Thelma & Louise
Emblemático título de los años 90, que tuvo como novedad principal el ofrecer al público una road-movie femenina, acerca de dos mujeres (Geena Davis y Susan Sarandon) que huyendo de su rutina (un marido en el caso de una, un trabajo como camarera en el de la otra) se ven envueltas en una persecución policial cuando tras un intento de violación, una de ellas asesina al agresor. El film se convirtió en un icono feminista que además lanzó a Brad Pitt al estrellato tras una fugaz aparición como un atractivo autoestopista. Más de veinte años después de su estreno, continúa siendo uno de los trabajos más acertados de Ridley Scott detrás de las cámaras, gracias a la estupenda labor de sus dos protagonistas femeninas delante de las cámaras, o al sólido guión de Callie Khouri (ganador del Oscar), que aún con sus altibajos, Scott filma con buen pulso y buen gusto estético. Harvey Keitel, Christopher McDonald y Michael Madsen forman el reparto de secundarios de la película, que perdió la mayoría de sus candidaturas al Oscar frente a “Silence of the Lambs” y “JFK”, en una temporada de gran competencia.
El director de fotografía fue el británico Adrian Biddle [BSC]. Biddle, fallecido a los 55 años de edad justo tras el rodaje de “V for Vendetta” (2005), fue uno de los operadores más interesantes de los años 80 y 90; se inició en el mundo del cine como ayudante del operador especializado en fotografía subacuática Egil S. Woxholt y ya en 1979 fue el foquista de Derek Vanlint en “Alien”; introducido en la compañía de Ridley Scott, comenzó su carrera como director de fotografía en anuncios publicitarios y, por ejemplo, trabajó junto al realizador de “Blade Runner” en el famoso spot de Apple de 1984, realizado como homenaje a la homónina obra de George Orwell. Su primer film como primer operador fue “Aliens” (James Cameron, 1986), a cuyo rodaje se incorporó semanas después que éste hubiera comenzado, como sustituto de Dick Bush, despedido por el realizador de “Terminator” por no acomodarse a sus métodos de grabación. Pronto Biddle inició una carrera siempre muy asociada al cine comercial, con títulos como “Princess Bride” (Rob Reiner, 1987), “Willow” (Ron Howard, 1988), “Event Horizon” (Paul W.S. Anderson, 1997) o un título Bond como “The World is not Enough” (Michael Apted, 2000). Sólo repitió con Ridley Scott en la fallida “1492: The Conquest of Paradise”. Como curiosidad, el primer ayudante de cámara de “Thelma & Louise” fue Dan Mindel, el futuro director de fotografía de “Enemy of the State” (Tony Scott, 1997), “Domino” (Tony Scott, 2005), “M:I 3” (J.J. Abrams, 2006) o “Star Wars VIII” (J.J. Abrams, 2015), mientras que el operador de cámara y director de fotografía de segunda unidad fue Alexander Witt, el cual ha venido ocupando este último puesto (aunándolo con el de director de segunda unidad) en gran parte del cine de Ridley Scott desde aquél entonces, así como en muchos otros films con mucho éxito (“Casino Royale”, “Skyfall”), aunque curiosamente solo ha sido primer operador en una ocasión (y con bastante éxito) y a las órdenes de Scott (“Body of Lies”, 2008).
Rodada en vistosas localizaciones de California y Utah, la imagen de “Thelma & Louise” es uno de sus principales activos. Biddle siempre fue uno de los grandes defensores del formato panorámico anamórfico y con este film hizo que Scott volviera al mismo, tras dos películas consecutivas rodadas en formato esférico por parte del director británico (“Someone to Watch Over Me” y “Black Rain”). “Thelma & Louise” debió de ser un proyecto muy complicado para Biddle, que lo resolvió con una nota altísima. De un lado, porque se trata de una película rodada en múltiples localizaciones, muchas veces dentro de automóviles, o desde un automóvil a otro. De otro, porque era una película en la que las localizaciones, y el hecho de que éstas aparecieran como el espectador espera que luzca el centro oeste americano y la zona fronteriza con México, eran muy importantes y, por supuesto, también porque era una película protagonizada por dos mujeres que, aunque tenían edades muy diferentes, debían de lucir lo mejor posible en cada circunstancia. Y todo ello, se supone, en mitad de un rodaje comandado por un realizador tan exigente como Ridley Scott, que además rueda con multicámaras y a la máxima velocidad posible.
