Carol

Adaptación de una novela de Patricia Highsmith, parece ser que originalmente inspirada en unos hechos reales que le sucedieron a una mujer cercana a la conocida escritora de “The Talented Mr. Ripley”. La historia, ambientada en Nueva York a finales de la década de los años 40, tiene como protagonistas a dos mujeres. Una de ellas (Rooney Mara), es una aspirante a fotógrafo que un día, mientras trabaja como vendedora en unos grandes almacenes, conoce a una mujer (Cate Blanchett) con la que entabla una relación de cercana amistad. Pero esta mujer está casada y en proceso de divorcio de su marido (Kyle Chandler), el cual está tratando de quedarse con la custodia de su hija por todos los medios, incluyendo las relaciones personales de su esposa con otras mujeres. Con “Carol” el cineasta Todd Haynes vuelve a los largometrajes de ficción (después de realizar un documental y algún trabajo de televisión) después de estar ausente desde “Far From Heaven” (2002). Como en aquélla, destaca en esta ocasión el esmerado trabajo de recreación de época y las interpretaciones de la pareja protagonista, logrando una película sólida y con un interesante tratamiento de la relación entre dos mujeres en un tiempo en que la sociedad era muy diferente de la actual.

El director de fotografía es Edward “Ed” Lachman [ASC], quien ya trabajase con Haynes tanto en la citada “Far From Heaven”, por la que fue candidato al Oscar y a numerosos premios de la categoría de fotografía en aquélla temporada, así como en aquél extraño trabajo sobre Bob Dylan, llamado “I’m not Here” (2007). Lachman es un veterano del cine norteamericano, que casi siempre ha estado ligado al cine independiente y que tiene a sus espaldas, a sus casi 70 años de edad, una curiosa carrera que incluye colaboraciones, antes de ocupar el puesto de director de fotografía, como operador de cámara de otros directores de fotografía de la talla de Robby Müller, Vittorio Storaro o Sven Nykvist, lo que pone de manifiesto que ya en su etapa de formación, el interés estético y temático de Lachman estaba mucho más cercano a las sensibilidades europeas que a las americanas. Destacan en su filmografía, poco convencional, títulos como “Desperately Seeking Susan” (Susan Seidelman, 1985), “The Virgin Suicides” (Sofia Coppola, 1999), “Erin Brockovich” (Steven Soderbergh, 2000), “S1mone” (Andrew Niccol, 2002) o “A Prairie Home Companion” (Robert Altman, 2006), además de alguna incursión en la dirección como “Ken Park” (2002) acompañado de Larry Clark.

La fotografía de “Carol” destaca, sobre todo, por la decisión de los cineastas de continuar utilizando el celuloide como método de adquisición, pero además utilizando el formato Super 16, en lugar del habitual 35mm. Ello tiene como consecuencia que la imagen de la película tiene una fuerte apariencia fotoquímica y una gran suavidad a lo largo de la proyección. Es decir, la textura del grano, como consecuencia de utilizar un negativo mucho más pequeño, es mucho más aparente y la resolución es inferior, aunque los avances en los últimos negativos de Kodak, así como con el etalonaje e hinchado digital para su proyección en DCP, hacen que el Super 16 luzca en la actualidad mejor que nunca y constituya una opción muy válida para aquéllos que deseen lucir una textura orgánica y fotoquímica (en oposición a la limpieza y nitidez de casi cualquier soporte digital que se emplee) y continuar obteniendo una calidad de imagen razonable sin que los costes se disparen de forma exagerada. Además, hay que tener en cuenta que Lachman rodó el film a través de una gran variedad de lentes, pero principalmente, utilizando ópticas fijas Cooke antiguas y zooms, normalmente a grandes aperturas de diafragma, por lo que uno de los sellos distintivos del Super 16 (su mayor profundidad de campo con respecto al 35mm, que puede llegar a distraer) queda completamente oculta ya que la perspectiva teleobjetivo que predomina en el film lo equipara mucho más a la del tamaño de negativo o sensor al que estamos más acostumbrados, mientras que el rendimiento de las lentes es óptimo, al estar utilizando el centro de las mismas para la extracción en Super 16.

