarse a sí mismos y a las estancias en las que se encuentran, del mismo modo que en el buen número de tomas exteriores que emplean el zoom (bien para realizar suaves alejamientos o aproximaciones durante el plano, o bien como focal variable), se aprecia una llamativa pérdida de contraste y resolución, por mucho que ello introduzca una suavidad aún mayor que beneficie aún más a los actores.

Cualquiera que haya visto sus colaboraciones con Ridley Scott (como la citada “Robin Hood”) reconocerá rápidamente el estilo de Mathieson, muy natural como decíamos, pero siempre preocupado por mostrar el mejor aspecto posible de sus actores y de las localizaciones. Emplea grandes unidades de iluminación a través de las ventanas para conseguir un aspecto natural en sus interiores, con mucho contraste y haces de luz a través de un poco de humo, pero de una forma menos esteticista que cuando trabaja con Scott y, también, con una tendencia también más evidente a emplear focales más angulares que el director de “Alien” y «Blade Runner«. También, como decíamos, existe una fuerte justificación de fuentes en las secuencias con los farolillos o incluso a la luz de las chimeneas, sin que Mathieson pierda un ápice de contraste o de nivel de negros en estas secuencias o la textura de grano se vuelva un ápice más granulada. En sus exteriores, existe también una gran preocupación por emplear el momento correcto del día en todas las escenas de apertura, lo que también le permite lucirse en algunas de estas secuencias en los marjales, que no olvidemos que le proporcionaron un Oscar a Guy Green por su trabajo en blanco y negro en la versión de 1946. Solo se pueden criticar algunos cambios de clima que se hacen bastante evidentes en la copia final, aunque el montaje trate de ocultarlos de forma bastante hábil, porque incluso en exteriores nocturnos (como de la fiesta en el que se encuentran Pip y Estella), resuelto a través de una gran fuente de iluminación para el fondo, Mathieson consigue un aspecto extraordinario de forma muy sencilla, al igual que en sus secuencias marítimas nocturnas.

Por ello, la fotografía de esta nueva versión de “Great Expectations”, con su estilo clásico y naturalista y la sabia combinación de la adquisición fotoquímica con el formato panorámico anamórfico y lentes antiguas, produce imágenes de una textura increíblemente satisfactoria, de un nivel técnico superlativo (excepto algunes roces de foco en primeros planos), al tiempo que ofrece a John Mathieson la posibilidad de lucirse en un buen número de secuencias, demostrando que, cuando se trata de utilizar grandes unidades de iluminación, luz desde una única fuente y crear grandes contrastes en películas de época, su estilo no tiene rival en el cine actual. Lástima que, en este caso, el mismo esté puesto al servicio de un film que, de pura rutina, muchos cataloguen justamente como innecesario.

Título en España: Grandes Esperanzas
Año de Producción: 2012
Director: Mike Newell
Director de Fotografía: John Mathieson, BSC
Ópticas: Cooke Xtal Express, Cooke zoom
Emulsión: Kodak 5201 (50D) y 5219 (500T)
Formato y Relación de Aspecto: 35mm anamórfico (J-D-C Scope), 2.4:1
Otros: Digital Intermediate

Vista en DCP

© Harmonica Rental & Cinema/Ignacio Aguilar, 2013.