Charade

Uno de los títulos más famosos de Audrey Hepburn es esta comedia de suspense de ecos Hitcockianos y ambientada en París, en la que la actriz interpreta a la viuda de un supuesto millonario que, tras ser informada acerca de las dudosas actividades del difunto por un hombre de la embajada americana (Walter Matthau), es perseguida por antiguos socios de su esposo (James Coburn, George Kennedy, Ned Glass), mientras únicamente un misterioso galán (Cary Grant) parece querer ayudarla. A pesar de su indudable éxito, “Charade” -escrita por Peter Stone, guionista de la maravillosa “The Taking of Pelham 1, 2, 3”)- se supedita en exceso así misma a la sofistificación de Hepburn y al carisma de Grant como medio para hacer creíble una relación imposible y, sobre todo, los continuos giros de la trama, algunos de ellos totalmente inverosímiles, que hacen que disfrutar de la parte de intriga de la película prácticamente resulte imposible en nuestros días.

El director de fotografía fue el veterano Charles Lang [ASC] quien, como gran parte de los operadores que todavía se repartían las producciones importantes durante la década de los 60, había iniciado su carrera en el blanco y negro y en la época del cine mudo (ya en 1931 obtuvo su primera nominación al Oscar, que únicamente ganó en 1934 por “A Farewell to Arms”, además de obtener otras 17 nominaciones, casi todas ellas por trabajos en blanco y negro). Además, como también muchos de sus compañeros de profesión formados en el cine de los grandes estudios, Lang era un todoterreno que lo mismo rodaba un Western como “The Magnificent Seven” o “One Eyed Jacks”, que comedias para Billy Wilder como “Sabrina” o “Some Like it Hot”, además de ser colaborador de Joseph L. Mankiewicz, Henry Hathaway, Anthony Mann, William Wyler, Richard Quine, Fritz Lang o Guy Green. En el caso de Donen, “Charade” fue su única colaboración con Lang.

Filmada en localizaciones parisinas, la imagen de “Charade” es muy habitual del cine de la época, aunque dentro de los cánones del mismo, está bien realizada. Su principal problema es tener que mostrar múltiples primeros planos de Audrey Hepburn y Cary Grant, puesto que según el estilo de fotografía de los grandes estudios, ello implicaba –casi de manera automática- la necesidad de utilizar filtros difusores para estas tomas, creando inconsistencias en cuanto a la nitidez de la imagen cada vez que los planos son un poco más amplios, puesto que el resto de la película está rodada sin recurrir a este tipo de técnicas. También ha quedado muy anticuado el uso de la retroproyección en una larga secuencia en un barco, que hace que su efecto sea absolutamente teatral e incluso más increíble que el propio argumento.

Por lo demás, se trata de un trabajo en el que Lang emplea niveles de iluminación muy altos para exponer los negativos de la época, lo cual únicamente podía hacer a través de luces duras y dirigidas hacia los actores –siempre con luz absolutamente frontal sobre los dos protagonistas-, pero siempre con una preocupación e interés por crear contraste en la imagen, lo que hace que siempre exista un interés en la misma. En este aspecto, por ejemplo, resulta ejemplar la secuencia entre Hepburn y Grant en el piso de la primera, cuando éste irrumpe por sorpresa, ya que Lang utiliza una única fuente de luz dura a través de una puerta y crea un interesante efecto de silueta y contraluz con la misma. Así, por tanto, “Charade” es un buen trabajo de su operador, que funciona especialmente bien en sus exteriores nocturnos, con mucho contraste y profundidad, aunque a nuestros ojos contemporáneos hubiera resultado mejor sin duda en el supuesto de no haber tratado de resultar tan complaciente con las dos estrellas que encabezaron su reparto.

Título en España: Charada
Año de Producción: 1963
Director: Stanley Donen
Director de Fotografía: Charles Lang, ASC
Emulsión: Kodak 5251 (50T)
Formato y Relación de Aspecto: 35mm esférico, 1.85:1

Vista en HDTV

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