Elvis

Biopic del famoso cantante norteamericano, muy bien interpretado por Austin Butler, que generalmente está narrada bajo el punto de vista (aunque sin ser estrictos respecto al mismo) del que fuera su manager, el polémico Coronel Tom Parker (Tom Hanks). El argumento es bien conocido: el film arranca ya con el Elvis Presley adulto, un chico de familia de escasos recursos, que comienza a tener éxito en el mundo de la música y que ofrece prodigiosos y polémicos conciertos, hasta que es reclutado por Tom Parker, quien le lleva a ser una celebridad en todo EEUU pero también parece que podría estar excediéndose en su porcentaje de ganancias y en la forma en que dirige hacia el estrellato la carrera de Elvis. Pero tras su matrimonio con Priscilla (Olivia DeJonge), comienza un aislamiento y decadencia hasta sus últimos días. Baz Luhrmann, cineasta australiano conocido por películas como “Romeo + Juliet” o “Moulin Rouge!”, más que una biografía al uso, en la que parece poco interesado, construye una larga película en la que lo que más importancia tienen son los conciertos de Elvis, por encima de casi cualquier otra consideración. De manera que como espectáculo, este “Elvis” puede resultar interesante, aunque como retrato del cantante, quizá el antiguo telefilm de John Carpenter con Kurt Russell, que data de 1979, sea una mejor aproximación al Rey del Rock.

La directora de fotografía es la también australiana Mandy Walker [ASC, ACS], que ya había colaborado con Baz Luhrmann en la anterior “Australia” (2008). Ambos comenzaron su relación profesional en una publicidad de Chanel nº 5 con Nicole Kidman y, a pesar de que el anterior film de Luhrmann fue fotografiado por Simon Duggan (el remake de “The Great Gatsby”, en 2013), ambos han retomado la colaboración en este nuevo y ambicioso trabajo, al menos por el personaje que tratan en pantalla. Después de “Australia”, la carrera de Walker ha contado con títulos como “Red Riding Hood” (Catherine Hardwricke, 2011), “Jane Got a Gun” (Gavin O’Connor, 2015), “Hidden Figures” (Theodore Melfi, 2016), “The Mountain Between Us” (Hany Abu-Assad, 2017) o la versión en imagen real de “Mulan” (Niki Caro, 2020). En el momento de escribir estas líneas parece ser que Mandy Walker tiene entre manos una nueva versión, también en imagen real por supuesto, del clásico de Disney “Snow White”, esta vez a cargo de Marc Webb.

“Elvis” parece ser que ha sido rodada íntegramente en Australia, con un rodaje que además, por las fechas del mismo, se habría visto interrumpido por la pandemia. A fin de escoger el lienzo mayor posible, los cineastas se decantaron por un rodaje con la Arri Alexa 65 (aunque algunas fuentes indican, sin confirmación, que también se empleó la Alexa LF y alguna cámara de celuloide de 65mm). Con la cámara de Arri se habrían empleado las lentes Panavision Sphero 65, que no son otras sino las clásicas del formato Super Panavision 70, de manera que datarían aproximadamente de la década de 1960. Pero esporádicamente durante la primera mitad del film y sobre todo en su última mitad o tercio final, la película cambia al formato anamórfico con los Panavision T Series, la serie más moderna de ópticas de Panavision, pero que poseen un aspecto algo más vintage que series anteriores. Son ópticas originalmente diseñadas para cámaras digitales de formato Super 35, aunque posteriormente, Panavision las ha adaptado tanto para cámaras de celuloide como para cámaras digitales de gran formato. Completan las ópticas algunas focales específicas tipo “Petzval”, con un bokeh muy distorsionado, que aparecen en diversas escenas del Coronel Tom Parker, tanto en esférico como en anamórfico. El resultado es un cóctel bastante diverso que al menos en formato doméstico (por mucho que sea 4K HDR) no ofrece grandes variaciones en la textura o la nitidez, encontrándose la diferencia mayor en la distorsión que ofrecen los anamórficos durante las escenas de decadencia del personaje principal.

