The Evil Dead (1981) Nov13

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The Evil Dead (1981)

Emblemática película de terror del cine norteamericano de la década de los 80, que lanzó además las carreras de su director, Sam Raimi, de su protagonista, Bruce Campbell y del productor, Robert Tapert. El argumento tiene como protagonistas a cinco jóvenes que quieren pasar un fin de semana en una cabaña en el bosque. Muy pronto se hace evidente que algún poder maligno se esconde en el lugar. Tras encontrar un extraño libro en el sótano, las fuerzas sobrenaturales se manifiestan y comienzan a atacar y poseer a los jóvenes. “The Evil Dead” es probablemente una de las mejores definiciones que existen sobre lo que es una película de culto. Cinematográficamente, sus valores son quizá escasos, pero posee en cierto modo otras cualidades, al menos en el momento de su estreno: capacidad para sorprender con una temática y ejecución (fruto de ser una película absolutamente independiente) que es totalmente libre; efectos especiales de maquillaje artesanales, para lo bueno y para lo malo, así como un desarrollo y una acción salvaje que hacen que no sea apta ni para todos los públicos ni paladares. El propio Raimi dirigió dos secuelas del film, con más medios y presupuesto. 

El director de fotografía fue Tim Philo, en su único crédito como director de fotografía principal, aunque también figura ocupando dicho cargo en la segunda unidad de “The Evil Dead II”, de la que ya se hizo cargo Peter Deming. Philo sí que posee varios créditos como eléctrico o como gaffer, pero muy escasos, de manera que parece que ni siquiera el éxito de “The Evil Dead” le ayudó a labrarse una carrera cinematográfica, aunque fuera modesta. En cualquier caso, el film fue rodado con relativos pocos medios (aproximadamente entre 300 y 400 mil dólares de presupuesto) y, de hecho, fue rodado en 16mm en lugar de 35mm, aunque lógicamente sí que se hinchó a este formato para su exhibición comercial. Parece ser, además, que existe cierta controversia con respecto a la relación de aspecto original, que viendo la película en Blu-ray en formato 4/3, parece sin duda el que los cineastas tuvieron en mente a la hora de componer el film, lo cual tampoco es sorprendente teniendo en cuenta que su formato de rodaje fue el 16mm convencional en lugar del Super 16mm, que sí es algo más panorámico.

Estéticamente, gracias a sus profundas restauraciones y remasterizaciones, el material original luce sorprendentemente bien en 1080p, hasta el punto que posiblemente luzca más definido y menos granulado que otras películas rodadas en 35mm a las que no se ha cuidado o restaurado tanto a lo largo de los años. En cualquier caso, es dificil juzgar bien la estética de “The Evil Dead” porque el cuidado de la imagen no parecía la principal preocupación de los cineastas durante el rodaje, ni siquiera una de las primeras, de tal manera que la fotografía varía desde lo amateur hasta ofrecer algunos momentos sorprendentemente efectivos. Comenzando por lo positivo, Sam Raimi parece que puso un gran empeño en ofrecer un trabajo de cámara frenético, que incluye múltiples tomas con grandes angulares extremos para simular el punto de vista de las criaturas que amenazan a los protagonistas, hasta artilugios como una especie de imitación de la Steadicam y planos en los que parece ser que, de hecho, el cámara o la cámara iba subida en una moto entre la maleza y los árboles del bosque. El film parece que, por lo general, está rodado con zooms, lo cual probablemente favoreció la rapidez requerida en el set, con rápidos cambios de focal para acomodar nuevas tomas. El estilo por ello nunca es elaborado y, de hecho, a veces el montaje y la forma de rodar es tan caótica que da la sensación de que faltan planos o, bien, que con los rodados las posiciones de los actores nunca terminan de encajar del todo entre tomas.

Algunos planos exteriores nocturnos resultan entre los más inspirados de la proyección, ya que la mezcla de humo en los exteriores, con algunos haces de luz dura, algo de color azul para sugerir el ambiente nocturno y las propias luces de la cabaña resultan adecuadamente atmosféricas. Pero sin embargo, la mayor parte de la película parece más bien iluminada para salir del paso, es decir, simplemente iluminada porque había que poner luz para exponer correctamente el negativo. Ello implica grandes cantidades de luz dura, pero sin embargo, sin que se aprecie un estilo. Más bien, al contrario, lo que se aprecian son imágenes que, a menudo son raras porque los cineastas no emplean -quizá por falta de medios, quizá por desconocimiento- la luz de relleno o el contraluz que en un esquema clásico hubieran acompañado a esa luz principal dura. Ocasionalmente, el hecho de salirse de la norma hace que las imágenes sean sugerentes, pero también hay una evidente falta de consistencia que se manifiesta cuando en una misma secuencia tomas que muestran áreas de la cabaña muy similares cuentan con una iluminación muy distinta. Con todo ello, gracias a que lo que se ve en pantalla es a menudo extraño y que lo que sobresale son, si acaso, los ángulos extraños escogidos por Sam Raimi (contrapicados, picados, torcidos, muy cerca de los actores, puntos de vista, los citados angulares, etc) o, por supuesto, los efectos de maquillaje de los monstruos, esta falta de coherencia o consistencia pasa por lo general bastante desapercibida, importando más, quizá, que el film sí posee una adecuada atmósfera nocturna ya que gran parte de sus fotogramas están impregnados de la suficiente oscuridad, por mucho que la luz en sus zonas de claridad sea manifiestamente mejorable.

Por todo ello nos encontramos, como indicábamos, ante un film cuya ponderación artística es complicada. Por supuesto, el hecho de rodar un film con efectos de maquillaje y un terror de alta intensidad con medios limitados es digno de admiración, pero sin embargo, por otro lado, también es cierto que las imágenes se ven seriamente comprometidas porque probablemente los cineastas no pusieron el mismo interés en su acabado que en otras facetas de la producción, o bien, simplemente porque no contaban con los medios suficientes (equipo y/o tiempo) o quizá, los conocimientos técnicos y artísticos para conseguir un resultado mejor. Pero a la vista del conjunto, por disparatado que resulte en ocasiones su planteamiento y desarrollo, y del culto generado, el éxito obtenido, etc. es obvio que Sam Raimi y su reducido equipo lograron, globalmente, una obra de gran frescura que, bien sea por valentía o bien sea por ignorancia, fue capaz de definir (con las transformaciones de los personajes, sus ataques, el maquillaje) lo que en gran parte sería el venidero cine de terror de las décadas de los 80 y 90.


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Título en España: Posesión Infernal
Año de Producción: 1981
Director: Sam Raimi
Director de Fotografía: Tim Philo
Formato y Relación de Aspecto: 16mm esférico, 1.37:1

Vista en Blu-ray

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