Manchester By The Sea

Soberbio drama escrito y dirigido por Kenneth Lonergan (“You Can Count on Me”, 2000), parece ser que sobre la base de un argumento ideado por Matt Damon y John Krasinski, que originalmente iba a ser el debut de Damon detrás de las cámaras, interpretando también al personaje principal, para lo cual encargó el guión a Lonergan. Felizmente, por problemas de agenda, fue el propio Lonergan quien se hizo cargo de la película, en la que finalmente el rol del atormentado Lee Chandler recayó en Casey Affleck. La historia narra su retorno a su pueblo natal en Massachusetts, después de recibir una llamada desde el hospital acerca de la delicada salud de su hermano (Kyle Chandler). Cuando llega, éste ya ha fallecido, y Lee debe encargarse de comunicarle la noticia a su sobrino (Lucas Hedges) y hacerse cargo inicialmente de él, a pesar que su estado de ánimo y su relación con el chico no son demasiado buenos. Se trata de una película absolutamente dura y seca, maravillosamente bien escrita e interpretada por todo el elenco, en la que Lonergan poco a poco va describiendo a sus personajes y desgranando los traumas de sus vidas a través de una serie de flashbacks, ofreciendo por el camino dos o tres escenas absolutamente desgarradoras, de esas que permanecen en la retina del espectador durante años. Se trata, por lo tanto, de uno de los mejores films del 2016. Una gran Michelle Williams, Gretchen Mol y Matthew Broderick completan el reparto.

El director de fotografía es Jody Lee Lipes. Nacido en 1982, se trata de su primera colaboración con Lonergan. Hasta la fecha, Lipes es un director de fotografía más conocido por su trabajo en publicidad y, sobre todo, en videoclips, como por ejemplo, el reciente “Can’t Stop The Feeling” (2016), dirigido por Mark Romanek para Justin Timberlake. En cine, hasta la fecha Lipes se ha ocupado de la segunda unidad de “Extremely Loud & Incredibly Close” para Chris Menges, y ya como director de fotografía principal, “Martha Marcy May Marlene” (Sean Durkin, 2011) o “Trainwreck” (Judd Apatow, 2015). Durante el rodaje de “Manchester By The Sea”, que se prolongó durante aproximadamente tres meses desde febrero hasta mayo de 2015, Lipes estaba esperando a que naciera su primer hijo, circunstancia que se produjo hacia el final de la producción, por lo que algunas escenas clave del film, previstas para los últimos ocho día del calendario (Lee reencontrándose con su ex-mujer en la calle, la visita de Patrick a su madre y su prometido) fueron rodadas por el operador de cámara Petr Hlinomaz al cargo de la primera unidad, tal y como estuvo previsto en todo momento que sucediera si finalmente Lipes debía dejar el rodaje anticipadamente.

El estilo muy sobrio, real y cotidiano de la película está también muy presente en su fotografía, que como viene siendo ya la norma habitual, fue capturada digitalmente con la cámara Arri Alexa XT. Adicionalmente, Lipes escogió las ópticas Canon K35, así como un zoom Angenieux Optimo 24-290mm Uncoated, rodando en modo Open Gate en ArriRaw (3.4K). Parece ser que a Lipes le gusta el aspecto de los K35 especialmente en el modo completo de sensor de la Alexa, que hace que los bordes del fotograma sean algo más suaves que el centro, aunque en pantalla el efecto, si es que es discernible, es muy sutil. Los K35 son diseños de los años 70, que junto con los Panavision Ultra Speed MKII y los Zeiss High Speed T1.4 obtuvieron un Oscar técnico en 1977. Ópticamente, son similares a los Ultra Speed, con una imagen algo más suave que unos Cooke S4, también con menos contraste y más aberraciones, aunque con mejor respuesta óptica que los Cooke S2/S3 o los Super Baltar. Tuvieron menos recorrido que otras ópticas de la época ya que originalmente se vendían en montura BNCR para cámaras Mitchell o Moviecam, por lo que la obsolescencia de las mismas afectó mucho a los Canon, empleados en películas como “Aliens” (1986), “Absolute Begginers” (1986) o “American Hustle” (2013). Hoy en día son cotizadísimos porque hay pocos juegos en el mercado, así como porque su bonita imagen conjuga muy bien con los modernos sensores digitales, al no ser ni demasiado nítidos, ni demasiado contrastados, además de tener grandes aperturas de diafragma (entre T1.3 y T1.5) para rodajes con bajísimos niveles de luz y alucinantes flares.

Sobre esta paleta (Alexa XT y Canon K35), Lipes efectúa un trabajo muy realista, con apenas movimientos de cámara, que pretende transmitir al espectador la atmósfera fría de los lugares en los que está ambientado el film, en una línea similar o reminiscente de la de Roger Deakins en películas como “Fargo” (Joel Coen, 1997) o “Prisoners” (Denis Villeneuve, 2013). Es decir, Lipes plantea una luz muy contrastada y unidireccional en casi todo momento, sin relleno o sin apenas relleno, que llega hasta los interiores muy filtrada, suavizada y tamizada. Para sus exteriores diurnos, hay una cuidada elección de las direcciones en las que rodar, para poder evitar la utilización de luz artificial en los mismos, aunque en algunas ocasiones resulte evidente que se está utilizando algo de luz sobre los actores y relleno negativo para introducir contraste. Las escenas interiores nocturnas están resueltas de forma muy sencilla, complementando simplemente las fuentes de luz presentes en pantalla y, como todo el film, están rodadas a grandes aperturas de diafragma, situaciones de escasos niveles de luz en los que la Alexa siempre ha ofrecido grandes resultados. Las escenas exteriores nocturnas, así como las diferentes secuencias en el interior de automóviles, están también resueltas de la manera más sencilla posible, utilizando siempre que es posible la luz disponible y complementándola levemente o sobre los intérpretes para posibilitar el rodaje cinematográfico.

Los resultados, a nivel estético, a pesar de algún ligero inconveniente aquí y allá (por ejemplo, el primer plano de Gretchen Mol en su escena con Matthew Broderick, en una de las escenas no rodadas por Lipes) son muy sólidos y, si bien tampoco resultan especialmente inspirados, complementan muy bien a la narrativa y colaboran, de forma decisiva, en la atmósfera fría y desapacible de los escenarios de Massachussets en los que se desarrolla la historia. Quizá lo peor sea la utilización de dos cámaras durante todo o casi todo el rodaje, que hace que en varias ocasiones resulte muy evidente cuándo entra la cámara B en acción, lo que le resta verosimilitud en esos momentos a una narrativa que por otro lado es muy sobria y, a pesar de la dureza y dramatismo de la historia, jamás cae en lo maniqueo y siempre evita recorrer caminos trillados, ofreciendo el máximo de un grupo de actores en estado de gracia al servicio de un texto estupendo.

Título en España: Manchester Frente al Mar
Año de Producción: 2016
Director: Kenneth Lonergan
Director de Fotografía: Jody Lee Lipes
Ópticas: Canon K35, Angenieux Optimo
Formato y Relación de Aspecto: Arri Alexa (ArriRaw, 3.4K), 1.85:1
Otros: 2K Digital Intermediate

Vista en DCP

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