The Yakuza

Producción de Sydney Pollack, con guión de Paul Schrader y Robert Towne sobre un argumento de Leonard Schrader, que tiene como protagonista a un hombre (un magnífico Robert Mitchum) que ha de viajar a Japón para ayudar a un amigo (Brian Keith) que se ha metido en problemas y cuya hija está secuestrada por un grupo de Yakuzas. Con la ayuda de un antiguo miembro de los clanes (Ken Takakura) y de un joven que viaja con él (Richard Jordan) el protagonista intenta liberar a la joven, aunque algo sale mal y entonces son ellos los que comienzan a ser perseguidos por los Yakuza. La película, cuyo guión fue vendido por una cifra récord de 300 mil dólares para la época, evidencia las reescrituras a que fue sometido el texto original, del que conserva todo lo relativo a las lealtades, promesas y deudas de la cultura japonesa, pero con una historia de amor que queda superpuesta a la acción y nunca termina de funcionar bien. Aún así, se trata de un exótico thriller, ligero y entretenido, bien llevado por Pollack desde detrás de las cámaras.

El director de fotografía fue el japonés Kôzô Okazaki, quien trabajó enclusivamente en su país hasta el año 2003, superando los 80 años de edad. Colaborador habitual de cineastas como Masaki Kobayashi y Masahiro Shinoda, trabajó también para Josef Von Stenberg (“Anatahan”, 1953) y para John Frankenheimer (“The Challenge”, 1982), finalizando su carrera con tres nominaciones a los premios de la Academia japonesa. Lo cierto es que a pesar de ser escogido por Pollack para la presente película, Okazaki no era uno de los directores de fotografía más importantes de Japón, aunque el buen ojo del realizador para escoger a sus operadores queda una vez más de manifiesto a la vista del buen trabajo que hizo aquí. También hay que destacar que las secuencias americanas fueron rodadas por Duke Callaghan, que aquí firma como miembro de la ASC. Pollack había rodado con él recientemente “Jeremiah Johnson” (1972) y, a pesar de su carrera eminentemente televisiva, fue convocado para realizar el grueso del rodaje en España de “Conan The Barbarian” después del despido de Gilbert Taylor.

Como muchos trabajos del director, “The Yakuza” fue rodada en un vistoso formato panorámico anamórfico, incluso a pesar que es una película que transcurre sobre todo en interiores y que además cuenta con abundante material nocturno. Tanto Okazaki como Callaghan, al cual pertenecen únicamente un par de escenas iniciales de la película, eran directores de fotografía que trabajaban con luz dura sobre los actores y el decorado, pero lo cierto es que el japonés hace un muy buen trabajo en el film, también apoyado por el diseño de producción de uno de los colaboradores habituales del director, Stephen Grimes. Ello se debe Okazaki usa una luz con mucho contraste a pesar de los altos niveles de intensidad de luz (el film está rodado con la luz suficiente como para utilizar esporádicamente el zoom, que en anamórfico requería diafragmas de T4.5 como mínimo) siguiendo la teoría de que para conseguir contraste y oscuridad, lo que hay que hacer es usar fuentes grandes (en este caso, como mínimo, 5Kw y 10Kw) pero que incidan en pocos lugares. Por ello el aspecto es bueno y muy interesante en los interiores, ya que hay profundidad, sombras y zonas de luz, además que todo ello está filmado con la sobriedad y oficio habitual de Pollack, que llega incluso a coreografiar varias luchas en interiores en las que parece que está rodando con un 30mm anamórfico para mostrar todo el set y a todos los actores.

Los exteriores nocturnos son algo más eclécticos, ya que incluyen escenas en las que Okazaki hace uso de todos los medios que puso la producción norteamericana a su disposición (incluyendo luces de arco para hacer contraluces o luces de fondo) y sigue obteniendo el mismo aspecto contrastado y sumamente interesante del grueso de la proyección, mientras que se alterna con otras en las que los cineastas acudieron a rodar a las calles de la ciudad (Tokyo) y tuvieron que adaptarse a las circunstancias prácticamente haciendo uso de la luz disponible. Por ello, en estas secuencias se aprecia una disminución significativa de la profundidad de campo y una suavidad mucho mayor, debido a que Okazaki se ve obligado a rodar en anamórfico a máxima apertura, perdiendo también el contraste mientras se limita a complementar mínimamente la luz con pequeños aparatos.

En general, “The Yakuza” es una película con muy buen aspecto, en la que Okazaki muestra un elevado nivel, perfectamente comparable al de sus colegas norteamericanos, aunque en un estilo que comenzaba a caer en decadencia debido a las nuevas tendencias de empleo de luz suave y rebotada a fin de crear un aspecto más naturalista. El propio Pollack sería uno de los que las adaptarían a continuación, ya que al año siguiente estrenó “The Three Days of the Condor”, con la que inició su colaboración con el afamado Owen Roizman. Aún así, por lo éxotico de su planteamiento y ejecución, “The Yakuza” es un thriller interesante a pesar de su irregularidad, en el que incluso puede que Robert Mitchum fuera algo mayor para el papel principal, pero lo solventa tan bien que resulta una delicia verle en el mismo.

Título en España: Yakuza
Año de Producción: 1974
Director: Sydney Pollack
Director de Fotografía: Kôzô Okazaki
Ópticas: C-Series & Super Panazoom Cooke
Emulsión: Kodak 5254 (100T)
Formato y Relación de Aspecto: 35mm anamórfico (Panavision), 2.4:1
Otros: fotografía de las secuencias americanas de Duke Callaghan

Vista en Blu-ray

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