Una de las mayores críticas que se le puede hacer al trabajo de Mandy Walker es que, a pesar de que “Elvis” es una película de época y a pesar que la directora de fotografía afirma en entrevistas que buscaban un soporte y ópticas para retratar de forma especial los años 70 (en el sentido de buscar una imagen algo degradada, no tan nítida y “digital”), es precisamente que la película luce demasiado nítida, demasiado digital y demasiado contemporánea. Puede que el uso de la Alexa 65 proporcione demasiada resolución aún a pesar que los Panavision Sphero son ópticas antiguas o que los Panavision T Series tratan de imitar un “look” más clásico, o puede ser que el film haya sido tratado en post-producción sin tener demasiado en cuenta que se buscaba, al menos inicialmente, un aspecto de época. Lo más probable es que ello se deba a que a pesar de un leve intento de crear una imagen de ese tipo, en “Elvis” hay un estilo moderno en términos de rodaje y de aspecto visual, incluyendo por ejemplo el empleo de aparatos de iluminación LED de última generación. De manera que, a pesar de emplear lentes no tan modernas en su aspecto, los medios de adquisición y los medios de rodaje sí lo son, por lo que el resultado final también lo es.

Estéticamente, lo que trata de hacer Mandy Walker es un film que para nada es naturalista, sino que busca una línea sofisticada y recargada, que a priori corresponde bien con un personaje como “Elvis”. Pero gran parte del film, a pesar de este aproximamiento, luce demasiado convencional y no es demasiado especial, ni por su refinamiento (del que carece) ni por la forma en que queda retratada la época, que tampoco apuesta decididamente por la típica nostagia. Todo luce bien y correcto, por supuesto, pero “Elvis” dista mucho de tener en lo lumínico una personalidad propia. La misma la tiene mucho más, como tampoco resulta sorprendente, porque Baz Luhrmann está tras las cámaras. Y el realizador somete al espectador, a través de un rodaje con multicámaras, a un constante bombardeo de imágenes que apenas duran unos breves segundos en pantalla. A veces, durante los conciertos, que sin lugar a duda son el plato fuerte de la proyección, con esta técnica, Luhrmann consigue transmitir bien en pantalla la fuerza y el carisma de Presley sobre el escenario. Pero también, en muchas otras ocasiones, cuando la escena no versa sobre la música sino sobre el drama tras la misma, la realización de Luhrmann o su montaje resultan muy frustrantes, ya que aparecen en pantalla planos interesantes en lo estético (bien sea por composición o lenguaje, o por luz) pero duran tan poco en la misma que es muy dificil apreciarlos. También da la sensación de que las muy frecuentes ampliaciones de imagen no son zooms de rodaje, sino ampliaciones propiamente dichas sobre la imagen digital del sensor, ideadas a posteriori, con lo que ello conlleva ya que no es lo mismo hacer un zoom que ampliar una imagen, por mucha resolución de la que se disponga.


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Por eso, los conciertos de Elvis, con los esperados destellos, flares, contraluces, luces de seguimiento, coloridos escenarios iluminados con LEDs, son los puntos álgidos del film, si obviamos su lejanía con la iluminación real de los conciertos de verdad de Elvis (que además, Luhrmann nos muestra en la recta final). El cambio de formato, o cuando menos de lentes esféricas de 65mm a lentes anamórficas, no aporta demasiado, además que el anamórfico está usado de manera esporádica en la primera parte de la proyección y ello resta impacto a cuando vuelve para quedarse en el último tercio. Prevalece sobre la obra ese cierto regusto digital, no solo en cuanto a la textura, sino también en la forma de rodaje, ya que varias escenas obviamente poseen extensiones de decorados creadas digitalmente o bien, parece que están rodadas directamente delante de la pantalla verde (como la despedida entre Elvis y Priscilla, que además es casi el final de la película). De tal manera que, en su conjunto, “Elvis” es una película muy irregular, floja como biografía y, estéticamente, puede que demasiado moderna en su retrato de la época, pero al menos, a través de los ojos de Mandy Walker, se aprecia que la energía del realizador de “Moulin Rouge!” (más disfrutable que “Elvis” en todos los aspectos) no se ha apagado en las más de dos décadas transcurridas desde su estreno.

Título en España: Elvis
Año de Producción: 2022
Director: Baz Luhrmann
Directora de Fotografía: Mandy Walker, ASC, ACS
Ópticas: Panavision Sphero, T Series
Formato y Relación de Aspecto: Arri Alexa 65 (Arriraw 6.5K), 2.4:1

Vista en Blu-ray 4K HDR

© Ignacio Aguilar, 2022.