Gran Torino

Vehículo al servicio de su protagonista absoluto, Clint Eastwood, quien a sus 78 años de edad también lo dirigió, produjo y tuvo tiempo de intervenir en su banda sonora. Eastwood interpreta aquí a un jubilado, de procedencia polaca, veterano de guerra, que vive en un suburbio de Detroit muy deteriorado socialmente. Su esposa acaba de fallecer y tiene, como nuevos vecinos, a una familia de Coreanos. Su vida se basa lavar su coche, en beber cerveza y fumar en su porche, observando y maldiciendo a todo aquél al que ve. Hasta que presencia un enfrentamiento entre una banda local y sus vecinos, que le obligará a entrar en acción. El guión de Nick Schenk y Dave Johannson –que durante un tiempo se rumoreó que se trataba de una sexta entrega de “Dirty Harry”- es muy sencillo y funciona a la perfección con Eastwood, como compendio de todos sus personajes cinematográficos. No es una película a tomar demasiado en serio y quizá funciona mejor como parodia que como película en sí, pero lo cierto es que la fortísima presencia del actor, su fusión con el personaje y el sentido de humor que ofrece superan muy ampliamente a sus defectos.

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El director de fotografía es el habitual de Eastwood en esta etapa de su carrera, el norteamericano Tom Stern [ASC, AFC]. Stern comenzó a formar parte de los equipos del actor-director-productor en la época de “Honkytonk Man” (1982) como Gaffer, puesto que ya había trabajado con el director de fotografía Bruce Surtees en proyectos fuera del universo Eastwood. Después de que Jack N. Green sustituyera a Surtees como operador predilecto de Eastwood justo después de “Pale Rider” (1985), Stern se mantuvo en su puesto, trabajando siempre con Eastwood y Green en todos sus proyectos incluyendo el último de ellos, “Space Cowboys” (2000), al tiempo que trabajaba con otros operadores como Owen Roizman (“French Kiss”) o Conrad L. Hall en sus dos últimos y oscarizados proyectos (“American Beauty” y “Road To Perdition”). Desde que Eastwood le ofreciera “Blood Work” (2002) –con la que debutó a los 54 años de edad- Stern ha fotografiado todas sus películas y ha obtenido una nominación al Oscar por su trabajo en “Changeling” (2008).

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La imagen de “Gran Torino” es muy característica de la filmografía de Eastwood, en la que como hemos indicado, Stern ha participado activamente durante muchos años. Utilizando el formato panorámico anamórfico una vez más –con lentes C-Series de Panavision- los cineastas ofrecen una estética de altísimo contraste y un aspecto bastante directo y realista, pero con la también habitual característica de los haces de luz dura que son habituales en Eastwood desde que Stern es su director de fotografía. Es decir, Stern ilumina sus decorados de forma más o menos convencional, con una estética naturalista, luz entrando por las ventanas, fuentes integradas en el plano, etc. pero generalmente, la luz que incide sobre los actores es una única fuente de luz, generalmente dura y lateral, que crea ese enorme contraste y genera negros muy profundos, sin que busque siquiera mejorar o endulzar el aspecto de Eastwood, que se muestra tal cual a pesar de su avanzada edad. Surtees y Green, en cierto modo, utilizaban un planteamiento similar, pero en ellos, especialmente en Surtees, esa luz sobre los actores siempre estaba más integrada, mientras que en Stern destaca y realza mucho más, para bien o para mal.

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En cierto modo, “Gran Torino” evidencia que fue rodada en 33 días: sus exteriores diurnos, en los que Stern prescinde de cualquier fuente de luz artificial, poseen fuertes sobreexposiciones de cielos y, como viene siendo habitual desde que él y Eastwood recurrieran a técnicas digitales de post-producción de la imagen a partir de “Flags of our Fathers” (2006), no solo la imagen es contrastadísima sino que también posee una fuerte desaturación de color, siendo verdes y grises los dominantes en el film. Los exteriores noche son muy neutros en cuanto a color, con Stern partiendo de cero en las típicas calles residenciales y de chalets norteamericanas y haciendo uso de pinceladas de luz blanca en los fondos y sobre los actores, con mucho contraluz y escaso relleno. En estos, la imagen es algo más elaborada que durante el día, situación en la cual, como decíamos, la película evidencia estar rodada muy deprisa y sin elaboración estética alguna.

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Teniendo en cuenta que la luz de la película no es en absoluto especial –incluso podría decirse que sus sobreexposiciones, contraste y nivel de negros son exagerados- lo mejor de la misma a nivel estético es, sin duda, el oficio que muestra Eastwood tras las cámaras –no solo por el uso del formato anamórfico, que aleja a la imagen de la de un telefilm- sino especialmente por cómo mueve su Steadicam cuando quiere mostrarnos o presentarnos algo (atención a cuando Eastwood acepta la invitación de acudir a la celebración de sus vecinos coreanos) o el clasicismo con el que compone sus planos o resuelve su sencilla planificación, todo ello sin necesidad de recurrir a ningún tipo de artificio que distraiga de lo más importante del film: él y su icónico personaje.

Título en España: Gran Torino
Año de Producción: 2008
Director: Clint Eastwood
Director de Fotografía: Tom Stern, ASC, AFC
Ópticas: C-Series de Panavision
Emulsión: Kodak 5219 (500T)
Formato y Relación de Aspecto: 35mm anamórfico (Panavision), 2.4:1
Otros: 2K Digital Intermediate

Vista en 35mm & Blu-ray

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