Los exteriores de la película lucen muy bien, gracias a una cuidada elección de las horas del día y de los ángulos necesarios para que las imágenes resulten lo más interesantes posibles (como por ejemplo, hacer que el sol casi siempre esté a contraluz de las actrices y la acción). El estilo empleado por Biddle es de un contraste muy alto, sin que le importe que en muchas ocasiones los personajes queden algo oscuros, porque da primacía a que el paisaje típico del Western luzca con sus habituales tonos terrosos y rojizos, con mucha saturación. Seguramente Biddle recurrió lo máximo posible a filtros polarizadores, a fin de potenciar este efecto, aunque a veces, para obtener determinados cielos (rojizos al atardecer, muy azules durante el día) es perceptible que recurre a filtros degradados coloreados, una suerte en la que los hermanos Scott marcaban tendencia en los 80 y 90. El resultado es que la imagen de exteriores es muy estética y aparentemente está obtenida recurriendo lo mínimo posible a la iluminación artificial, aunque a veces ésta se utilice para crear rebotes o luz suave que favorece a las intérpretes.
Sin embargo, la luz de interiores, o de exteriores nocturnos, es casi tan o más interesante que los exteriores. Biddle ofrece un festival de destellos en formato anamórfico, ya que cada vez que una luz con cierta potencia incide sobre sus ópticas, aparecen los famosos “flares” típicos de este formato. Rodando con niveles de luz reducidos (seguramente entre T/2.8 y T/3.2, de ahí que el enfoque no siempre sea muy preciso), Biddle se esfuerza en captar toda la iluminación disponible o integrada en pantalla, aunque no tiene aparentes limitaciones de producción para rellenar sus fondos con HMI o arcos, o para crear fuertes contraluces sobre las intérpretes. Gracias a la utilización de muy diversas temperaturas de color que imitan diferentes fuentes, el colorido aspecto de las carreteras de la américa profunda está muy bien conseguido y, como es habitual en Scott, es muy estético a la par que resulta creíble. El uso de diferentes texturas de luz (suaves y duras) por parte de Biddle es muy interesante; a veces ilumina los interiores con fuertes haces que entran por las ventanas y huecos que dejan puertas abiertas, mientras que en otras ocasiones, rebota esas luces en el exterior y deja que entren como una única fuente de luz suave, generando mucho contraste y fuertes claroscuros.
Los resultados son muy buenos, además de muy modernos, porque la filosofía de iluminar los espacios en lugar de los actores, con fuertes áreas de sobreexposición y subexposición en una misma escena fue muy imitada posteriormente. Además, aunque Biddle y Scott emplean herramientas como el humo para marcar los haces de luz y reducir el contraste, su fuerte estilo está aplicado con mucho gusto y mesura, a diferencia de otros trabajos propios (“1492”) o del menor de los Scott en los que se abusaba del efecto simplemente en pos de la estética. En su mejor trabajo, Adrian Biddle obtuvo una merecida candidatura al Oscar, que perdió ante el trabajo de Robert Richardson en “JFK”; su carrera posterior continuó en el mismo cine comercial en el que había trabajado antes de sus experiencias cinematográficas con Ridley Scott. Quizá por ello, así como por su prematura muerte víctima de un infarto, no sea hoy tan recordado como debiera, aunque el hombre capaz de crear tantas texturas y un aspecto tan orgánico como el de “Thelma & Louise”, desde luego que merecería serlo.
Título en España: Thelma y Louise
Año de Producción: 1991
Director: Ridley Scott
Director de Fotografía: Adrian Biddle, BSC
Ópticas: C-Series, E-Series y Super PanaZoom Cooke
Formato y Relación de Aspecto: 35mm anamórfico (Panavision), 2.4:1
Premios: Oscar a la mejor fotografía (nom), British Society of Cinematographers (nom), BAFTA (nom)
Vista en HDTV
© Harmonica Rental & Cinema/Ignacio Aguilar, 2015.