Por otro lado, si “Far From Heaven” era a nivel estético un homenaje al cine de Douglas Sirk durante los años 50 (generalmente con fotografía del autor de “Touch of Evil” y “Spartacus”, Russell Metty), en esta ocasión “Carol” parece ser que referencia de forma más o menos explícita el trabajo de diversos fotoperiodistas de la época, un razonamiento formal que es muy apropiado teniendo en cuenta las aspiraciones de uno de los dos personajes protagonistas. Destaca mucho que la paleta de color de la película es muy colorida, incluso a veces con una fuerte dominante verde, como si las escenas transcurrieran bajo la luz de luces fluorescentes tipo “cool-white”, aunque las mismas no serían comunes hasta el cine de los años 70. Pero Lachman también abraza luces muy cálidas en casi todos los interiores, así como exteriores rodados sin el filtro 85B para captar un aspecto muy azulado y frío (la acción tiene lugar en invierno, con paisajes incluso nevados), con usos ocasionales de luces rojas y verdes, muy fuertes y muy saturadas, en sus interiores. En cuanto a su luz propiamente dicha, es muy sencilla y completamente opuesta al del cine de la época: en “Carol” hay mucha luz rebotada, o fuentes de iluminación muy suaves con unidades incandescentes en su interior (tipo bolas chinas, o sedas) que el director de fotografía complementa a través de lámparas integradas en los decorados. En las escenas interiores diurnas, deja que luz azulada unidireccional entre a través de las ventanas. El aspecto, fruto de utilizar lentes antiguas, es poco contrastado y tiene bastante “glow” y halos en torno a las fuentes de luz.

Fruto de utilizar principalmente emulsiones de sensibilidad media (o incluso la emulsión de 50 ASA equilibrada para luz día en los exteriores, la menos sensible que fabrica Kodak), así como por una generosa exposición de los negativos, el grano de “Carol” no es intrusivo o llamativo para casi ningún espectador; posee cierta presencia eso sí, pero es comparable al de muchas otras películas de los años 60-70 que hicieron uso del revelado forzado o fueron iluminadas en condiciones algo escasas. Por ello, junto con el elaborado estilismo, diseño de vestuario y la ambientación a través de la escenografía (e incluso, a buen seguro, a través de unos invisibles CGI orientados a eliminar vestigios de modernidad de los fondos y segundos planos) el aspecto visual de “Carol” es muy, muy logrado, trasladando y envolviendo al espectador en la época en que se supone que transcurre la acción en pantalla. Quizá, más allá de alguna toma exterior en la hora mágica, o de los brillantes planos a través de cristales, pueda echarse en falta algún destello o detalle de elevada inspiración a lo largo de la proyección, pero lo cierto es que la película funciona muy bien a nivel estético, fruto de lo cual fue justa candidata a los principales premios de la temporada 2015 en el apartado relativo a la mejor fotografía, e incluso consiguió alzarse con el que otorga la British Society of Cinematographers (BSC), algo especialmente complicado para operadores que no sean ingleses.

Título en España: Carol
Año de Producción: 2015
Director: Todd Haynes
Director de Fotografía: Edward Lachman, ASC
Ópticas: Cooke Speed Panchro, Varopanchro, Angenieux HR & Master Zoom
Emulsión: Kodak 7201 (50D), 7213 (200T), 7207 (250D) & 7219 (500T)
Formato y Relación de Aspecto: Super 16mm, 1.85:1
Otros: 2K Digital Intermediate
Premios: Oscar a la mejor fotografía (nom), American Society of Cinematographers (nom), BAFTA (nom), British Society of Cinematographers.

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