Dead Calm

Adaptación cinematográfica de una novela de Charles Williams que, al parecer, Orson Welles trató de llevar a la pantalla a comienzos de los años 70 como uno más de sus proyectos cinematográficos inacabados. La historia, muy simple, gira en torno a un matrimonio (Sam Neill y Nicole Kidman, en el papel que la lanzó a la fama) que, tras perder a su hijo en un dramático accidente, se embarca en un crucero por el sur del pacífico para tratar de superar lo sucedido. Sin embargo, en su camino se cruza un misterioso barco cuyo único tripulante (Billy Zane) amenazará no solo su tranquilidad, sino también sus propias vidas. De producción australiana a cargo de George Miller (saga “Mad Max”), “Dead Calm” también lanzó la carrera norteamericana del realizador Philip Noyce (“Patriot Games”, “Sliver”) gracias a un conseguido suspense y, por qué no decirlo, también algo de efectismo.

El director de fotografía fue Dean Semler [ASC, ACS], un notable especialista en este tipo de películas de acción con rodajes complicados (ya que la acción transcurre casi de forma íntegra en dos pequeñas embarcaciones), que ya había destacado mucho en Australia al hacerse cargo de “The Road Warrior” (George Miller, 1981) y “Mad Max Beyond Thunderdome” (George Ogilvie & George Miller, 1985). Al año siguiente de rodar “Dead Calm” ya estaba en Hollywood rodando “Dances With Wolves” (Kevin Costner, 1990), por la que obtendría su única candidatura y su único Oscar a la mejor fotografía. A pesar de sus notables cualidades como operador, Semler sin embargo nunca ha estado adecuadamente valorado, quizá por su tendencia a escoger productos de acción y comedias de perfil bajo: “Last Action Hero” (John McTiernan, 1993), “Waterworld” (Kevin Reynolds, 1994), “The Bone Collector” (Philip Noyce, 1999), “Stealth” (Rob Cohen, 2005) o “2012” (Roland Emmerich, 2012) son algunos de ellos. También obtuvo el premio de la American Society of Cinematographers (ASC) por “Dances With Wolves”, además de una segunda candidatura por “Apocalypto” (Mel Gibson, 2006), además una de las primeras películas que hizo uso de la entonces novedosa cámara HD Panavision Genesis.

Aunque “Dead Calm” contó con el equipo habitual de “Mad Max” (incluyendo el montador Richard Francis-Bruce y diseño de producción de Graham Walker), la logística de rodar sobre el agua y en pequeñas embarcaciones a buen seguro hicieron que se tratase de un rodaje complicado. Además, el film está rodado en formato panorámico anamórfico (seguramente con lentes “C” y “E” de Panavision) utilizando mucha cámara al hombro, por lo que se trata de una elección técnica que, lejos de facilitar, dificultaba más la situación para Semler por el mayor peso de los equipos y la mayor distancia de enfoque (por mucho que gran parte de los interiores estén rodados en estudio, con la posibilidad de retirar paredes, siguen siendo interiores de un tamaño reducido), además que el film cuenta con bastantes planos bajo el agua que tampoco es que faciliten la situación, precisamente. Toda la solvencia técnica con que están resueltas estas cuestiones es a fin de cuentas lo mejor del trabajo de Semler, que hace que lo dificil en este aspecto parezca fácil pero que, como le ocurre en otros de los proyectos técnicamente complejos de los que se ha hecho cargo a lo largo de su carrera, el aspecto de la propia película luego no es nada especial.

Lógicamente, al rodar con un barco en el mar, el director de fotografía se encuentra muy limitado en cuanto a su capacidad para tomar elecciones lúminicas o poder utilizar sus aparatos de iluminación artificial. Ello hace que en bastantes ocasiones el film tenga un aspecto convencional, como si Semler se hubiera adaptado completamente a las circunstancias y hubiera rodado porque tenía que rodar, más allá de alguna secuencia específica en que el guión reclamaba sol y aguas tranquilas, o bien muchas olas y clima tormentoso. Por ello no hay una excesiva continuidad de la luz, ni una búsqueda de los momentos en que ésta es mejor o más adecuada para el rodaje cinematográfico. Incluso en algunos momentos rodados en la hora mágica, la utilización de luces de relleno artificiales (aquéllas en las que los personajes de Neill y Kidman, alternativamente, se encuentran en cubierta mirando el horizonte) es muy evidente, algo que a Semler le ocurría también incluso en la posterior “Dances With Wolves”, a pesar de estar rodada en tierra firme. Los interiores son un ejercicio interesante para Semler, ya que con las pequeñas ventanas del barco principal, se ve constantemente forzado a inventarse la fuente de luz. Algo que hace y lo hace bien, pero sin conseguir, como decíamos, un aspecto o acabado especial.

Por todo ello, la de “Dead Calm” no es una fotografía que destaque especialmente, sino que como le ocurre a tantas otras películas que han rodado mucho metraje sobre el agua, se aprecia claramente a lo largo de la proyección que el director de fotografía ha de adaptarse a las circunstancias de rodaje y tratar de hacer que el clima, ángulos de cámara, luz natural, etc. jueguen a su favor, dada la imposibilidad o gran dificultad que supone modificar la luz existente o complementarla con luz artificial cinematográfica. Los resultados, por ello, desde un punto de vista estético, no son gran cosa, pero desde luego sí que suponen un reto técnico y logístico que Semler saca adelante con buena nota, lo cual, para bien o para mal, le hizo especializarse en este tipo de películas y hacer toda una carrera en Hollywood trabajando en las mismas.

Título en España: Calma Total
Año de Producción: 1989
Director: Philip Noyce
Director de Fotografía: Dean Semler, ASC, ACS
Ópticas: Panavision
Formato y Relación de Aspecto: 35mm anamórfico (Panavision), 2.35:1

Vista en Blu-ray

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