United 93
Extraordinaria reconstrucción de los hechos ocurridos en EEUU durante la mañana del 11 de septiembre de 2001, desde el punto de vista de los controladores aéreos, mandos militares y, especialmente, de los pasajeros y tripulación del vuelo 93 de United Airlines, el único de los cuatro aviones secuestrados por terroristas suicidas de la organización Al Qaeda que no alcanzó su objetivo, debido a que los pasajeros del avión, una vez fueron conscientes de lo que sucedía, se enfrentaron a los terroristas para tratar de recuperar el control del avión. Quizá debido a un reducido presupuesto para los estándares de este tipo de cine, así como por un rodaje que transcurrió principalmente en Inglaterra, Paul Greengrass pudo mantenerse ajeno a cualquier tipo de maniqueísmo y narrar los hechos a modo de docudrama desde un punto de vista objetivo. Rodeado de un grupo de actores desconocidos, amateurs y que en muchos casos se interpretaban a sí mismos, su reconstrucción es un relato absolutamente crudo y descarnado del desconcierto vivido aquélla jornada y de la lucha por la supervivencia de los pasajeros de aquél vuelo, lo cual, unido a su estilo de filmación directo y un montaje superlativo, hizo de este film uno de los imprescindibles de su década pero, sobre todo, un triunfo absoluto de Greengrass por su labor como realizador.
Para filmar este film con un estilo de extraordinario realismo y estética documental, muy lejano del de las grandes superproducciones de Hollywood, Greengrass tuvo el acierto de recurrir al operador habitual del cine de Ken Loach, el también británico Barry Ackroyd [BSC]. Acostumbrado a trabajar con medios escasos, cámara al hombro y lentes zoom desde sus orígenes en el mundo del documental, Ackroyd era un operador perfecto para este trabajo, aunque hay que tener en cuenta que Greengrass ya extrajo un trabajo similar del también británico Oliver Wood –director de fotografía acostumbrado a imágenes más elaboradas, como mostraba “Die Hard 2”- en la segunda y tercera entrega de las aventuras de Jason Bourne. Posteriormente, Ackroyd obtuvo su primera nominación al Oscar –entre otras menciones- por su labor en Super 16mm en el film de Kathryn Bigelow “The Hurt Locker” (2008), habiendo acompañado también a Greengrass en la fallida “Green Zone” (2010) y en la más exitosa “Captain Phillips”, que repite sin demasiados escrúpulos el mismo esquema del presente film.
El film utiliza varias localizaciones, todas ellas reales: las salas de los controladores aéreos, las de los militares, algunas salas de los aeropuertos durante sus escenas de apertura y, sobre todo, el interior de un Boeing 757 como lo fue el United 93. Las escenas de controladores y militares son muy similares en su concepción, porque en ellas lo que hace Ackroyd es lo más dificil que se le puede pedir a un director de fotografía: prácticamente se limita a no hacer nada. Las circunstancias y el estilo de la película prácticamente le obligan a confiar de manera exclusiva en las verdaderas luces integradas en los múltiples paneles de mando y control, pantallas, consolas, etc, que lucen sobreexpuestas, dejando que los personajes se muevan por las mismas sin que exista la menor apariencia de la introducción de “luz cinematográfica” en dichos lugares.
Ello entronca directamente con el estilo de filmación de Greengrass: siempre con dos o tres cámaras, generalmente al hombro y equipadas con lentes zoom, al director coreografía, a modo de teatro, largas tomas de 20, 30 y 40 minutos de acción real durante el rodaje, que sus operadores de cámara cubren a modo de documental siguiendo sus órdenes, sin que existan unas marcas pre-definidas ni para los actores ni para los operadores. Ello provoca esa sensación de inmediatez, unido a que los actores desconocidos o que se interpretan a sí mismos repiten lo que ocurrió durante aquélla mañana del 11-S, que hace de “United 93” una de las experiencias cinematográficas más verídicas que se recuerdan.
En el interior del avión, Ackroyd también emplea las verdaderas luces del mismo, pero sobre todo destaca cómo consigue crear la sensación de vuelo y movimiento a través del uso de grandes fuentes de iluminación (por lo menos 10-12KW) que son las que se mueven desde fuera del aparato, simulando los haces de la luz solar mientras éste vuela. A menudo, los personajes sobre los que éstas luces inciden directamente aparecen fuertemente sobreexpuestos, con tremendos destellos de las lentes que prácticamente les ocultan, etc., pero estas “exposiciones” incorrectas lo único que hacen es colaborar a que el aspecto del conjunto parezca nada controlado, muy crudo y, de esta forma, tan real como la vida misma.
No es un film cuyas imágenes luzcan especialmente bellas, ni mucho menos lo pretenden, sin que a los cineastas les incomode en absoluto que en bastantes situaciones –especialmente en las salas de control y de los militares- los personajes aparezcan fuertemente subexpuestos, en silueta, con roces de foco o, directamente, en lugares en los que la luz no podría ser más plana o anodina. Tampoco importa que en muchas ocasiones las composiciones de imagen resulten descompensadas, o muy poco elaboradas. La intención de Greengrass, sin lugar a dudas, no es otra que la de reconstruir ante la cámara lo que sucedió aquélla mañana para que él y su equipo puedan captarlo como si de un documental se tratase. Y el resultado, en este aspecto, es insuperable.
Título en España: United 93
Año de Producción: 2006
Director: Paul Greengrass
Director de Fotografía: Barry Ackroyd, BSC
Ópticas: Cooke S4, Arri/Zeiss Variable Primes, Angenieux Optimo
Emulsión: Fuji Super F-8562 (250D) y Super F-8572 (500T)
Formato y Relación de Aspecto: Super 35, 2.4:1
Otros: 2K Digital Intermediate
Premios: BAFTA a la mejor fotografía (nom)
Vista en 35mm & Blu-ray
© Harmonica Rental & Cinema/Ignacio Aguilar, 2014.