Back to the Future (Trilogy)

Producción de Steven Spielberg bajo el sello de “Amblin Entertainment”, acerca de los viajes hacia el futuro y hacia el pasado del joven Marty McFly (Michael J. Fox) y el científico Doc Brown (Christopher Lloyd), en una máquina del tiempo construida por éste en un DeLorean. La primera parte de las aventuras lleva por error a Marty treinta años atrás, en donde se encuentra con sus padres (Lea Thompson y Crispin Glover) y, sin quererlo, impide que éstos se conozcan y enamoren. En la segunda parte, treinta años en el futuro, Marty y Doc intentan arreglar un problema con los hijos de Marty, que provoca que Biff, el villano de la trilogía, se haga millonario al tener acceso a la máquina del tiempo y entregarse así mismo, a su yo del pasado, un almanaque deportivo. La trilogía concluye en el salvaje oeste, a donde lleva la máquina del tiempo accidentalmente a Doc tras ser alcanzada por un rayo, y de donde no puede volver sin ayuda de Marty debido a los daños que éste ha provocado. Clásico de los años 80, la trilogía de “Back to the Future” consolidó la carrera de Robert Zemeckis en la industria del cine y treinta años después de su estreno, continúa ofreciendo un entretenimiento de primer nivel, gracias, en parte, a la química entre la pareja protagonista y a sus elevadas dosis de humor integradas en el argumento, pero sobre todo, a unos guiones muy trabajados -especialmente el de la primera parte- en los que la historia siempre está por encima de los efectos visuales y los trucos ópticos y no al revés, como desgraciadamente sucede tan a menudo en películas posteriores, ya enmarcadas de lleno en la era de las imágenes digitales.

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El director de fotografía de las tres películas fue el californiano Dean Cundey [ASC]. Cundey, quien curiosamente inició su carrera trabajando en el departamento de maquillaje de varias producciones de Roger Corman, se hizo un nombre en el mundo de las películas de terror de bajo presupuesto, primero como gaffer y posteriormente como director de fotografía. Para ello, empleó la inusual táctica en la época de ir adquiriendo su propio material de luz y de cámara, que ofrecía a las productoras junto con la furgoneta para su transporte y sus propios servicios como director de fotografía. Por ello, desde 1972 hasta 1978, consiguió trabajar en alrededor de quince películas de género, en las cuales pudo ir aprendiendo, mejorando y perfeccionando su técnica. En este año, rueda una película de terror más, que se convierte en un éxito inesperado, de hecho, una de las producciones independientes más rentables de la historia: “Halloween” (John Carpenter, 1978). Aún encasillado en el género de terror, continúa rodando películas de bajo presupuesto, al tiempo que inicia una relación profesional estable con Carpenter, que hace de él su operador predilecto en títulos como “The Fog” (1980), “Escape From New York” (1981), “The Thing” (1982) o “Big Trouble in Little China” (1986), e incluso de producciones de Carpenter dirigidas por otros, como “Halloween II” (Rick Rosenthal, 1981) o “Halloween III” (Tommy Lee Wallace, 1983). Paralelamente, Cundey va accediendo a producciones más importantes (“Psycho II”, Richard Franklin, 1983) o “Romancing The Stone” (Robert Zemeckis, 1984), su primer trabajo para este realizador, al que siguen, además de los presentes títulos, “Who Framed Roger Rabbit?” (1988) y “Death Becomes Her” (1992). En esta época Steven Spielberg le reclama para sus propios proyectos, como “Hook” (1991) o “Jurassic Park” (1993), al tiempo que filma para otros directores proyectos de entretenimiento con múltiples efectos visuales, su especialidad, como “The Flinstones” (Brian Levant, 1993), “Apollo XIII” (Ron Howard, 1995) o “Casper” (Brad Silberling, 1996). Sin embargo, desde entonces, su carrera sufre una importante caída de calidad, con Cundey trabajando cada vez en proyectos de menor interés, mientras que sus tres grandes valedores (Carpenter, Zemeckis y Spielberg) encontraron otros operadores para fotografiar sus trabajos.

