The Northman

Tercera película del realizador Robert Eggers, que al contrario que las dos anteriores (“The Witch” y “The Lighthouse”) cuenta con un gran presupuesto (entre 70 y 90 millones de dólares) y producción de Arnon Milchan, lo cual, al parecer, también se ha traducido en cierto descontento por parte del director, que no tenía derecho al montaje final de la película y ello le ha supuesto cierto desencanto. “The Northman” es el tradicional relato de venganza pero mezclado en esta ocasión con elementos sobrenaturales y telúricos, que desde luego no sorprenderán a los espectadores de las dos obras anteriores del director, pero que pueden coger desprevenido al público que espere sin más un “blockbuster” como prometen gran parte de sus imágenes. Los resultados son desiguales, pero interesantes, afortunadamente más en la línea de “The Witch” que en la de “The Lighthouse”. Alexander Skarsgard, Nicole Kidman, Claes Bang, Anya Taylor-Joy, Ethan Hawke, Björk y Willem Dafoe son los miembros principales de este cruce, en palabras de su director, entre “Conan” (1982) y “Andrei Rublev” (1966).

El director de fotografía es Jarin Blaschke, quien hasta la fecha se ha hecho cargo de la fotografía de las tres películas de Robert Eggers, alcanzando grandes elogios por todas y cada una de ellas. Gustó mucho en general su aproximamiento a “The Witch” y con “The Lighthouse” obtuvo una candidatura al Oscar como recompensa por un trabajo que recuperaba un blanco y negro real (es decir, rodado en negativo de blanco y negro, en contraposición al tradicional rodaje en color y desaturación en post-producción) y usaba, por primera vez en muchas décadas, los Bausch & Lomb Baltar originales de la década de 1930 y 1940, a fin de conseguir un logrado aspecto de época. Blaschke también ha rodado en España, a las órdenes de Rodrigo Cortés, con “Down a Dark Hall” (2017) y más recientemente, junto a M. Night Shyamalan en “Knock at the Cabin”, pendiente de estreno, en la que ha sido el sustituto de Mike Gioulakis, quien se había hecho cargo de los últimos rodajes del realizador y que, como Blaschke, apareció en escena en un film de terror independiente: “It Follows”.

Hasta el momento, el dúo formado por Robert Eggers y Jarin Blaschke se ha caracterizado por sus inusuales elecciones de los medios técnicos: no es solo el negativo en blanco y negro de “The Lighthouse”, sino también, el rodaje de “The Witch” con la Arri Alexa y ópticas Cooke Speed Panchro. En esta ocasión, los cineastas han optado de nuevo por un rodaje en 35mm, en Super 35 compuesto para una relación de aspecto de 2.00:1, con lentes Panavision Primo (supuestamente, modificadas por Dan Sasaki para reducir su rendimiento) y lentes tipo Petzval para crear diferentes sensaciones en momentos muy concretos de la proyección. Lo curioso es que Blaschke, a pesar de tener grandes escenas nocturnas e interiores cuya base de iluminación es el fuego, ha rodado renunciando a las emulsiones de alta sensibilidad, de manera que el film hace uso de los negativos Kodak 50D, 250D y 200T, lo cual lógicamente hace que su imagen resulte muy limpia, con imágenes nítidas a la par que orgánicas… pero que en proyección digital, curiosamente (quizá por esa limpieza) no se separan demasiado de lo que sería una Arri Alexa tratada (y no demasiado) para ser celuloide. En cualquier caso, hay algo que sí es evidente, y es que ”The Northman” no es uno de esos muchos casos que hemos visto en los últimos años, en los que una película de época luce extraordianariamente nítida, limpia y detallada como consecuencia de un rodaje en digital con lentes modernas, y ello echa por tierra -cuando menos, en parte- el esfuerzo de una producción en recrear una época, simplemente porque los medios técnicos hacen que el “look visual” sea demasiado contemporáneo.

