The Nice Guys

Producción de Joel Silver, co-escrita y dirigida por Shane Black (“Lethal Weapon”, “Kiss Kiss Bang Bang”), que recupera el espíritu de las “buddy movies” de los años 80 con una trama a lo Raymond Chandler y un ligero tono de comedia: en Los Ángeles, en 1977, un matón (Russell Crowe) y un detective privado (Ryan Gosling) unen sus esfuerzos para buscar a una chica que ha desaparecido después de haber trabajado con unos pornógrafos que han fallecido en misteriosas circunstancias. A lo largo de su estrambótica investigación, viven una serie de enredos, mientras la hija del detective (Angourie Rice) tiene que ayudarles a resolver un buen número de problemas. El argumento rinde homenaje a muchos clásicos del cine negro y funciona razonablemente bien, aunque lo mejor sin duda son las situaciones cómicas y la química entre el trío protagonista, que hacen que “The Nice Guys”, sin ser una gran película, sí que termine resultando un enorme y disfrutable entretenimiento. Matt Bomer, como un matón que acecha a Crowe y Gosling, así como Kim Basinger, aparecen en papeles secundarios.

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El director de fotografía es el francés Philippe Rousselot [ASC, AFC]. Antiguo ayudante de Néstor Almendros, de quién aprendió su filosofía naturalista y de aplicar técnicas sencillas a sus rodajes, comenzó su carrera como primer operador ya a finales de la década de los años 70, para dar el salto al cine de habla inglesa de la mano de John Boorman, con dos trabajos muy importantes como “The Emerald Forest” (1985) y “Hope And Glory” (1987), por la que el director de fotografía francés obtuvo su primera nominación al Oscar. Posteriormente, ha trabajado con directores importantes como Jean-Jacques Annaud (“The Bear”), Stephen Frears (“Dangerous Liaisons”), Neil Jordan (“We’re No Angels”, “The Miracle”, “The Brave One”), Philip Kaufman (“Henry & June”, su segunda nominación), Milos Forman (“The People Vs. Larry Flynt”) o Sydney Pollack (“Random Hearts”), además de haber iniciado colaboraciones con Tim Burton (“Planet of the Apes”, “Big Fish”) o Guy Ritchie (“Sherlock Holmes”). Ganó el Oscar por su trabajo para Robert Redford en “A River Runs Through It” (1992).

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“The Nice Guys” es la primera película enteramente digital de Rousselot, aunque su ambientación de época podría haber inclinado la balanza hacia el celuloide. Sin embargo, el corto calendario de rodaje (apenas 50 días, con la ciudad de Atlanta doblando en muchas escenas a Los Ángeles) y la necesidad de rodar mucho material nocturno inclinaron la balanza hacia la Arri Alexa XT Plus, equipada con lentes anamórficas G-Series y E-Series de Panavision, así como un zoom Angenieux 56-152mm T/4. Para algunos planos rodados desde un dron en la escena de la fiesta en Bel Air, el equipo utilizó una configuración ligera con una Red Epic Dragon y ópticas anamórficas Kowa, que ofrecen menor resolución y contraste que las Panavision. En esencia, Rousselot explica que con la Alexa podía llegar a utilizar un ISO de 1280 en el material nocturno, en contraposición a los 500 del negativo, lo cual aceleraba y abarataba el rodaje. Adicionalmente, hay que destacar que gran parte de las escenas de coches están rodadas ante fondos verdes en estudio, sin que ello se aprecie en la película terminada.

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Hay que destacar, en cualquier caso, que aunque Rousselot es un operador ya muy veterano y que comenzó su carrera, como indicábamos, precisamente en la época en que está ambientada la película, la imagen que los cineastas han pretendido crear para ésta es completamente contemporánea. Es decir, más allá de los elementos de decoración, arte y vestuario que ambientan los años 80, el trabajo del operador francés no imita en absoluto el cine de la época. Como en todos sus trabajos, Rousselot emplea aquí mucha luz suave, generalmente a través de mezclas de bolas chinas, “balloons” en los exteriores y luz rebotada aquí y allá, a fin de crear algo de separación entre los personajes y los fondos. Adicionalmente, en esta ocasión también ha abrazado los panales LED, por su rapidez para colocarlos, como por su flexibilidad y bajo consumo. El resultado es una fotografía que, salvo algún color intenso como el verde en la casa de Russell Crowe, o el sodio de los exteriores noche, es algo apagada y poco glamourosa, que no llama la atención por sí misma pero que apoya bien a la narrativa de Shane Black, que venía de trabajar con otro clásico como John Toll [ASC] en “Iron Man 3”.

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La puesta en escena es en donde quizá se evidencie de forma más clara el rodaje acelerado de la película, que incluye múltiples secuencias de acción con especialistas. Para cumplir con el calendario de rodaje, la película aparenta estar rodada casi de forma íntegra con multicámaras –según se aprecia en fotos de rodaje, incluso en distintos ejes- y haciendo uso en gran medida de teleobjetivos. Por ello, muchos de los planos son cerrados, con un sujeto enfocado y el resto del plano desenfocado. Gracias a que el formato anamórfico ofrece siempre un aspecto muy cinematográfico, los resultados finales en cuanto a puesta en escena se alejan algo más del aspecto más convencional y televisivo que la puesta en escena hubiera tenido de haber sido rodado el film en formato esférico. Lejos a lo mejor quedan para Rousselot sus tiempos de gloria, en los que manejaba con maestría la luz natural en grandes exteriores –un tipo de cine que le iba mucho mejor, y le permitía lucirse- pero en cualquier caso, como bien dice el operador francés, en este caso su trabajo nunca iba a ser mejor que el resultado global de la película, y esta funciona muy bien gracias a aspectos a los que la técnica del film, con su aspecto funcional, no ha restado tiempo de trabajo en el apretado calendario de rodaje.

Título en España: Dos Buenos Tipos
Año de Producción: 2016
Director: Shane Black
Director de Fotografía: Philippe Rousselot, ASC, AFC
Ópticas: Panavision G-Series, E-Series
Formato y Relación de Aspecto: Arri Alexa (ArriRaw, 2.8K), 2.4:1
Otros: planos desde dron rodados con Red Epic Dragon y Kowa anamórfico

Vista en DCP

© Harmonica Rental & Cinema/Ignacio Aguilar, 2016.