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La imagen de la trilogía de “Back to the Future” es muy típica de la época en que se rodó, al tiempo que representa también, en términos generales, la filosofía de Cundey. Si bien los primeros títulos de Cundey junto a John Carpenter muestran a un director de fotografía muy arriesgado y con un fuerte arraigo en la realidad –que introduce por supuesto los debidos y requeridos efectos estéticos en el género de terror- sus posteriores trabajos, a medida que los presupuestos se fueron incrementando, muestran los mismos intereses, solo que con una imagen menos oscura y más perfeccionada. Es decir, el Cundey que trabaja con Zemeckis es una versión más amable y dulce del Cundey que trabaja con John Carpenter, lo cual tiene mucha lógica teniendo en cuenta que “Back to the Future” es una comedia de aventuras y fantasía de tono generalmente ligero.

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Las noches, que caracterizan el cine de Cundey y Carpenter, son mucho más luminosas en “Back to the Future”, aunque se basen exactamente en los mismos principios que, por ejemplo, “Halloween”: grandes fuentes de luz azulada (HMI) para imitar la luz de la luna, mezcladas con fuentes integradas en las calles y decorados, que producen noches creíbles como tales, pero algo estilizadas y luminosas, siempre con el cierto aire de irrealidad que produce el rodaje en estudio (por ejemplo, en la Parte II, el centro del pueblo de Hill Valley, construido en los estudios Universal, mientras que las típicas calles de chalets americanos, sí son localizaciones). Cundey en estos films también presta una mayor atención a los actores, que muchas veces tienen sus luces específicas y contraluces, incluso en los exteriores nocturnos.

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En los interiores nocturnos, tienen especial primacía las luces integradas en el decorado, pero nuevamente, aunque algunas escenas aisladas son algo oscuras y contrastadas, la trilogía se caracteriza porque los niveles de luz de relleno son altos, aunque lo justo para que se siga percibiendo el interés en que parezca que las luces integradas iluminan realmente. Cundey también aprovecha para poner luces y contraluces donde estima conveniente, sin tratar de mantener un naturalismo o realismo que en este caso no le interesa, como por ejemplo se aprecia bien en la casa de Doc al comienzo de la Parte III. Los interiores diurnos siguen principios parecidos, con luces desde el exterior de las ventanas, pero bastante relleno en los interiores, algo que también sucede generalmente en los exteriores, en los que Cundey emplea bastante luz sobre los actores para evitar sombras o tratar de mejorar su aspecto.

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La parte III, en algunos aspectos, es la más llamativa a nivel visual (aunque no necesariamente la más conseguida) porque por su argumento, está ambientada en 1885, por lo que Cundey adopta formas de Western, aunque de forma algo esteticista: mediante filtraje –seguramente polarizadores- obtiene tonos muy saturados de la tierra roja de Monument Valley y de las localizaciones al norte de California, al tiempo que mantiene los cielos muy azules, para lo cual también debe emplear una fuerte luz de relleno sobre los actores, algo que, dado el carácter paródico del género que tiene la tercera entrega, Cundey no tiene mucho reparo en hacer. En general, son películas muy bien rodadas –como se supone de productos a cargo de Robert Zemeckis, incluyendo sus característicos angulares, un poco siguiendo la tendencia de Spielberg- en las que la fotografía apoya lo que se está contando, haciéndolo creíble y con un cierto grado de vistosidad, pero sin intentar crear grandes atmósferas o imágenes simplemente a través de la luz.

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Quizá lo más fallido de las tres entregas, aunque es algo que afecta especialmente a la Parte II, con sus múltiples desdoblamientos de personajes –al encontrarse éstos con ellos mismos en distintas épocas- sean los efectos visuales. En el caso concreto de esta película, cada vez que esto ocurre, uno de los personajes aparece muy plano, como si su luz –creada originalmente ante una pantalla de croma, e integrada en el metraje rodado en VistaVision- quedase muy apagada, poco contrastada y carente de matices tras la integración. Incluso el tono general de la imagen, a pesar de estar rodada en gran formato, parece que sufre en exceso. En cualquier caso, aunque ello no detrae de la experiencia global, si supone una pérdida de calidad en la fotografía y afecta al trabajo de Cundey, a pesar de ser obra de Industrial Light & Magic (ILM), que en la época al menos tuvo otro trabajo muy pobre, el de “Indiana Jones And The Last Crusade” (1989), con parecidos defectos.

Título en España: Regreso al Futuro (Trilogía)
Año de Producción: 1985, 1989 & 1990
Director: Robert Zemeckis
Director de Fotografía: Dean Cundey, ASC
Formato y Relación de Aspecto: 35mm esférico, 1.85:1
Otros: efectos visuales rodados en VistaVision

Vista en Blu-ray

© Harmonica Rental & Cinema/Ignacio Aguilar, 2015.