Monte Walsh
Adaptación de una novela de Jack Schaefer, con la que el director de fotografía norteamericano William A. Fraker llevó a cabo su debut como realizador. “Monte Walsh” es un melancólico Western, de tono elegíaco, protagonizado por Lee Marvin, que encarna a un vaquero en la época en que éstos ya se extinguían, cuya vida se basa en su trabajo, en su amistad con su compañero (Jack Palance, por una vez en un papel que no es de villano) y su historia de amor con una prostituta francesa (Jeanne Moreau). Sin embargo, para su desgracia, su existencia parece truncarse por una serie de acontecimientos. Fraker muestra mucha sensibilidad y tacto detrás de las cámaras, en una película tan bien filmada como cabría esperar del debut de un operador importante como director, pero que también es excelsa en cuanto a sus interpretaciones, especialmente las del dueto protagonista (Marvin y Palance). Quizá la historia y su falta de pretensiones hayan hecho que este notable Western no sea excesivamente conocido, aunque su tono global y la música del siempre estupendo John Barry lo hacen muy recomendable.
Para su debut en la dirección, Bill Fraker confió en el que hasta aquél momento venía siendo su operador de cámara, David M. Walsh, para que éste se encargase de la dirección de fotografía de la película. Así pues, tras las cámaras se encontraban dos debutantes en sus respectivos apartados, pero con sobrada experiencia para poder sacar adelante su trabajo. Walsh consiguió una carrera posterior quizá no muy brillante, pero en la que sí que aparecen unos cuantos títulos conocidos, especialmente en la década de los 70: “I Walk The Line” (John Frankenheimer, 1970), “Everything You Always Wanted To Know About Sex” (Woody Allen, 1972), “Sleeper” (Woody Allen, 1973), “Silver Streak” (Arthur Hiller, 1976), “Murder By Death” (Robert Moore, 1976), “Rollercoaster” (James Goldstone, 1977) o “The Goodbye Girl” (Herbert Ross, 1977). Posteriormente, en los 80 se especializó en comedias y ya en los años 90 su carrera prácticamente se detuvo.
Walsh, como director de fotografía, lleva a cabo un trabajo que perfectamente podría haber sido firmado por el propio Fraker. Especialmente, el aspecto de la película es extraordinariamente similar al de “Paint Your Wagon” (Joshua Logan, 1969), el trabajo inmediatamente de Fraker, también con Lee Marvin encabezando el reparto. Y es que Fraker, que había sido operador de Conrad Hall desde que éste dio el salto a la dirección de fotografía, hasta que él mismo lo hizo pocos años después, durante los años 60, 70 y hasta bien entrados los 80, en sus propios trabajos como director de fotografía -entre los que destacan, entre muchos otros, “Rosemary’s Baby” (Polanski), “Bullitt” (Yates), “The Exorcist II” (Boorman), “Heaven Can Wait” (Beatty), “1941” (Spielberg) o “WarGames” (Badham)-, era muy aficionado a emplear una notable difusión en cámara, a fin de suavizar sus imágenes y huir un poco del aspecto tradicional del cine en color Hollywoodense, en el cual se había formado y desarrollaba su carrera, por supuesto.
Rodada en un vistoso formato panorámico anamórfico, la fotografía de “Monte Walsh” evidencia el carácter híbrido de Fraker como director de fotografía; tiene su fuerte arraigo en el cine clásico y en las tradiciones de estudio –como el empleo de una evidente luz de relleno en los exteriores, o los altos niveles y luces duras y dirigidas de algún interior nocturno- pero con esa difusión en cámara -seguramente, filtros Mitchell y Low-Con ó Fog, combinados- y cierta sobreexposición, al mismo tiempo consigue un aspecto mucho menos duro y quizá más natural, con colores menos saturados de los que venían siendo la norma del Western clásico en color. Sus interiores día también evidencian ciertos intentos de crear una imagen natural, así como una justificación de fuentes; los resultados aún distan de los que se conseguirían en el cine norteamericano de los años 70, pero la naturalidad nunca obsesionó a Fraker, que se definía como un operador romántico y que creía firmemente en que el público iba al cine a ver imágenes bonitas y estrellas de cine luciendo en todo su esplendor. En este sentido, “Monte Walsh” también contiene un interesante tratamiento de Jeanne Moreau, a veces condicionando un poco las escenas en que aparece, pero con buenos resultados.
El trabajo de cámara es también vistoso, con un estupendo aprovechamiento del encuadre anamórfico, a veces para ubicar a dos de los personajes en el mismo fotograma y evitar inoportunos cortes de montaje (véase al respecto el estupendo diálogo entre Lee Marvin y Jack Palance en el porche), e incluso incluye algún eventual Split-Diopter para mantener enfocados simultáneamente dos planos focales diferentes. Sólo algún zoom que recuerda excesivamente a la época está fuera de lugar en este aspecto, y es de lo poco que desentona, junto con alguna toma aislada que, misteriosamente, está rodada sin la difusión del resto del film. Así pues, “Monte Walsh” parece fotografiada directamente por el genio de Billy Fraker, o bien éste le pidió a Walsh que llevase a cabo un trabajo lo más parecido posible a los suyos; en cualquier caso, la colaboración entre ambos depara una obra de gran calidad fotográfica; muy sensible y romántica, en la línea de la temática de la propia película, que a pesar de sus escasas ambiciones, funciona muy bien en todos los aspectos y resulta absolutamente recomendable.
Título en España: Monte Walsh
Año de Producción: 1970
Director: William A. Fraker
Director de Fotografía: David M. Walsh
Ópticas: C-Series de Panavision, Angenieux 50-500mm
Emulsión: Kodak 5254 (100T)
Formato y Relación de Aspecto: 35mm anamórfico (Panavision), 2.35:1
Vista en Blu-ray
© Harmonica Rental & Cinema/Ignacio Aguilar, 2014.