Venus in Fur
Adaptación cinematográfica de una obra de David Ives, co-autor del guión junto al realizador Roman Polanski, quienes a su vez adaptaban una novel de Leopold von Sacher-Masoch. La historia es muy sencilla: un autor teatral (Mathieu Amalric) que pretende dirigir por primera vez para este medio una de sus adaptaciones, se encuentra desesperado porque le es imposible encontrar una actriz adecuada para el papel principal de su obra. Sin embargo, cuando el casting ya ha finalizado, se presenta en el escenario una misteriosa mujer (Emmanuelle Seigner), que a pesar de su escasos modales, parece conocer e interpretar muy bien ese papel. Durante la prueba, el diálogo entre los dos personajes poco a poco se va confundiendo con la realidad, proponiendo un juego en el que el escritor y director va cayendo en la red que le tiende su actriz. La película de Polanski nunca pretende evitar sus orígenes y en muchos aspectos no es más que una obra de teatro filmada en la que los medios cinematográficos se emplean para potenciar las interpretaciones de los dos únicos actores. Como tal funciona correctamente, aunque no deja de ser un film menor dentro de la filmografía de uno de los realizadores más importantes del cine de los últimos cincuenta años.
El director de fotografía es el polaco Pawel Edelman [PSC], quien ha rodado todas las películas de Roman Polanski desde que en 2002 se hiciera cargo de “The Pianist”, el film con el que el realizador se alzó con el Oscar al mejor director, entre otros premios obtenidos por el largometraje que narraba, parcialmente, algunas de sus propias vivencias durante el holocausto. Edelman, que fue nominado para ese premio, entre muchos otros, ha continuado al lado del director en films como “Oliver Twist” (2005), “The Ghost Writer” (2010), “Carnage” (2012) y el presente título, además del siguiente del realizador, “D’Après une historie vraie” (2017). Cuando triunfó con “The Pianist”, parecía que Edelman iba a ser uno de esos directores de fotografía europeos que se iban a instalar en EEUU a la menor oportunidad, pero sin embargo, tras las experiencias en “Ray” (Taylor Hackford, 2003) y “All The King’s Men” (Steven Zaillan, 2004), Edelman retornó a Europa, en donde ha permanecido activo desde entonces.
Más allá de los planos de introducción y cierre de la película, todo el metraje de “Venus in Fur” transcurre en un teatro y únicamente aparecen dos personajes a lo largo de toda la proyección, lo cual en cierto modo limita bastante las posibilidades del director de fotografía, que no tiene demasiadas opciones a la hora de ejecutar su trabajo. La luz de Edelman, en general, está muy falseada, ya que el lugar de iluminar el teatro y dejar que los actores se muevan por el mismo entre zonas de luz y sombra, lo que hace el director de fotografía polaco es ir modificando su luz plano a plano, toma a toma, muchas veces buscando que el aspecto de Emmanuelle Seigner (quien interpreta a una actriz que seguramente debería de haber sido más joven que la esposa de Roman Polanski) sea el mejor posible. Para ello, con aparatos de luz que inciden desde arriba, Edelman busca una luz lo más frontal y plana sobre la actriz durante casi toda la proyección, dejando reservada una luz algo más lateral y contrastada a su co-protagonista, Mathieu Amalric.
Edelman emplea además algo de contraluz, para separar a los actores de los fondos, que siempre permanecen mucho más oscuros que los primeros términos, aunque el operador introduce una luz azulada en el perímetro del patio de butacas para asegurarse que, independientemente de hacia dónde se dirija la cámara, siempre haya un fondo con algo de luz que ofrezca más profundidad y la mencionada separación. Únicamente hacia el final de la proyección, al adentrarse ya la historia en su parte final (con la previsible sumisión del personaje de Amalric), Edelman varía el planteamiento hacia algo más onírico, con fuertes haces de luz y humo, que ayudan mucho a esconder la desnudez del personaje de Seigner. La imagen en todo momento luce el aspecto digital que su adquisición mediante la Sony F65 (por primera vez en el cine de Roman Polanski) no puede evitar ocultar; quizá en un espacio tan reducido y bajo la premisa de obtener un buen aspecto de la actriz el celuloide hubiera sido mejor opción, aunque lo más probable es que dicha elección tuviera más bien su origen en motivos presupuestarios.
La puesta en escena, eso sí, muestra la habitual concisión de Roman Polanski y su gusto por las lentes angulares, aunque lo cierto es que desde hace años el director fue relajando las focales más abiertas (entre el 18mm y el 25mm) y en esta ocasión para que se mueve más bien en torno a un 32mm. Los resultados siguen siendo buenos en este aspecto, pues la película, independientemente de que se desarrolla únicamente en un lugar, está bien filmada. Sin embargo, como decíamos al comienzo, las virtudes de “Venus in Fur” no se encuentran en su parte técnica, sino que es una película fuertemente basada, casi más que ninguna otra de su autor, en el texto y en la forma en que los actores intepretan sus personajes, de modo que no siendo especialmente emocionante siquiera en ese aspecto, se trata de una película que, como conjunto, es menor en la filmografía del gran realizador francopolaco.
Título en España: La Venus de las Pieles
Año de Producción: 2013
Director: Roman Polanski
Director de Fotografía: Pawel Edelman, PSC
Ópticas: Zeiss Ultra Prime, Angenieux Optimo
Formato y Relación de Aspecto: Sony F65 (4K RAW), 2.4:1
Vista en HDTV
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