Breaking Away
Producción del cineasta británico Peter Yates (“Bullitt”, “The Deep”), también dirigida por él mismo, que tiene como protagonistas a cuatro jóvenes de clase media (Dennis Quaid, Dennis Christopher, Daniel Stern y Jackie Earle Haley) que viven en un pueblo del estado de Indiana y que se encuentran en un momento de sus vidas en el que tienen que decidir entre ponerse a trabajar o acudir a la Universidad, en la que los alumnos los menosprecian por ser hijos de antiguos canteros. Uno de ellos (Christopher), sueña con convertirse en ciclista profesional, al tiempo que intenta conquistar a una chica (Robyn Douglass) que sale con uno de los jóvenes universitarios (Hart Bochner), lo que inicia una rivalidad entre ambos grupos que deberá ser saldada en una carrera ciclista. “Breaking Away” es uno de los mejores ejemplos del género sobre el tránsito a la edad adulta, además mezclado con el cine de deportes, que no ofrece nada nuevo o especialmente inspirador, pero que sí que aporta mucha frescura en su guión (de Steve Tesich, que ganó el Oscar) y actuaciones, con un tono ligero pero con un fondo serio que está muy bien llevado por Peter Yates, que obtuvo candidaturas a la mejor película y al mejor director. Paul Dooley, como el padre del aspirante a ciclista, y Barbara Barrie, como su madre, también destacan, con nominación al Oscar a la mejor actriz secundaria para esta última.
Aunque Peter Yates era un director y productor con una importante trayectoria en la industria, “Breaking Away” fue una película de bajo presupuesto que se convirtió en un éxito sorpresa. Por ello no es extraño que, a pesar que Yates estaba acostumbrado a trabajar con directores de fotografía importantes (William A. Fraker, Laszlo Kovacs, Douglas Slocombe, Christopher Challis, Victor J. Kemper, entre otros), en esta ocasión optase por un joven prácticamente desconocido, Matthew F. Leonetti [ASC]. Hijo de un gaffer de Hollywood que montó su propia casa de alquiler de luces y de cámaras (las cámaras Ultracam y las lentes Ultranon eran de su propiedad), Leonetti comenzó como ayudante y posterior operador de Charles Rosher Jr. y durante gran parte de los años 70, trabajó en televisión. “Breaking Away” fue su primer título importante, al que seguirían inmediatamente “Raise The Titanic” (1980), “Eyewitness” (Peter Yates, 1981) y sobre todo, “Poltergeist” (Tobe Hooper, 1982), su película más conocida. Posteriormente, Leonetti ha seguido una carrera en Hollywood especializado en productos de acción (como “Commando”, “Another 48 Hrs”) pero casi siempre de segunda clase o secuelas, sin demasiado brillo, o incluso encomendándose a terminar películas o realizar segundas unidades para otros operadores.
La imagen de “Breaking Away” destaca porque a pesar de no ser una película de época, posee un bajo contraste y un cierto tono cálido que inmediatamente producen un aspecto nostálgico. Las imágenes de rodaje parecen indicar que el film se rodó con un modelo previo de las cámaras Ultracam y contiene muchas tomas captadas con zooms Angenieux, incluso a veces duplicados, por lo que seguramente, empleando montura BNCR, la fotografía principal incluyera ópticas fijas como las Kowa Cine Prominar, que producen flares dorados similares a los que se aprecian esporádicamente en la película. El uso de los zooms en exteriores, así como de este tipo de ópticas fijas, explicarían ese bajo contraste en el que también tiene que ver la forma en que expone Leonetti: parece que, de forma consciente, su negativo está “corto” con muchísima frecuencia. Ello provoca que los negros no sean negros y que haya un aspecto translúcido, granulado y poco contrastado. El caso es que el conjunto le sienta bien a la película, ya que la textura posee cierta personalidad y, a pesar de ser el típico trabajo que no llama la atención por sí mismo, sí que envuelve muy bien a la narrativa.
La inspiración estética es indudablemente naturalista, seguramente, entre otras cosas, porque los cineastas tampoco disponían de un gran despliegue de medios como para imponer de manera clara otro aspecto a la película. En exteriores hay mucho empleo de la luz natural disponible, eligiendo bien las horas del día en que rodar las escenas, aunque puntualmente y seguramente equivocándose, Leonetti introduce luces puntuales de relleno que no parecía necesitar y que estropean un poco el suave aspecto. Pero lo curioso son los interiores, en los que Leonetti emplea niveles bajos y no le da miedo en absoluto la subexposición, aunque con ello a veces el aspecto sea demasiado apagado, oscuro y granulado. Lo curioso, además, es que no hay esfuerzo alguno (parece que por elección, no por incapacidad) en mejorar el aspecto de los actores o de este tipo de escenas, cuando realmente hubiera sido sencillo emplear lentes más luminosas y obtener una mejor exposición, o alterar ligeramente los esquemas de iluminación para hacerlo todo más bonito. Pero, de alguna forma u otra, ese estilo, feista, encaja bien con la historia, mitad de sufrimiento, mitad de superación, que viven los personajes principales.
Lo mejor, de todas formas, es la puesta en escena de Peter Yates, un director con mucha experiencia en rodajes complicados y especialmente, de sujetos en movimiento, teniendo “Bullitt” en su haber para atestiguarlo. Ello se hace evidente en todas las escenas de ciclismo, en el que cada focal (angular y cercana, para mostrar movimientos rápidos, o teleobjetivo, para mostrar desde lejos los lentos avances individuales o del pelotón) está perfectamente bien escogida y consigue crear exactamente el mismo efecto que deseaba el realizador, lo cual tiene su culminación en la larga toma final de la carrera que cierra el film. Los resultados, por lo tanto, son muy buenos, no porque sean especialmente estilizados, bellos o de un elevado nivel técnico, sino porque la de “Breaking Away” es una de esas fotografías que escogen un estilo, por poco ortodoxo que pueda parecer en un primer momento, y lo siguen y lo siguen hasta el final, impregnando así a una película que, quizá podría haber sido más bonita, pero quizá no sería ni mejor y sobre todo, no sería la misma.
Título en España: El Relevo
Año de Producción: 1979
Director: Peter Yates
Director de Fotografía: Matthew F. Leonetti, ASC
Emulsión: Kodak 5247 (100T)
Formato y Relación de Aspecto: 35mm esférico, 1.85:1
Vista en Blu-ray
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