Mission Impossible: Ghost Protocol

Cuarta entrega de la serie iniciada por Brian de Palma en 1996, que en esta ocasión lleva al agente Ethan Hunt (Tom Cruise) a actuar en una fallida misión en Moscú, en la que, tras la voladura del Kremlin, él y su equipo (Jeremy Renner, Paula Patton y Simon Pegg) deben actuar en la clandestinidad contra un lunático que pretende acabar con el mundo a través de la guerra nuclear. Si bien el argumento no es ni mucho menos novedoso y tampoco plantea soluciones originales al mismo, esta entrega de la serie destaca por la sólida realización de Brad Bird (“The Incredibles”), en su primer largometraje de acción real, que dignifica situaciones ya vistas con anterioridad a través de un notable pulso y sentido de la espectacularidad, lo que le sirve para superar sin problemas a las segunda y tercera parte de la serie.

El director de fotografía de un film rodado en localizaciones de Moscú, República Checa, la India y Dubai, además de los Estados Unidos, fue el veterano Robert Elswit [ASC], conocido, además de por su versatilidad, por su asociación junto al cineasta norteamericano Paul Thomas Anderson, con el que ha trabajado en películas como “Hard Eight”, “Boogie Nights”, “Magnolia”, “Punch Drunk Love” y “There Will Be Blood”, por la cual Elswit obtuvo el Oscar a la mejor fotografía. Además, su filmografía incluye títulos tan diversos como una entrega de James Bond (“Tomorrow Never Dies”), otra de Jason Bourne (“Bourne Legacy”), “Good Night, and Good Luck” o “Michael Clayton”.

Si por algo se caracterizan generalmente las películas de Elswit es por su aspecto orgánico y artesanalidad y en ello “Ghost Protocol” no resulta una excepción, a pesar de los numerosos efectos visuales físicos y digitales que una película de este tipo conlleva. Además de haber sido rodada en celuloide, destaca sobre todo la utilización del formato panorámico anamórfico –que no solo sirve para dar continuidad a la saga- sino también para obtener ese aspecto “clásico” del cine de acción que parece retrotraer a esa época anterior a la proliferación del formato Super 35. Pero también es muy destacable que, siguiendo la estela de Wally Pfister y Christopher Nolan, “Ghost Protocol” contiene varias escenas (la de apertura, la del rascacielos y el final) rodadas en formato IMAX (en su versión 15-perf 65mm y 8-perf 65mm), de modo que la inmersión e impacto que causan las mismas, con la excepcional claridad y nitidez que proporciona el enorme negativo, resulta mucho mayor, especialmente cuando la película es proyectada en una sala específica IMAX.

Elswit tiene un estilo bastante tradicional por lo que, a pesar del tono azulado de muchas del material diurno, no se complica con extraños juegos de luces ni modernas unidades de iluminación en las interiores o nocturnas, de manera que gran parte de sus escenas están resueltas o bien recreando la luz natural sin mayores estridencias –como los interiores del hotel de Dubai- o bien consisten en interiores en los que utiliza fluorescentes integrados en pantalla para obtener ese aspecto cián que suele dominar en los films de alta tecnología, u otras temperaturas de color, en función de la situación. Sin embargo, quizá destacan más sus escenas nocturnas, que huyen en cambio de cualquier atisbo de tonos azulados, en las que a buen seguro tuvo que utilizar niveles de luz enormes, puesto que el film aparenta estar rodado en diafragmas en torno a T/4.0. En general, parece claro que, con su trabajo, Elswit huye en casi todo momento de la estilización o esteticismo que suele asociarse a este tipo de producciones, favoreciendo un aspecto que, aún siendo atractivo, es mucho más funcional y directo que el de otros films similares (sin ir más lejos, las dos entregas anteriores).

Sin embargo, como decíamos, lo mejor de «Ghost Protocol» es la puesta en escena de Brad Bird, con sus elegantes tomas de Steadicam -que dotan de mucha fluidez a los momentos de suspense-, su pericia a la hora de ubicar la cámara y crear un enorme vértigo y tensión en las escenas en el rascacielos o su sentido del espectáculo en la escena final, quizá un poco light como cierre en comparación con algunas de las set-pieces anteriores, pero que indudablemente también muestra a un tipo de gran talento tras la cámara.

Título en España: Misión Imposible: Protocolo Fantasma
Año de Producción: 2011
Director: Brad Bird
Director de Fotografía: Robert Elswit, ASC
Ópticas: C, E, G Series y Primo zoom de Panavision, Hasselblad
Emulsión: Kodak 5213 (200T) y 5219 (500T)
Formato y Relación de Aspecto: 35mm anamórfico (Panavision), 2.4:1
Otros: escenas selectas rodadas en IMAX, Digital Intermediate

Vista en HDTV

© Harmonica Rental & Cinema/Ignacio Aguilar, 2012.