Malèna

Producción de Miramax (los otrora célebres hermanos Bob y Harvey Weinstein), escrita a cuatro manos por el director Giuseppe Tornatore y el afamado guionista Luciano Vincenzoni, sobre una historia original del segundo, que parece inspirada en “Summer of 42”: Renato, un joven de doce años en 1940, vive junto a su madre y sus hermanas en una ciudad de Sicilia (Italia). Un buen día, después de que le regalen una bicicleta, observa junto con sus amigos a Malena (Monica Bellucci), mientras camina por la calle. Desde ese momento, Renato queda absolutamente prendado de ella y decide seguirla a todas partes, espiarla e incluso fantasear sexualmente con ella. Y un buen día, se recibe la noticia de que Malena ha enviudado, al haber muerto su esposo en la Segunda Guerra Mundial. “Malena” es prácticamente una oda al físico de Monica Bellucci, pues gran parte del metraje está dedicado a mostrarla de la manera más espectacular posible, con todos los tipos de maquillaje, peluquería, vestuario (y falta del mismo) que le es posible a Tornatore, hasta tal punto que parece que la situación se le va de las manos al director y el conjunto carece de una estructura dramática propiamente dicha, e incluso cuando el drama hace acto de aparición con mucha fuerza, ya es tarde para salvar un film cuya principal virtud (Bellucci) es también su principal escollo. La fotografía y la banda sonora de Ennio Morricone fueron justas candidatas al Oscar.

El director de fotografía fue el húngaro Lajos Koltai [ASC, HSC], que efectuaba de esta manera su segunda colaboración con el director Giuseppe Tornatore, con el que ya había rodado dos años antes “La Leggenda del Pianista Sull’Oceano” (1998). Estos dos son los títulos más famosos de Koltai, ya que el propio éxito de “Malena”, que supuso una nominación al Oscar a la mejor fotografía para el húngaro, entre otros galardones, le hizo seguir su carrera en la dirección cinematográfica en lugar de en la fotografía. Después de “Malena”, Koltai, que en el momento se escribir estas líneas tiene 74 años de edad, solo hizo trabajos como “The Emperor’s Club” (Michael Hoffman, 2002), “Taking Sides” (István Szabó, 2001) o “Being Julia” (István Szabó, 2004). Precisamente, la carrera de Koltai, miembro de la ASC desde 1992, es dificilmente indisociable de este cineasta húngaro, con el que debutó en televisión y con el que rodó sus películas de mayor prestigio: “Bizalom” (1980), “Der Grüne Vogel” (1980), “Mephisto” (1981), “Oberst Redl” (1985), “Hanussen” (1988) o “Sunshine” (1999).

La imagen de “Malena” vendría a ser la de una versión grandilocuente de “Nuovo Cinema Paradiso”, con la que comparte época (aunque “Malena” está ambientada antes de la Segunda Guerra Mundial y “Nuovo Cinema Paradiso” justo después) y localizaciones sicilianas, aunque las de “Nuovo Cinema Paradiso” eran algo más rurales. Pero es más grandilocuente seguramente por presupuesto y por decisiones artísticas que la elevan notablemente: comenzando por un soberbio formato panorámico anamórfico, continuando por el uso de filtros de cámara (tipo Coral) para variar o teñir la paleta de color hacia tonos más amarillentos y marrones o, por supuesto, un estilo de iluminación que es infinitamente más interesante y vistoso que el ofrecido por Blasco Giurato en “Nuovo Cinema Paradiso”. Así pues, las magníficas localizaciones sicilianas lucen espectaculares de la mano de Lajos Koltai, con tonos terrosos y amarillentos que, de un lado, trasladan a la época a la que se supone que transcurre el film y, por otro, hacen que las imágenes sean extraordinariamente atractivas, tanto por la forma en que están captadas, como por lo que aparece en ellas. Es una Sicilia la de “Malèna” en la que el paisaje prácticamente arde, como los propios habitantes de la ciudad en la que está ambientada la película, a cada paso de Monica Bellucci. Y ello es en parte por esa fotografía cálidamente soleada, sobreexpuesta, que ofrece el director de fotografía húngaro en sus brillantes exteriores.

En los interiores, Koltai mantiene sus filtros, de modo que el film posee una paleta muy unitaria. Y como buen operador centroeuropeo, el húngaro fotografía las estancias a través de las ventanas, con fuertes, fortísimos haces de luz con humo en muchas ocasiones, que trasladan ese ardor de los exteriores a los interiores. En las escenas nocturnas, lo que hace, además de dejar algunas fuentes integradas en los decorados, es emplear una única fuente de luz, normalmente fuera de cuadro, dejándola muy sobreexpuesta, permitiéndole de esa forma ejecutar bellísimas transiciones desde esa luz hacia la sombra, con tonos muy cálidos en todo momento. No rehuye los contraluces muy intensos, o los colores rojos, o tonos azulados, en función de la situación, o incluso la narrativa le impone una serie de secuencias oníricas, las fantasías sexuales del protagonista, que Tornatore y Koltai presentan en blanco y negro. E incluso en los escasos exteriores nocturnos, además de alguna luz cálida en las ventanas de los edificios, Koltai opta por el clásico remedio de una única fuente de luz cenital, también muy intensa, generadora de un contraste elevadísimo, con negros muy, muy profundos.

Pero por supuesto, el punto fuerte de “Malena” es Monica Bellucci, fotografiada siempre de la manera más favorecedora por parte de Koltai: con constantes contraluces, luz suave sobre su rostro pero no una luz tan frontal como cabría esperar, ya que a sus 35 años de edad aproximada y en su momento de esplendor físico, la actriz parecía aguantar casi cualquier tipo de luz. Con el tono cálido de la fotografía, a través de los citados filtros y los aparatos de iluminación, Koltai consigue que su rostro y su piel brillen en cada escena, sin necesidad eso sí de tener que recurrir a una iluminación para la actriz y otra para los decorados y localizaciones, como a menudo ocurría en el cine clásico. Tornatore, por su parte, comprende bien la necesidad de dotar de toda esa energía que transmite el protagonista a su puesta en escena y, aprovechando muy bien como decíamos el formato anamórfico, compone numerosas tomas con travellings, grúas que suben y bajan, combinaciones de zoom y dolly, etc. que quedan vistosísimas en la pantalla panorámica. Así pues, se trata de una fotografía muy bella, muy luminosa y muy viva, que también de paso recuerda la maravillosa textura de la película Kodak (Vision1 y Vision2) de 35mm con finalización fotoquímica, de la que “Malena” fue uno de sus últimos exponentes antes que muy poco tiempo después la técnica del “Digital Intermediate” lo cambiase todo para siempre.

Título en España: Malena
Año de Producción: 2000
Director: Giuseppe Tornatore
Director de Fotografía: Lajos Koltai, ASC, HSC
Ópticas: Panavision C-Series y Super Panazoom Cooke
Emulsión: Kodak Vision2 5274 (200T) & Vision1 5279 (500T)
Formato y Relación de Aspecto: 35mm anamórfico (Panavision), 2.4:1
Premios: Oscar a la mejor fotografía (nom)

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