Las localizaciones en Irlanda y en Islandia lucen espléndidas en pantalla, consiguiendo transmitir al espectador la sensación del frío y desapacible clima del norte que el espectador asocia inmediatamente a los personajes que aparecen en pantalla. Estas escenas poseen un tono azulado y un aspecto muy natural. Casi todos los interiores, curiosamente, son interiores noche, y quizá sean lo mejor de la película a nivel visual. Ello se debe a que Jarin Blaschke los ilumina con una mezcla de luz de fuego (procedente de antorchas generalmente) y fuentes de luz (puede que LED, o puede que incluso bombillas de tungsteno montadas en parrillas y dimmers) que lo complementan y simulan muy bien. El aspecto es magnífico y también muy creíble, pero lógicamente está más cercano a la recreación de la luz del fuego de Vittorio Storaro por ejemplo en “Ladyhawke” (1985) que al trabajo de John Alcott en “Barry Lyndon” (1975), en el sentido de que no es una luz de fuego creada o recreada con niveles de iluminación muy bajos, sino que, en el mejor de los casos, con una emulsión 200T o 250D y los Primo abiertos a T1.9, que es una combinación luminosa pero que requiere entre seis y ocho veces más luz que la empleada por Alcott.


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Los exteriores nocturnos, en cambio, son lo más extraño de la proyección. Es cierto que ya en “The Witch” los cineastas optaron por tonos muy desaturados (para todo el film) que hacían que las noches prácticamente fueran incoloras. Sin embargo, en esta ocasión, Jarin Blaschke ha optado directamente por un aspecto que casi es de blanco y negro, solo que de cuando en cuando, cuando aparecen lo que serían colores en pantalla (como por ejemplo, cuando aparece una casa y dentro de la misma hay luz de fuego). Unido a que los cielos están llenos de estrellas, el efecto (aunque está rodado de noche, con aparatos muy grandes y muy distantes ejerciendo de única fuente de iluminación, más algo de relleno) es muy extraño y no del todo exitoso. Por supuesto, es loable que Blaschke se aleje de la convención cinematográfica de la luz azulada para los exteriores nocturnos en campo abierto, pero no por intentar llevar a cabo algo más o menos experimental ello significa que sea exitoso. En cierto modo, esa desaturación también es extensible a los flashbacks, aunque en los mismos ese aspecto diferente al resto de la proyección es absolutamente comprensible. Adicionalmente, algunos momentos puntuales de la película están rodados con lentes tipo “Petzval”, que producen un desenfoque concéntrico y distorsiones en el “bokeh” de las ópticas, a fin de resultar más expresivos.

Es cierto que lo que más impregna a “The Northman” es el intento por parte de los cineastas en mantener su identidad como tales a pesar de que se trata de una película de un presupuesto alto, con todos los condicionantes que ello conlleva. Pero al final, por más que prevalezcan este tipo de decisiones artísticas, hay elementos que no terminan de encajar por completo en la propuesta: una fotografía puede ser estilizada o realista, pero puede que lo más importante de la misma es que resulte consistente y que no introduzca elementos disonantes o chocantes para el espectador, como sí sucede con estos exteriores nocturnos tan desaturados y casi en blanco y negro. Sí es más exitosa, sin duda, la decisión de rodar casi todo el film, incluyendo las escenas de acción e incluso el estupendo final, mediante tomas muy largas y que obligan, por supuesto, a que por ejemplo las coreografías de las peleas sean ejecutadas por los actores en una única “acción”, en contraposición al habitual estilo de ejecutar un movimiento, cortar, e ir a por el siguiente. Ello le da a “The Northman” una cualidad especial, por lo menos en cuanto a su puesta en escena, aunque ese estilo híbrido entre un film más autoral y los medios y exigencias de una producción de este calibre hagan posiblemente que la película no llegue a resultar del todo satisfactoria ni para los que busquen una película del estilo de “The Witch” o “The Lighthouse” o para los que desearan ver el “blockbuster” que “The Northman” no es.

Título en España: El Hombre del Norte
Año de Producción: 2022
Director: Robert Eggers
Director de Fotografía: Jarin Blaschke
Ópticas: Panavision Primo, Petzval
Emulsión: Kodak 5203 (50D), 5207 (250D) y 5213 (200T)
Formato y Relación de Aspecto: 3-perf Super 35, 2.00:1
Otros: Digital Intermediate

Vista en DCP

© Ignacio Aguilar, 2022.