Unforgiven

Emblemático Western con el que Clint Eastwood logró consagrar definitivamente su carrera como director (con premios Oscar de la Academia de Hollywood al mejor director y a la mejor película), en la que él mismo interpreta el papel de un peligroso pistolero, ahora retirado, que junto a su antiguo socio (Morgan Freeman) y un vaquero fanfarrón (Jaimz Woolvett), decide realizar un último trabajo: el asesinato de dos hombres, acusados de atacar a una prostituta, a fin de cobrar la recompensa. A partir de un guión de David Webb Peoples (“Blade Runner”) que al parecer estuvo circulando por Hollywood durante años, Eastwood realiza uno de sus mejores trabajos delante y detrás de las cámaras, apoyándose en secundarios de lujo como Gene Hackman y Richard Harris, en un film que supone un glorioso epílogo a su icónico personaje del vaquero solitario y vengativo, enfocándolo desde una perspectiva crepuscular, y con dedicatoria a sus maestros Sergio Leone y Don Siegel incluida en los créditos finales.

El director de fotografía fue el californiano Jack N. Green [ASC], que también obtuvo una candidatura al Oscar por su trabajo, que consolidaba también una carrera que desde siempre había estado ligada a Eastwood. Green, en sus comienzos, trabajó como ayudante de cámara en varias de las películas del actor/realizador, hasta que a principios de la década de los 80 alcanzó el puesto de operador de cámara, siempre bajo las órdenes del gran Bruce Surtees, el cual hasta “Pale Rider” (1985) fue el director de fotografía predilecto de Eastwood. Ya durante el rodaje de “Tightrope” (1984), Green tuvo que sustituir a Surtees durante algunas semanas, debido a una enfermedad que sufrió éste, y desde “Heartbreak Ridge” (1986) hasta “Space Cowboys” (2000), se encargó de la fotografía de todas las películas de Eastwood como director, hasta que a partir de entonces, fue sustituido por el que había sido su gaffer, Tom Stern, continuando así la tradición de Clint de ir promocionando a los miembros de su equipo de siempre.

La fotografía de “Unforgiven” le debe mucho a Bruce Surtees y al estilo visual que éste desarrolló junto a Clint Eastwood durante tres lustros de trabajo. Eastwood, desde sus comienzos como realizador en “Play Misty for Me” (1971), había pretendido huir del estilo de iluminación artificial tan recargado que había conocido en Europa de la mano de los Western de Sergio Leone –que le habían llevado a utilizar, como actor, sus característicos ojos medio cerrados por las molestias que le ocasionaban las luces de arco en los exteriores diurnos bajo el abrasador sol español-, de modo que se mostraba encantado ante la tendencia de Surtees de no emplear ninguna luz en los exteriores, e incluso un estilo minimalista, con frecuencia basado en una única fuente, en los interiores, siempre con bajos niveles de luz.

Rodada principalmente en Alberta bajo una luz otoñal, en “Unforgiven” Green siguió las enseñanzas de su maestro y todos sus exteriores están rodados prescindiendo de iluminación artificial. Utilizando con frecuencia el contraluz, Green sobreexpone cielos cuando es necesario para captar el detalle suficiente en los ojos de los actores, pero casi siempre consigue que los escenarios retengan cielos y nubes muy expresivas, con un aspecto que, generalmente y de forma consciente, es desapacible, al igual que la propia historia que se narra en la pantalla. El aproximamiento, por lo tanto, es muy sencillo y natural, prácticamente basado en una correcta utilización de los momentos adecuados de cada jornada en función de la luz y sin necesidad de introducir artificios como filtros y luces adicionales.

Pero quizá sean aún más interesantes los interiores de la película e incluso sus exteriores nocturnos. Estos últimos son especialmente oscuros, pues en las calles del pueblo en el que se desarrolla la acción Green huye del típico aspecto sobreiluminado del cine de Hollywood, dejando que únicamente se perciban las calles y un poco de los actores, incluyendo algunas secuencias iluminadas simplemente con el fuego de una hoguera y poco o ningún apoyo. En los interiores, Green basa sus fuentes de luz en los farolillos integrados en la imagen y alguna luz tipo fresnel creando un ligero contraluz sobre los personajes, para evitar que se empasten contra los fondos (esto último es ligeramente perceptible porque, ocasionalmente, el humo de ambiente delata su presencia en forma de haces de luz). Las imágenes son muy oscuras, pero siempre se ve lo suficiente y lo que se tiene que ver; ello ya supone de por sí que el aspecto sea más comercial que el estilo casi experimental de Bruce Surtees en sus interiores de “Pale Rider”, pero aún así es una fotografía arriesgada, muy bien realizada, con una clara filosofía minimalista.

Esta filosofía, por supuesto, se extiende al trabajo de cámara de Eastwood, muy clásico y muy sobrio y, como en la mayoría de las ocasiones, utilizando lentes angulares en formato panorámico anamórfico, circunstancia que a buen seguro no facilitó la labor de Green en interiores con niveles de luz tan escasos, pero de la que sale notablemente airoso. Los resultados, por lo tanto, son muy buenos, pues reflejan muy bien la filosofía de Eastwood y sus colaboradores con respecto a afrontar un rodaje (economía de medios con pocas tomas, movimientos sencillos y un aspecto muy poco recargado), pero consiguen una ambientación admirable –gran trabajo de Henry Bumstead en los decorados- y una obra que, globalmente, se muestra muy honesta y clásica.

Título en España: Sin Perdón
Año de Producción: 1992
Director: Clint Eastwood
Director de Fotografía: Jack N. Green, ASC
Formato y Relación de Aspecto: 35mm anamórfico (Panavision), 2.4:1
Premios: Oscar a la mejor fotografía (nom), BAFTA (nom)

Vista en Blu-ray

© Harmonica Rental & Cinema/Ignacio Aguilar, 2014.