The Pink Panther Strikes Again

Cuarta parte –y mejor- de las aventuras del Inspector Clouseau, el brillante personaje encarnado por Peter Sellers. La acción comienza justo donde la dejaba el anterior título, “The Return of the Pink Panther”, es decir, con el Inspector Jefe Dreyfus (un genial Herbert Lom) tratando de reponerse en el manicomio en el que acabó por culpa de su subordinado. Una fugaz visita de Clouseau le devuelve a la locura, le hace escapar del hospital e idear un plan para acabar con el hombre que ahora ocupa su trabajo en la policía francesa. “The Pink Panther Strikes Again” continúa y perfecciona la vía cómica iniciada con la tercera entrega, con un estilo muy elegante, de exquisito gusto, así como ciertas influencias de la serie Bond en lo estructural, para ofrecer un producto divertidísimo que ofrece gags memorables. Lesley Anne Down, Leonard Rossiter, Colin Blakely y hasta Omar Sharif, en un breve pero divertido papel, secundan a Sellers y Lom.

El director de fotografía fue el veterano británico Harry Waxman [BSC] (“Swiss Family Robinson”, “The Wicker Man”), quien también realizó labores de fotografía adicional o segunda unidad en “Khartoum”, “A Bridge Too Far” o “Flash Gordon”, ya al final de su carrera. Sustituía nada menos que a Geoffrey Unsworth, que había firmado la fotografía de la entrega anterior. Junto con Waxman, formaba el equipo de cámara el legendario operador Ernest Day [BSC] (“Doctor Zhivago”, “A Clockwork Orange”), que posteriormente inició su propia carrera como director de fotografía, en la que a pesar de rodar la quinta entrega de esta serie o “A Passage to India” junto a David Lean, nunca alcanzó las cotas de los trabajos en los que era el encargado de mover la cámara. A pesar de su veteranía, Waxman realiza aquí un trabajo estupendo, que combina muy bien clasicismo y modernidad.

Como en el anterior título, en el que Unsworth empleó sus habituales filtros de niebla, la imagen de “The Pink Panther Strikes Again” destaca por su suavidad, fruto de emplear también difusión en cámara (seguramente también un filtro Fog), aunque de menor densidad que los que acostumbraba a utilizar por aquélla época el autor de “Superman”. Ello, unido a que Waxman evita en todo momento la utilización de fuentes de luz dura y dirigida –en su lugar, es evidente que filtra sus aparatos a través de un bastidor de material difusor- hace que las imágenes de la película sean suaves y delicadas, con un reducido contraste que sienta muy bien a los actores y las localizaciones. En estas, además, destaca el hecho de haberlas rodados casi todas ellas a la luz del sol, rellenando bien a través de luz artificial muy difusa o, sobre todo, a través de gasas y sedas suspendidas en el aire para suavizar las imágenes. Asi mismo, la continuidad de la luz en estas escenas, a pesar de la inestabilidad del clima británico, es excelente.

Sus interiores justifican siempre la luz en las ventanas, en pos de crear un ambiente real, pero no naturalista, ya que no tiene problemas en seguir iluminando directamente a los actores para obtener un aspecto óptimo de los mismos, siempre a través de los citados bastidores. En un set cerrado como el del castillo, recurre a altos niveles de luz para mostrar los diseños y el dinero empleado en los mismos, pero sin llegar a caer en el estilo acartonado de fotografía en color en estudio. Incluso en algunas escenas que requieren oscuridad, como cuando Dreyfus pretende atentar contra Clouseau desde el piso inferior, o la escena de la habitación de hotel con Sharif y Lesley Anne Down, Waxman da una nueva lección de clase con mezclas de color y contraste que, permitiendo que se vea todo, siempre resultan muy creíbles.

Pero quizá lo mejor sea el trabajo de composición de los planos en formato panorámico anamórfico, labor en la que Day, sea en movimientos estáticos o a través de situar la cámara en vías, sobresale como siempre. De esta forma, el film tiene un aspecto que, dentro de su género, resulta absolutamente ejemplar, al estar dotado de un aspecto inmejorable y de un enorme oficio y clase en la puesta en escena, que permiten que el realizador Blake Edwards destaque en el campo en el que siempre fue un consumado maestro: el gag meramente visual, a través de una serie de memorables coreografías, movimientos de cámara y personajes para hacer reir (y mucho) al espectador.

Título en España: La Pantera Rosa Ataca de Nuevo
Año de Producción: 1976
Director: Blake Edwards
Director de Fotografía: Harry Waxman, BSC
Ópticas: C-Series de Panavision, Super PanaZoom Cooke
Emulsión: Kodak 5254 (100T)
Formato y Relación de Aspecto: 35mm anamórfico (Panavision), 2.4:1
Otros: Operador de cámara Ernest Day, BSC

Vista en DVD

© Harmonica Rental & Cinema/Ignacio Aguilar, 2013.