La Grande Bellezza

La ganadora del Oscar a la mejor película extranjera de 2013 fue esta cinta de Paolo Sorrentino, que tiene como protagonista a un hombre (Toni Servillo) que, al cumplir 65 años, echa una mirada hacia atrás a su vida, la cual ha consagrado a salir por la noche, hacer relaciones y conquistar a mujeres, para a partir de ese momento, intentar encontrar algo tan subjetivo como personal: la gran belleza. La delgada línea argumental del film se desarrolla a través de una serie de episodios que van mostrando al personaje principal en diferentes situaciones, casi todas ellas alrededor de la alegre noche romana, pero que, al contrario que en una narrativa tradicional, más que hechos, pretenden describir el estilo de vida y de pensamiento del mismo. Los resultados, más allá del preciosismo estético o de la riqueza de la banda sonora, son algo desiguales y quizá la película se alargue en demasía para mantener un verdadero interés durante sus más de dos horas de proyección, a pesar que Sorrentino se esfuerza porque cada nueva situación que plantea, sea aún más bizarra que la anterior.

La-Grande-Bellezza-04

El director de fotografía es el italiano Luca Bigazzi, en su quinto trabajo para el realizador napolitano, con el que parece que forma una sólida asociación, ya que en el momento de escribir estas líneas ya han rodado incluso su sexta colaboración: “La Giovanezza” (2015). Bigazzi, que acumula ya siete premios Donatello a la mejor fotografía, es un director de fotografía ya veterano (nacido en 1958), entre cuya obra cabe destacar “Lamerica” (Gianni Amelio, 1994), “Romanzo Criminale” (Michele Placido, 2005), cuya fotografía en formato anamórfico resultó muy celebrada, o “Copie Conforme” (Abbas Kiarostami, 2010), rodada con el modelo original de la Red One.

La-Grande-Bellezza-02

“La Grande Belleza” fue rodada durante un caluroso verano de la ciudad de Roma y los cineastas decidieron que la mejor forma de retratar sus días soleados y la oscuridad de su noche era acudir a un medio tan viejo y fiable: el celuloide. Usando el formato Super 35, equipando sus cámaras con lentes Zeiss Ultra Prime, zooms Angenieux Optimo y una marcada difusión en cámara mediante filtros Tiffen White Pro-Mist, Bigazzi captura un extraordinario rango dinámico en toda circunstancia con la belleza con la que, hasta la fecha, exclusivamente puede hacerlo el soporte fotoquímico, especialmente en la forma en que las altas luces, fuertemente sobreexpuestas, superan la capacidad de registro del negativo. Desde el mismo instante en que se inicia el film, el propósito de los cineastas es el mismo que el de su protagonista, de modo que tratan de retratar la ciudad de la forma más ventajosa posible. Ello incluye un buen número de secuencias en la hora mágica, otras en las que el sol incide a contraluz, o también, un recorrido turístico por la misma, por algunos de sus monumentos y plazas más célebres. En dichas circunstancias, Bigazzi obtiene el mejor partido posible de los escenarios esperando a rodar sus planos en el momento óptimo de cada jornada, situación que se sucede una y otra vez, de modo que la película es una sucesión de momentos preciosistas que incluyen el subrevelado para reducir el contraste y crear sutiles gradaciones tonales.

La-Grande-Bellezza-03

Cuando Bigazzi tiene que iluminar, lo hace buscando también un estilo muy comercial, en el que los actores y las localizaciones se vean o luzcan muy bien. Por ello, a veces su estilo es más expresionista que naturalista, aunque el uso de grandes extensiones de luz suave (seguramente a través de globos de helio o similares) siempre le queda bien, como por ejemplo en la lujosa terraza en la que el protagonista ofrece sus fiestas, con algo de espacio para lucirse y obtener imágenes atractivas con luz artificial durante la secuencia de apertura, en la que los cineastas ruedan varios vídeos musicales consecutivos. Las noches en las calles están rodadas intentando emplear un mínimo de iluminación, de forma que los personajes se integren en la arquitectura y luz de la ciudad, e incluyen el revelado forzado de la emulsión para aumentar la sensibilidad de la misma, aunque ello haga que la textura fotoquímica resulte más prominente en varias secuencias.

La-Grande-Bellezza-01

La puesta en escena está en la línea de todo lo anterior, incluyendo un buen número de tomas en las que la cámara, a veces equipada con cabezas calientes, grúas, zooms, Steadicam o en planos aéreos, busca el preciosismo visual y mostrar la opulencia de la Roma clásica, o simplemente divertirse entre los integrantes de algunas de las juergas que aparecen en pantalla. Los resultados globales son muy, muy buenos, quizá demasiado esteticistas o preciosistas en su conjunto (especialmente cuando se acumulan en una proyección tan larga), pero siempre acordes con la temática de la película o su propio título, que forzosamente exigía una estética tan trabajada como la que ofrece Bigazzi, el cual además muestra una notable pericia técnica en uno de los trabajos más interesantes de la temporada anterior.

Título en España: La Gran Belleza
Año de Producción: 2013
Director: Paolo Sorrentino
Director de Fotografía: Luca Bigazzi
Ópticas: Zeiss Ultra Prime, Angenieux Optimo
Emulsión: Kodak 5219 (500T)
Formato y Relación de Aspecto: Super 35, 2.4:1

Vista en HDTV

© Harmonica Rental & Cinema/Ignacio Aguilar, 2014.