20000 Leagues Under The Sea

Famosa adaptación de la novela de Julio Verne con producción de Walt Disney y dirección a cargo, curiosamente, de Richard Fleischer, el hijo del jefe del estudio rival de Disney, Max Fleischer. Paul Lukas interpreta al Profesor Aronnax, quien junto con su ayudante (Peter Lorre) se aventura en un barco en la búsqueda del misterioso monstruo submarino que está hundiendo buques en alta mar. Cuando el barco en el que viajan es atacado y se hunde, el profesor, su ayudante y un marinero (Kirk Douglas) quedan a la deriva, hasta que son recogidos por una misteriosa máquina sumergible: el submarino “Nautilus” y su capitán, Nemo (James Mason). Cine familiar y de aventuras de primer nivel, quizá el ritmo de la película se haya quedado un poco lento para los gustos y tendencias actuales, pero este clásico mantiene unos diseños, efectos visuales y escenas submarinas muy apreciables, así como cuatro personajes principales muy bien interpretados que hacen que su vigencia continúe plena para las generaciones venideras.

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El director de fotografía fue Franz Planer [ASC]. Nacido en 1894 la que hoy sería la República Checa, Planer estudió fotografía en Viena y comenzó su carrera en Alemania, durante la década de los años 20, antes de la llegada del cine sonoro y en pleno apogeo del expresionismo. Posteriormente, en la década de los 30, con la llegada al poder de los nazis, Planer emigra a EEUU para continuar allí su carrera, a lo largo de la cual, llegaría a recibir cinco nominaciones al Óscar, cuatro de ellas por trabajos en blanco y negro: “The Champion” (Mark Robson, 1949), “Death of a Salesman” (Laszlo Benedek, 1951), “Roman Holiday” (William Wyler, 1953) y “The Children’s Hour” (William Wyler, 1961), además de “The Nun’s Story” (Fred Zinnemann, 1959), en color. Antes de su muerte en 1961 tiene tiempo de hacerse cargo de clásicos como “The Big Country” (William Wyler, 1958), “The Caine Mutiny” (Edward Dmytryk, 1954) o “Breakfast at Tiffany’s” (Blake Edwards, 1961). Además, rodó en España “The Pride And The Passion” (Stanley Kramer, 1957) y fue el primer operador contratado para “King of Kings” (Nicholas Ray, 1961), la cual tuvo que abandonar por problemas de salud que acabarían con su vida poco después.

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En la época del rodaje de “20000 Leagues Under The Sea” los estudios de Hollywood, en este caso la Disney, estaban fomentando que el público acudiera a los cines a través de una serie de grandes formatos que hicieran competencia directa a la televisión. Uno de estos formatos fue el CinemaScope, el padre de todos los formatos anamórficos. Su inventor fue el francés Henri Chrétien y fue llevado a Hollywood por la 20th Century Fox para su película “The Robe” (Henry Koster, 1953). “20000 Leagues Under The Sea” no solo fue la primera película de la Disney en imagen real, sino que además, el estudio pagó a la Fox para poder utilizar su sistema anamórfico. En aquél momento, éste consistía en un adaptador frontal con el elemento cilíndrico anamorfizador que se colocaba delante del objetivo, en este caso un 50mm Bausch & Lomb Baltar. Como no había suficientes adaptadores, toda la película, como le sucedió a Leon Shamroy durante el rodaje de “The Robe”, tuvo que ser filmada exclusivamente con esta única focal, que tiene la equivalencia de un 25mm esférico, por lo que el ángulo de visión que capta es muy angular. En aquélla época, todavía el CinemaScope se rodaba, componía y exhibía en la relación de aspecto 2.55:1, por lo que Fleischer, que a lo largo de los años se desvelaría como un maestro del formato y su composición, así como Planer, tuvieron que ingeniárselas para rodar la película completa siempre con una visión tan angular. Además, para el director de fotografía el CinemaScope tenía una complicación adicional: la necesidad de emplear diafragmas aún más cerrados que los habituales en la época, ya que el rendimiento óptico del conjunto adaptador + lente primaria solo empezaba a ser aceptable alrededor de un T/5.6, en una época en la que la emulsión fotográfica alcanzaba una sensibilidad de 25 ASA bajo la luz de tungsteno.

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Como no es de extrañar, ni por la trayectoria de Planer ni por la complejidad técnica del proyecto y de sus necesidades, la estética de “20000 Leagues Under The Sea” es muy, muy clásica. Como indicábamos, todas las composiciones de la película son angulares y con una relación de aspecto anchísima, sin que apenas existan los primeros planos, también en gran medida por la distorsión y “mumps” de las lentes originales del CinemaScope, que deformaban a los actores en el centro de la pantalla. Sin embargo, Fleischer rellena muy bien la pantalla gracias a un perfecto posicionamiento de los actores en la misma y a un diseño de producción que le permite encajar la enorme relación de aspecto en los sets. Por supuesto, el CinemaScope funciona muy bien con los diseños de los barcos, alargados, y con el “Nautilus” y su forma de pez, pero es en los complicados interiores donde Fleischer muestra un gran dominio del encuadre y la composición. La luz es muy anticuada, lógicamente, con aparatos directos y dirigidos hacia los actores, pero ejecutada con mucho oficio y bien envuelta en el aspecto clásico de todo el conjunto, e incluso permitiéndose algunos efectos de luz de color que le quedan muy bien.

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Los efectos visuales de la película son además muy ambiciosos; desde “matte-paintings” que amplían el puerto desde donde parten los protagonistas de la historia, a maquetas que simulan barcos navegando o explotando, a por supuesto, toda la recreación del “Nautilus” navegando, incluyendo los preciosos planos en los que, con sus luces encendidas, acude a atacar a otros barcos. Incluso toda la parte relativa a “Vulcania”, la isla donde Nemo y sus hombres tienen su base de operaciones, está muy bien realizada al modo artesanal. Por supuesto, se trata de un conjunto que contiene en su totalidad muchísimos menos planos de efectos que una película contemporánea de similar temática, pero la ejecución de estas comparativamente escasas tomas de FX de “20000 Leagues Under The Sea” es estupenda. Las largas secuencias submarinas, novedosas en su momento, quizá sean las que menos interés tienen en la actualidad de toda la proyección, pero ésta, en su conjunto, es cine de aventuras con mayúsculas, con ese extraño encanto de lo artesanal que otorga un plus de personalidad que tanto se echa en falta en el cine moderno.

Título en España: 20000 Leaguas de Viaje Submarino
Año de Producción: 1954
Director: Richard Fleischer
Director de Fotografía: Franz Planer, ASC
Ópticas: Bausch & Lomb Baltar + CinemaScope
Emulsión: Kodak 5248 (25)
Formato y Relación de Aspecto: 35mm anamórfico (CinemaScope), 2.55:1
Otros: efectos visuales a cargo de Peter Ellenshaw y Ub Iwerks

Vista en Blu-ray

© Harmonica Rental & Cinema/Ignacio Aguilar, 2016.