Gray Lady Down

Producción de Walter Mirisch, basada parcialmente en una novela de David Lavallee, que supuso uno de los últimos (aunque mejores) coletazos de la moda del cine de catástrofes de la década de los 70. En la misma Charlton Heston interpreta al capitán de un submarino nuclear norteamericano a punto de retirarse, pero durante su última travesía, el Neptuno sufre un grave accidente al colisionar con un barco carguero y se hunde en el fondo del océano. Una complicada misión de rescate se pone entonces en marcha, a fin de intentar evitar la muerte de los cuarenta hombres atrapados en el interior del buque. Rodada en estrecha colaboración con la marina de los EEUU, “Gray Lady Down” es una película metódica, con una cuidada descripción de las labores de rescate y buenos papeles a cargo de Stacy Keach y David Carradine, como los encargados de la misión en superficie. Ned Beatty, Ronny Cox y el debutante Christopher Reeve, en un pequeño papel, completan el reparto del film.

El director de fotografía fue el neoyorquino Stevan Larner [ASC], un hombre que no se prodigó demasiado en cine, ya que el grueso de su carrera lo llevó a cabo en el medio televisivo, por el cual obtuvo dos candidaturas a los premios de la American Society of Cinematographers (ASC) y cinco nominaciones y un premio Emmy. Fue además un importante profesor de cinematografía en California, formando a un buen número de futuros operadores y también directores, entre los que se encontraba por ejemplo un joven Terrence Malick, quien acudió a Larner para su primera película (“Badlands”, 1973) después de encontrar problemas con los dos primeros operadores que había contratado. Junto con el citado título, lo más conocido de Larner en cine es el presente título, así como la comedia de Harold Ramis “Caddyshack” (1980) o el primer y maldito episodio de la película “Twilight Zone: The Movie” (1983), en la que varios de los miembros del reparto murieron en un accidente de rodaje cuando se encontraban trabajando a las órdenes de John Landis.

El género al que está adscrito el film prácticamente obligaba a los cineastas (pese a que como Larner, el director David Greene también procedía de la televisión) a rodar en formato panorámico anamórfico. Para la producción se construyeron varios decorados que representaban el interior del submarino en los estudios Universal (incluyendo mecanismos hidráulicos para hacer que los decorados pudieran rotar y moverse), de modo que los cineastas podían tener un perfecto control sobre los elementos que aparecen en el film, retirar paredes, etc. Por ello no es del todo sorprendente que Larner prefiriera rodar el film, casi en su totalidad, haciendo uso de lentes zoom (5:1 y 10:1) adaptadas al anamórfico; lógicamente ello le obligaba a emplear en el set aperturas de entre T4.5 y T5.6, pero seguramente rodaba también en TV con esas mismas lentes en sus versiones esféricas, de modo que la adaptación al anamórfico consistía en iluminar para un diafragma más cerrado, sin que los problemas de distorsiones, foco mínimo, etc. fueran tan evidentes para el operador. Sólo las escenas en el interior del mini-submarino “Snark”, que además hacen uso de lentes de aproximación partidas, están rodadas con lentes anamórficas fijas, ya que incluso hay zooms durante la fotografía de miniaturas a cargo de la compañía de Howard Anderson. También hay tomas esporádicas con lentes fijas durante las secuencias de inundaciones, rodadas al hombro, por motivos de peso.

Aunque Larner forzase un diafragma el revelado hasta los 200 ASA, los niveles de intensidad de luz empleados debieron situarse, obligatoriamente, entre los 100 o 200 footcandles o candelas. Ello explica que Larner haga poco uso de las fuentes integradas en el propio submarino y que el grueso de su iluminación proceda de aparatos de iluminación cinematográfica. Es decir, aunque vemos fluorescentes en los techos, luces rojas de emergencia o incluso linternas, la realidad es que dichas fuentes hacen muy poco más que formar parte del decorado. Sin embargo, Larner se las ingenia bastante bien para que el aspecto no sea ni demasiado duro ni demasiado plano; algo tiene de ambos, pero hay ciertos intentos por parte del director de fotografía por evitarlos que, efectivamente, cumplen su cometido, ya que incluso Larner consigue que el hecho de que las luces integradas sean de atrezzo y que él esté iluminando a base de grandes aparatos se olvide en gran medida durante la proyección.

Los resultados, a pesar de ello, distan mucho de resultar brillantes, incluyendo algunos exteriores en las cubiertas de los barcos de rescate en las que es apreciable que existe también un exceso de luz de relleno. Pero sin ser demasiado moderno, ni demasiado clásico, en cierto modo Larner consigue pasar desapercibido y que su labor no desentone en absoluto dentro del aspecto y narrativa realista del realizador David Greene, todo ello, por supuesto, sin que el film adopte el estilo de falso documental que tan de moda se encuentra desde hace algunos lustros y que, curiosamente, tuvo un antecedente en el cine de catástrofes con la estupenda “Juggernaut” (Richard Lester, 1974), ya que “Gray Lady Down” es cine de estudio, mucho más convencional, y su pretendido realismo tiene más que ver con la detallada descripción de los medios de rescate de la marina de los EEUU que con la puesta en escena o el aspecto del film.

Título en España: Alerta Roja, Neptuno Hundido
Año de Producción: 1978
Director: David Greene
Director de Fotografía: Stevan Larner
Ópticas: Super Panazoom Cooke & C-Series
Emulsión: Kodak 5247 (100T)
Formato y Relación de Aspecto: 35mm anamórfico (Panavision), 2.4:1

Vista en Blu-ray

¿Te ha gustado esta reseña? ¡Siguenos en Facebook!

© Harmonica Rental & Cinema/Ignacio Aguilar, 2018.