The Disaster Artist

Adaptación del libro de Greg Sestero, acerca de la historia real en la que participó este actor (interpretado en la pantalla por Dave Franco) cuando entró en contacto con un extraño aspirante a actor llamado Tommy Wiseau (James Franco), con el que se mudó a vivir a Los Ángeles y se embarcó en el rodaje de una de las consideradas como peores películas de la historia: “The Room” (2003). Dirigida también por James Franco, el film, que tuvo una buena acogida crítica, no es más que una narración de todas las rarezas que acontecieron en torno a ese proyecto, pero no posee demasiado interés para aquéllos que sean ajenos al mundo del cine o los fans de la obra de Wiseau, que parece ser que son algunos. Seth Rogen, en un breve papel como el script de la película, Zac Efron o Alison Brie realizan apariciones en la película.

El director de fotografía fue Brandon Trost, quien comenzó su carrera en un rol diferente: como ayudante de efectos especiales físicos en diferentes proyectos de la década de los 90. Posteriormente, hacia finales de la siguiente década, alcanzó la posición de director de fotografía en películas como “Crank: High Voltage” (2009) o “Ghost Rider: Spirit of Vengeance” (2011), para pasar al grupo de Seth Rogen (en el que se encuentra James Franco) con películas como “This is The End” (2013), “The Interview” (2014) o “Neighbors” (2014). Por lo tanto, no es complicado averiguar cómo acabó Trost haciéndose cargo de este film, teniendo en cuenta que Rogen es uno de los “admiradores” de “The Room” y que quiso hacer la adaptación del libro de Sestero a la gran pantalla desde el mismo momento de su publicación.

A pesar que la historia está ambientada a finales de la década de los 90 y primeros 2000, los cineastas –seguramente por motivos presupuestarios- no rodaron el film en celuloide, que sería historicamente el método de adquisición más fidedigno, sino que en su lugar apostaron por la Red Weapon con el sensor Dragon, que mejoraba en algunos aspectos (como la funcionalidad y la latitud en sombras) a la anterior Red Epic Dragon. Sin embargo, quizá para distanciarse de la película dentro de la película, James Franco y Brandon Trost sí que eligieron rodar “The Disaster Artist” en formato panorámico anamórfico, una decisión muy acertada debido a que dicha diferenciación así sí se produce de forma automática entre las imágenes reales y las capturadas en la ficción por los personajes, incluyendo por supuesto las que aparecen durante la proyección hacia el final del film o incluso justo antes de los títulos de crédito.

Estéticamente, “The Disaster Artist” es una película que no posee distintivos especiales: está rodada de forma bastante directa, a veces incluso haciendo uso sin más de la luz disponible. Cuando esto no es posible, Trost se dedica a aumentar la realidad de forma que sea posible el rodaje cinematográfico, lo cual en cierto modo explica que gran parte de la película, rodada con los objetivos “C-Series” de Panavision, haga uso de aperturas de diafragma muy amplias y que, a veces, incluso, la profundidad de campo sea tan reducida que nos encontremos ante la típica situación en que una actor tiene un ojo enfocado y el otro desenfocado en el momento en que no se encuentra exactamente frontal a cámara. Aunque el aspecto es, por así decirlo, mundano, lo cierto es que la va bien a la película, que tampoco necesitaba de un artificio especial. Es cierto que los tonos cálidos, en una cámara digital como en esta, nunca acaban de quedar tan bien como los reproducen los 35mm, pero también es más que suficiente para el tipo de historia que James Franco quiere narrar al espectador. Por otro lado, el sensor Dragon rinde bien en situaciones de baja luz o en exteriores contrastados.

Lo mejor quizá sea, aunque los espectadores no sean conscientes (a no ser que hayan visto “The Room”) hasta el final de la proyección, la forma en que los cineastas se esforzaron por conseguir que los planos en los que recrean la película de Wiseau sean tan similares (por focal, posicionamiento de cámara, actores, vestuario y decorados) incluso en los detalles de la luz empleada en el rodaje original para capturar los mismos. Un mérito que sin duda es muy elevado, pero que, en realidad, tampoco supone una enorme diferencia a la hora de la verdad. Y es que “The Disaster Artist” es una película que se ve con agrado, pero que para nada es trascendente tanto en lo formal como en lo narrativo.

Título en España: The Disaster Artist
Año de Producción: 2017
Director: James Franco
Director de Fotografía: Brandon Trost
Ópticas: C-Series de Panavision
Formato y Relación de Aspecto: Red Weapon Dragon (6K Anamorphic), 2.4:1

Vista en HDTV

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