Thunderbolt And Lightfoot

Debut en la dirección de Michael Cimino (“Heaven’s Gate”, “The Year of the Dragon”), con una película protagonizada por Clint Eastwood y producida por él mismo a través de su compañía Malpaso. El argumento gira en torno a dos hombres (Eastwood y Jeff Bridges) que se unen mientras uno acaba de huir con un coche robado y el otro, es perseguido por unos antiguos socios del robo de un banco (George Kennedy y Geoffrey Lewis), que piensan que se ha quedado con el dinero. Los resultados globales son simpáticos y la película funciona relativamente bien dentro de su tono ligero, que no hacía presagiar el éxito posterior de Cimino con “The Deer Hunter”, ni tampoco su posterior caída cuando pudo dar rienda suelta a su ambición y megalomanía.

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El director de fotografía fue el norteamericano Frank Stanley [ASC], un hombre que a buen seguro obtuvo el trabajo en esta producción porque era un colaborador habitual de Clint Eastwood en esta época. Stanley había llegado al puesto de primer operador casi a los 50 años de edad, pero antes había sido ayudante tanto de Robert Surtees [ASC] como de su hijo Bruce Surtees, el director de fotografía predilecto de la primera etapa de Eastwood como director, en títulos como “The Beguiled” y “Play Misty for Me”, ambos en 1971. Ya se había hecho cargo como primer operador de “Magnum Force” (1973) –película que Cimino reescribió- y “Breeze” (1973), títulos protagonizado y dirigido por Eastwood, respectivamente, a los que posteriormente se uniría “The Eiger Sanction” (1975), el último título en el que colaboraron, puesto que parece ser que durante el transcurso de su rodaje Stanley sufrió un accidente que achacó a la poca seguridad y falta de preparación de la producción. En su posterior carrera destacan dos colaboraciones parciales con Steven Spielberg: fue uno de los directores de fotografía convocados para terminar el rodaje de “Close Encounters of the Third Kind” (1977) y también cumplió una similar labor en “1941” (1979). Además, en este año, rodó “10” para Blake Edwards y, posteriormente, un fiasco como “Grease 2”, que sin embargo tenía un buen aspecto visual.

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Lo mejor y quizá más acertado que se puede decir de la fotografía de “Thunderbolt And Lightfoot” es que Frank Stanley realiza un trabajo muy similar, o casi una imitación, de los trabajos habituales de Bruce Surtees para las producciones de Malpaso, y que sale muy airoso de la misma. Siempre se ha comentado que Eastwood aprendió mucho de Sergio Leone, pero también tomó nota de las circunstancias que no le gustaron. Entre ellas, la múltiple repetición de tomas –aquí se dice que no dejaba a Cimino hacer más de tres o cuatro- y también, el uso de grandes cantidades de luz artificial en los exteriores para rellenar las sombras, circunstancias que siempre ha tratado de evitar cuando ha tenido el control de las producciones. Así pues, evitando la luz en exteriores (excepto pequeñas unidades de luz de relleno) e imitando a Surtees, Frank Stanley consigue una bonita fotografía en las localizaciones de Montana en que está rodado el film, con grandes y vistosos cielos azules, algunos contraluces y, en general, un aspecto de luz disponible, ya que el operador expone para una buena reproducción de los cielos y, o bien deja a los personajes algo oscuros, como hubiera hecho Surtees, o los rellena con luz artificial casi imperceptible.

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La fotografía de interiores o exteriores nocturnos también se parece mucho a la de Bruce Surtees: es decir, busca un aspecto mucho más natural y recargado del que todavía era habitual en el cine americano de la época, utilizando para ello en gran medida elementos como las fuentes naturales de luz integradas en el fotograma y, sobre todo, sin importarle que gran parte de sus fotogramas estuvieran gobernados por un grado importante de subexposición. Además del evidente esfuerzo por realizar una fotografía sencilla y relativamente natural, Stanley utiliza luces filtradas o rebotadas para huir de la apariencia artificial de las luces duras y dirigidas, de modo que consigue un trabajo muy bueno, quizá no de mucha personalidad ya que los mismos principios están antes en Surtees también sirviendo a producciones de Eastwood, pero aún así, de un mérito indudable.

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La puesta en escena de Cimino utiliza el formato panorámico anamórfico del resto de su filmografía (con la excepción de “Desperate Hours”), con cierta pericia, pero también sin los grandes movimientos y tomas ambiciosas que tanto proliferan en “The Deer Hunter”, “Heaven’s Gate” o hasta en fiascos como “The Sicilian” (1987). También, como es habitual en esta época, los interiores y escenas nocturnas recurren a ópticas fijas (y muestra decenas de flares cuando por ejemplo los faros de los coches inciden sobre las mismas), mientras que casi todos los exteriores e incluso algún interior, cuando la intensidad de la luz lo permitía, recurre al zoom, tanto para efectuar variaciones de focal durante el plano, como para utilizarlo como vari-prime. En definitiva, “Thunderbolt and Lightfoot” ofrece entretenimiento y una primera aproximación al cine de Cimino, aunque todavía sin la confianza posterior y en cierto modo, marcado muy de cerca por Eastwood.

Título en España: Un botín de 500 mil dólares
Año de Producción: 1974
Director: Michael Cimino
Director de Fotografía: Frank Stanley, ASC
Ópticas: C-Series & Super PanaZoom Cooke
Emulsión: Kodak 5254 (100T)
Formato y Relación de Aspecto: 35mm anamórfico (Panavision), 2.4:1

Vista en Blu-ray

© Harmonica Rental & Cinema/Ignacio Aguilar, 2014.