Nebraska

Título con serias reminiscencias de clásicos como “The Straight Story” (David Lynch, 1999), “Paper Moon” (Peter Bogdanovich, 1973) e incluso “Fat City” (John Houston, 1972), cuyo argumento gira en torno a un anciano (Bruce Dern) con serios problemas mentales que, cuando recibe un falso premio de un millón de dólares, decide emprender el recorrido entre su casa y el lugar donde supuestamente debe retirar el dinero. Acompañado de su hijo (Will Forte) y posteriormente, su mujer (June Squibb), el viaje servirá de reencuentro del núcleo familiar y con viejas amistades y parientes que tratan de sacar provecho de la situación. Lo mejor de la película, sin duda, es la magnética presencia de la pareja de ancianos protagonistas, ya que el retrato de perdedores y de la América profunda que ofrece “Nebraska” queda algo lejos de los ofrecidos por los citados títulos de referencia.

El director de fotografía es el griego Phedon Papamichael [ASC], colaborador del realizador Alexander Payne en dos de sus títulos previos, “Sideways” (2004) y “The Descendants” (2011). Llegado a EEUU a comienzos de la década de los 80, tras pasar varios años rodando pequeños vídeos, obtuvo sus primeras oportunidades, como tantos otros, de la mano del director y productor Roger Corman, en sus famosas películas de bajo presupuesto. En aquélla época formó un equipo en el que estaban incluidos futuros ganadores del Oscar como Janusz Kaminski, Mauro Fiore [ASC] y Wally Pfister [ASC, BSC], desarrollando su carrera generalmente en un cine comercial de escasas pretensiones, con realizadores como James Mangold, Gore Verbinski o Jon Turteltaub, hasta que en 2011 sorprendió no con su anterior trabajo para Payne, sino con el thriller político de George Clooney “The Ides of March”, en el que adoptaba un tono muy sobrio y adulto que permite pensar en Papamichael como un operador a considerar, si se dan las circunstancias adecuadas.

La fotografía de “Nebraska” destaca por dos decisiones técnicas/estéticas. La primera de ellas es un rodaje en blanco y negro con la cámara Arri Alexa, mientras que la segunda es la de emplearla, además, con ópticas anamórficas para conseguir un formato panorámico. Alexander Payne nunca ha sido y seguramente nunca será un realizador que destaque por su puesta en escena y este film no es una excepción. No hay grandes movimientos de cámara ni elaborados juegos con la misma, aunque sí algunas composiciones estáticas en gran angular, con muchos personajes repartidos por el encuadre, que sí que tienen cierto interés. La pretensión evidente de Papamichael es realizar una fotografía que, dentro de la estilización que ya de por sí aporta lógicamente el blanco y negro, resulte realista. Sus exteriores están rodados sin hacer un uso aparente de iluminación artificial, basándose por tanto mucho más en la luz disponible para retratarlos, lo que no impide que, a veces mediante filtros degradados o bien por el particular clima de las localizaciones, obtenga cielos oscuros y dramáticos.

Los interiores quizá sean la parte más interesante del trabajo del operador griego, estando además resueltos por lo general mediante luces situadas fuera de las ventanas que proporcionan una iluminación suave pero direccional de los interiores, algo importante para mantener el buen contraste que requiere el blanco y negro. Las escenas en lugares como hospitales, comisaría o tiendas están resueltas mediante la iluminación cenital o fluorescente habitual de los mismos, mientras que en los bares que aparecen a lo largo del metraje es donde sí se demuestra cierto interés en integrar y justificar las fuentes de iluminación. En general, también resulta sorprendente el esfuerzo de Papamichael por utilizar diafragmas nobles (T/4-5.6), que redunda en que, a pesar del formato anamórfico, la profundidad de campo es abundante en comparación con muchas otras películas que lo utilizan.

Por ello, lo peor quizá sea que todo el conjunto deja una sensación de aspecto impostado, ya que realmente no se aprecia una justificación real para captar una historia actual y que se desarrolla en localizaciones tan mundanas en blanco y negro, más allá de un deseo de demostrar cierta independencia y pretensión artística con la renuncia al color. Por supuesto, el aspecto general es bueno y a veces incluso muy bueno, ya que además la cámara Arri Alexa se comporta extraordinariamente bien combinada con las ópticas anamórficas, mostrando un rango y tonalidades muy cinematográficas, mientras que su nitidez es muy buena, pero nunca excesiva o intrusiva, lo que hace que aunque la imagen sea más limpia y definida que si se hubiera adquirido en celuloide, solo pueda apelarse a la nostalgia para recurrir al mismo en casos como el presente.

Título en España: Nebraska
Año de Producción: 2013
Director: Alexander Payne
Director de Fotografía: Phedon Papamichael, ASC
Ópticas: C-Series de Panavision
Formato y Relación de Aspecto: Arri Alexa (Arriraw, 2.8K) + Panavision Anamórfico, 2.4:1
Premios: Oscar a la mejor fotografía (nom), American Society of Cinematographers (nom)

Vista en DCP

© Harmonica Rental & Cinema/Ignacio Aguilar, 2014.